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’27 de agosto… y entonces sucedió que…’, por José Luis Fortea

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forteaJosé Luis Fortea

………durante las primeras horas de hoy domingo día 27 de agosto de 2017, se ha celebrado, en el T-Mobile Arena de Las Vegas, un “atípico” y “curioso” combate de boxeo, que enfrentaba a dos personajes no menos “atípicos” e “infrecuentes”, de esos que no dejan indiferente a nadie, de los que atraen tantos admiradores y simpatizantes como oponentes y adversarios, a partes iguales.

Por una parte, el boxeador estadounidense originario de la ciudad de Grand Rapids por el estado de Michigan, Floyd Joy Mayweather, apodado “Money”, que a sus 40 años cumplidos y campeón en cinco categorías diferentes, retirado hacía un par de años, había aceptado el reto del irlandés, del barrio de Crumlin de la ciudad de Dublín, Conor Anthony McGregor, luchador de Artes Marciales Mixtas (MMA, Mixed Martial Arts) de 29 años, conocido también como “The Notorius”, campeón de la UFC en su categoría, para la realización de un peculiar combate de boxeo.

Mayweather, con su metro y setenta y tres centímetros de altura, había debutado como profesional, a sus veintiún años, en la categoría del peso superpluma, el 11 de octubre de 1996 ganándole al púgil mexicano Roberto Apodaca por KO Técnico en el segundo asalto, de un duro golpe propinado con su izquierda en el costado derecho de aquel, que le hacía abandonar la pelea, y que podemos ver en el siguiente enlace; https://youtu.be/1lzK8iL6RKQ .

Dos años después, en 1998, su carta de presentación era de diecisiete peleas, de las que se había proclamado vencedor en todas ellas, ganando en trece ocasiones por la vía rápida del nocaut (knock-out). Cuando diecinueve años más tarde, decida colgar los guantes, un 13 de septiembre de 2015, su palmarés será de 49 victorias y ni una sola derrota, siendo considerado, como el mejor boxeador de todos los tiempos y en boca del mismo púgil, al acabar aquella considerada su última pelea, desde el mismo cuadrilátero contra el  haitiano Andre Berto, decir aquello de -“me retiro como el mejor de todos los tiempos. Gané todo, estoy invicto y no tengo nada que demostrar”-.

Por su parte McGregor, con su metro y setenta y cinco centímetros, hizo su debut profesional el 6 de abril de 2013, venciendo también por la vía rápida en el primer asalto del combate al estadounidense Marcus Brimage; https://youtu.be/9jhFagDDK8A siendo a día de hoy su palmarés de veintidós victorias en veinticinco peleas, 19 por KO.

Aún perteneciendo ambos a modalidades diferentes de lucha, tras el combate que en julio de 2015 Mayweather protagonizara contra el filipino Manny Pacquiao, que había despertado mucho más interés que el escaso y desilusionante espectáculo a la postre ofrecido por ambos contendientes, con unas bolsas millonarias a repartir entre uno y otro, fue aprovechado por el púgil irlandés que ante las preguntas de los periodistas deportivos, llegaría a realizar unas declaraciones de esas cargadas de ironía y cierto empaque chulesco que acabaron siendo recibidas, a modo de guante provocador, por el otro “gallo” de corral, generándose la realización de un posible enfrentamiento, y a cada aparición pública de ambos, un cruce de declaraciones explosivas que llegarían a crear  unas expectativas sin igual que harían a Mayweather, a pesar de haberse retirado “oficialmente” hacía un par de años del boxeo profesional, plantearse realizar esta pelea de la que obviamente su único interés es el puramente económico y que los promotores de ambos no dejarían pasar la oportunidad presentada, para acabar por aceptar la misma con una serie de condiciones.

Ambos contendientes, que decidieron realizar la pelea siguiendo las normas del boxeo tradicional, eso sí, con unos guantes un poco más pequeños de lo reglamentariamente acostumbrado (en lugar de los habituales de 283, 5 gramos (10 onzas) utilizando unos de 227 gramos (8 onzas), muy lejos de los utilizados en las artes marciales mixtas de tan solo 4 onzas de peso (unos 113,400 gramos), embolsándose unas cantidades que rompen todos los parámetros hasta ahora establecidos, ya que Mayweather se ha agenciado cerca de cien millones de dólares, mientras que McGregor podría percibir la nada baladí cifra de treinta millones de dólares (sirva el dato, a modo de curiosidad, que durante los cuatro años que ha estado compitiendo al más alto nivel profesional, se estima que ha ganado cerca de veintidós millones de dólares, por lo que con este único enfrentamiento habrá obtenido unos beneficios iguales a los logrados en toda su carrera de luchador).

Durante los últimos meses se han dedicado a alimentar la polémica y generar de esta manera ese grado de morbo suficiente para tener pendiente a un público que a partes iguales ha ido dando su opinión sobre el ganador de este peculiar enfrentamiento.

Para unos, no había lugar a la duda, el vencedor sería el que se mueve en su propio terreno, el boxeador de verdad, el que con ese estilo defensivo tan técnico y depurado, con esos desplazamientos laterales que logra desubicar a sus contrarios, haciéndole hasta el día de hoy, invencible. Por otra parte estaban los que auguraban un claro triunfo de un púgil diez años más joven, temerario y brutal en sus acciones, siempre al ataque, mucho más contundente en sus golpes.

Para el panameño ex boxeador Roberto “mano de piedra” Durán, el favorito decía es McGregor,

-“Si va en serio le reventará los dos brazos a Mayweather”-.

La gran mayoría de boxeadores se habían decantado por el triunfo, como así ha resultado ser, en el décimo asalto y por KOT, de un Mayweather que hoy día 27 de agosto ha acrecentado, todavía un poco más, su palmarés (porque este triunfo le cuenta en su carrera), siendo el único boxeador en presentar unas cifras tan demoledoras de cincuenta triunfos y ninguna derrota, desbancando, con la conseguida hoy, al mítico Rocky Marciano y sus 49-0 (de las que 43 fueron por K.O).

Tenía mucho que perder, y parecía que poco que ganar, pero hoy, Mayweather se ha convertido en toda una leyenda viva de este deporte, sin desmerecer al otro contrincante que al acabar el combate ha recibido elogios del campeón diciéndole; -“demonios si que eres buen luchador”-.

Hoy tenemos dos campeones. ……

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Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor

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Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor-FREEPIK

En el torbellino de nuestras vidas, donde cada día parece traer consigo nuevos desafíos y responsabilidades, a menudo nos encontramos luchando por equilibrar nuestras vidas personales y profesionales. Pero ¿qué sucede cuando ese equilibrio se ve eclipsado por una realidad implacable? ¿Cómo lidiamos con el impacto emocional y psicológico de ser cuidadores de un ser querido con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer?

Esta es la historia de una periodista apasionada que, entre entrevistas y artículos, se enfrenta a una batalla mucho más íntima: la lucha diaria de cuidar a su madre, quien lenta pero inexorablemente se desvanece en las garras de la enfermedad de Alzheimer.

Para ella, cada día es un viaje emocional plagado de altibajos. Desde los momentos de lucidez y conexión con su madre hasta las dolorosas luchas para recordar quién es ella misma, cada momento está marcado por una mezcla de amor incondicional y dolor impotente. Es una montaña rusa de emociones, donde la alegría y la tristeza se entrelazan en un baile constante.

Su vida como periodista le ha enseñado a mirar más allá de las apariencias y a buscar la verdad en cada historia. Y en este viaje junto a su madre, encuentra una verdad más profunda: la importancia de la empatía, la compasión y el amor incondicional. A medida que navega por los desafíos diarios del cuidado, descubre una fuerza interior que nunca supo que poseía.

Pero no todo son lecciones y momentos de claridad. Hay días oscuros, días en los que el peso del cuidado parece demasiado grande para soportarlo. Días en los que la frustración y la impotencia amenazan con abrumarla. Sin embargo, incluso en esos momentos más oscuros, encuentra consuelo en la gente que la rodea. Amigos y familiares se unen para ofrecer apoyo y comprensión, recordándole a ella y a su hermana que no están solas en este viaje.

A medida que el Alzheimer avanza implacablemente, ella se enfrenta a una dolorosa verdad: la inevitabilidad de la pérdida. Pero también encuentra consuelo en el conocimiento de que el amor trasciende las barreras del tiempo y la memoria. Aunque su madre pueda olvidar su nombre y sus rostros, el amor que sienten el uno por el otro perdura, inquebrantable e indestructible.

La historia de esta periodista es una historia de amor. Un amor que desafía las limitaciones del tiempo y el espacio, un amor que persiste a pesar de las pruebas y tribulaciones. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor es la fuerza que nos sostiene, la luz que guía nuestro camino. El amor que vio crecer en su casa día a día, sin interrupción.

En medio del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero esta historia nos recuerda que, en lo que de verdad importa, son las conexiones humanas y los lazos de amor los que nos sostienen en los momentos más difíciles. Y en el poder cuidar de su madre con Alzheimer, encuentra no solo una prueba de su amor, sino también una lección de humanidad y compasión que nunca olvidará.

SRA

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