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’19 de marzo y entonces sucedió…’, por José Luis Fortea

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forteaJosé Luis Fortea

………Valencia, pone fin esta noche a todo un año de trabajo y esfuerzo, de sueños e ilusiones, de proyectos realizados, plasmados y vividos de una manera intensa en apenas cinco días, en unas fiestas, “Las Fallas”, que han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), a través de su Comité Intergubernamental, reunido en Addis Abeba el pasado día 29 de noviembre de 2016, el cual destacaba principalmente tres aspectos fundamentales de esta festividad, su creatividad colectiva (a través de unas esculturas satíricas realizadas por artistas locales), salvaguardando los oficios tradicionales y propiciando la comunicación entre los ciudadanos.

Etimológicamente la palabra “falla”, según recoge el diccionario de la real academia española, procede de un término latino, facula-faculae, que a su vez podría venir de la palabra fax-facis (antorcha), y nos la define, además de cómo un conjunto de figuras jocosas y burlescas, como aquel período en el que en Valencia se celebran los festejos de San José.

Y es que, tal y como viene recogido en su obra “Guía urbana de Valencia” por don Vicente Salvador Monserrat, Marqués de Cruilles, con fecha de 1876, las primeras de estas manifestaciones artísticas procederían del gremio de los carpinteros (fusters) de la ciudad de Valencia, allá por el año 1740, cuando frente a sus talleres quemaban el material sobrante de sus quehaceres cotidianos, celebrándolo en el día de conmemoración de su patrón (teoría esta comúnmente aceptada, aunque no exenta de ciertas lagunas).

Con el devenir de los años se fueron incorporando a estas llamas, muebles y utensilios y alguna alfombra vieja (“estoreta velleta”), y en algún momento determinado se llegó a confeccionar un muñeco, vestido con ropas usadas, para la falla de “Sant Josep”, al que se irían añadiendo esos rótulos con sus agudas e ingeniosas críticas.

De cualquier modo, aquellos fuegos (fogatas) con sus celebraciones y festejos, se fueron estableciendo e instaurando, con la participación y la aportación de los vecinos,  de cada calle, de cada barrio, popularizándose, porque si algo caracteriza a estas fiestas es precisamente su carácter sencillo y popular, de una celebración festiva realizada principalmente a pie de calle, con las comisiones falleras y sus “casales” y las ya más modernas “carpas”, con sus pasacalles, “despertás”, “mascletás” y castillos de fuegos artificiales, con sus verbenas, los concursos de paellas, la ofrenda a la “Mare de Deu”, las calles iluminadas, el olor a pólvora y de igual forma a chocolate, a churros y buñuelos, y el grato sonido de sus pasodobles y el tronar de sus tambores.

En marzo de 1929, cumpliendo un encargo del recién creado “Comité Central Fallero” (que así era como se denominaba a la actual Junta Central), el músico y compositor  maestro Serrano, a sus cincuenta y cinco años, compuso un pasodoble, al que llamó, “El Fallero”, del que obviamente dejo un enlace;

[https://www.youtube.com/watch?v=LAK8MyhVoQA]

Con una musicalidad sencilla que rápidamente se popularizó, siendo una de las melodías falleras más conocidas, reconocida además como el himno de los falleros, y por tanto, constituyendo todo un símbolo musical.

Fue Maximiliano Thous, con quien ya había colaborado el Suecano maestro Serrano en la letra del himno de la exposición en 1909 (declarado el 16 de mayo de 1925 como himno regional de Valencia), quien le acabaría por confeccionar la letra, a esta su composición, del Fallero, que sería estrenada el día 13 de marzo del año 1931, en el Teatro Apolo de Valencia (teatro que estuvo en funcionamiento, en la calle don Juan de Austria de la ciudad del Turia, durante casi 93 años, desde 1876 hasta 1969).

Dejo aquí la letra de la misma y más abajo un enlace de la misma, cantado por un excelente Francisco (https://www.youtube.com/watch?v=vCk-IDqcM-0)

                                              Despertant els nostres cors,
                                                         Valencia riu.
                                               Per la senda de les, flors
                                                          ya ve l’estiu.
                                                Creua el carrer la xicalla
                                            replegant els trastos pa la falla;

                                                    i manté la tradició
                                                          d’esta cançó…
                                                Hi ha una estoreta velleta
                                               per a la falla de Sant Josep,
                                                          del tio Pep…
                               I van juntant lo que els veins els van donant
                                                   per a buidar el porxe.
                                               Hi ha una estoreta velleta
                                               per a la falla de Sant Josep,
                                              I amb una estella del muntó
                                          se du el compas de esta cançó.
                                                 En les cares de la gent
                                                         tot es content.


                                                         Xiqueta meua
                                               que del carrer eres l’ama
                                                        per culpa teua

                                                  tinc el cor encés en flama.
                                                           No te separes
                                                   del caliu del meu voler,
                                                          reineta fallera,
                                                        que si me deixes
                                                  un ninot tindré que ser,
                                                Hi ha una estoreta velleta
                                              per a la falla de Sant Josep,
                                               per a la falla del teu carrer
  

Hoy con el fuego de la Cremà de esta noche, se pondrá fin a estas fallas de 2017, y con las brasas de estas fallas aún candentes, y las lágrimas de emoción, en mayor o menor medida contenidas, mezcolanza de tristeza y de felicidad a la par, como las que se sienten durante esas sentidas despedidas, de esas pesarosas separaciones, de quien no vas a ver durante una cierta temporada, con esas lágrimas todavía recientes, deslizándose por los rostros de nuestras falleras y falleros, de todos los que han participado, disfrutado, vivido estas fiestas, resbalando por nuestras mejillas, la de nuestros vecinos, y amigos, visitantes y conocidos, se empezarán ya a fraguar las de 2018……………………………………………………………….. Feliz Nit de la Cremà!! 

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Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor

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Cuidar madre Alzheimer
Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor-FREEPIK

En el torbellino de nuestras vidas, donde cada día parece traer consigo nuevos desafíos y responsabilidades, a menudo nos encontramos luchando por equilibrar nuestras vidas personales y profesionales. Pero ¿qué sucede cuando ese equilibrio se ve eclipsado por una realidad implacable? ¿Cómo lidiamos con el impacto emocional y psicológico de ser cuidadores de un ser querido con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer?

Esta es la historia de una periodista apasionada que, entre entrevistas y artículos, se enfrenta a una batalla mucho más íntima: la lucha diaria de cuidar a su madre, quien lenta pero inexorablemente se desvanece en las garras de la enfermedad de Alzheimer.

Para ella, cada día es un viaje emocional plagado de altibajos. Desde los momentos de lucidez y conexión con su madre hasta las dolorosas luchas para recordar quién es ella misma, cada momento está marcado por una mezcla de amor incondicional y dolor impotente. Es una montaña rusa de emociones, donde la alegría y la tristeza se entrelazan en un baile constante.

Su vida como periodista le ha enseñado a mirar más allá de las apariencias y a buscar la verdad en cada historia. Y en este viaje junto a su madre, encuentra una verdad más profunda: la importancia de la empatía, la compasión y el amor incondicional. A medida que navega por los desafíos diarios del cuidado, descubre una fuerza interior que nunca supo que poseía.

Pero no todo son lecciones y momentos de claridad. Hay días oscuros, días en los que el peso del cuidado parece demasiado grande para soportarlo. Días en los que la frustración y la impotencia amenazan con abrumarla. Sin embargo, incluso en esos momentos más oscuros, encuentra consuelo en la gente que la rodea. Amigos y familiares se unen para ofrecer apoyo y comprensión, recordándole a ella y a su hermana que no están solas en este viaje.

A medida que el Alzheimer avanza implacablemente, ella se enfrenta a una dolorosa verdad: la inevitabilidad de la pérdida. Pero también encuentra consuelo en el conocimiento de que el amor trasciende las barreras del tiempo y la memoria. Aunque su madre pueda olvidar su nombre y sus rostros, el amor que sienten el uno por el otro perdura, inquebrantable e indestructible.

La historia de esta periodista es una historia de amor. Un amor que desafía las limitaciones del tiempo y el espacio, un amor que persiste a pesar de las pruebas y tribulaciones. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor es la fuerza que nos sostiene, la luz que guía nuestro camino. El amor que vio crecer en su casa día a día, sin interrupción.

En medio del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero esta historia nos recuerda que, en lo que de verdad importa, son las conexiones humanas y los lazos de amor los que nos sostienen en los momentos más difíciles. Y en el poder cuidar de su madre con Alzheimer, encuentra no solo una prueba de su amor, sino también una lección de humanidad y compasión que nunca olvidará.

SRA

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