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7 consejos para evitar el síndrome postvacacional

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evitar síndrome postvacacional

El llamado síndrome post-vacacional, también conocido como estrés o depresión postvacacional, es un concepto que se refiere a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a las tareas laborales después de un período vacacional.

Estos son los síntomas más claros, pero recuerda que puedes evitarlos. Para ello consultamos a nuestro experto de cabecera, el psicólogo clínico Francisco Bou, y atendiendo a sus consejos que nos ofrece en redes sociales hay que realizar un cambio adaptativo tras los días de vacaciones.

Cómo volver al trabajo y no enfermar en el intento

  1. Cuidado con los cambios bruscos en los ritmos vitales. En vacaciones nuestros ritmos vitales básicos eran diferentes…sueño, siestas, descanso, alimentación, horarios,etc. Intenta mantener en tu etapa laboral algunos que te ayuden a adaptarte mejor.
  2. El estado de ánimo es importante. Has pasado de la calma, la felicidad y el divertimento; a la tensión, la responsabilidad y en algunos casos…el estrés. Intenta que tu día a día laboral mantenga parte del guion vacacional. Actúa, cuando puedas, como si, estuvieras de vacaciones.
  3. Cambia tu lugar de trabajo. Introduce elementos visuales, auditivos…sensoriales que te hagan sentirme mejor.
  4. Tu actitud mental es importante. Nos sentimos como pensamos. Controla y vigila como te hablas y hablas. Que tus pensamientos y formatos de comunicación sean como en vacaciones…mas calmados, tranquilos, divertidos y distendidos. Recuerda…podemos elegir que pensar y como expresarlo, eso nos hará sentirnos mucho mejor.
  5. En vacaciones, me relaciono de forma diferente con las personas de mi alrededor. Mis actitudes son más calmadas y distendidas. Soy más paciente, divertido…soy mi mejor versión. En mi entono laboral he de intentar ser también mi mejor versión…. no la peor.

7 consejos para evitar el síndrome postvacacional:

1.- Un par de días antes de incorporarse al trabajo es bueno volver a la rutina sobre los horarios anteriores a las vacaciones. Hay que levantarse y acostarse pronto.

2.- Ser positivo. Si, ya se sabe que se prefiere estar en bermudas a estar de traje, pero seguro que si se piensa un poco se podrán rescatar varios argumentos por los que sentirse feliz de la vuelta al trabajo. Hacer una lista y escribirlos ayudará a ejercitar la mente y a sentirse mejor.

3.- Recuperar el control. Seguramente durante las vacaciones la autodisciplina, los horarios y algunas obligaciones caseras, se han ido con las olas. Es hora de volver a pescarlas.

4.- Y según se vaya recuperando tareas y obligaciones, para que estas no se hagan una montaña difícil de escalar, se deben priorizar aquellas que sean más importantes. Las escaleras se suben peldaño a peldaño.

5.- Seguro que se prefiere la arena blanca al asfalto ardiente, pero cerca del hogar existe algún espacio abierto y verde. Hay que aprovechar el buen tiempo para visitarlo.

6.- Aprovechar la vuelta para planificar el año. ¿Si los escolares comienzan el curso en septiembre, por qué no hacerlo mismo? Las buenas intenciones no comienzan después de la noche del 31 de diciembre, se pueden planificar desde ahora.

7.- Cuidar la salud. Es fundamental interiorizar la necesidad de cuidar la salud con una dieta equilibrada, realizando alguna actividad deportiva y procurando descansar las horas necesarias para realizar actividades diarias de manera óptima.

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Estos son los beneficios de vivir en un pueblo

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Explorando los Encantos Rurales: Beneficios de Vivir en un Pueblo

En un mundo cada vez más urbanizado y conectado, la vida en un pueblo puede parecer anacrónica para muchos. Sin embargo, estos rincones de tranquilidad y comunidad ofrecen una serie de beneficios que las bulliciosas ciudades a menudo no pueden igualar. Desde la serenidad de los paisajes naturales hasta la conexión interpersonal más auténtica, aquí exploramos por qué vivir en un pueblo puede ser una elección gratificante.

1. Tranquilidad y Naturaleza

Los pueblos suelen estar rodeados de impresionantes paisajes naturales, desde colinas ondulantes hasta densos bosques y ríos serpenteantes. La tranquilidad que proporciona este entorno natural es invaluable para aquellos que buscan escapar del estrés y el ajetreo de la vida urbana. Respirar aire fresco y disfrutar de la serenidad de la naturaleza puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional.

2. Comunidad y Conexión Personal

En un pueblo, la comunidad es más que una palabra; es una realidad tangible. Las relaciones interpersonales son más cercanas y significativas, ya que los residentes suelen conocerse entre sí y se apoyan mutuamente en tiempos de necesidad. Los lazos comunitarios más fuertes pueden generar un sentido de pertenencia y seguridad que es difícil de encontrar en entornos urbanos más grandes y anónimos.

3. Costo de Vida y Calidad

En general, los costos de vida en los pueblos tienden a ser más bajos que en las ciudades. Los precios de la vivienda, la alimentación y otros gastos cotidianos suelen ser más asequibles, lo que puede permitir a los residentes disfrutar de una mejor calidad de vida con menos presión financiera. Además, en muchos pueblos, las distancias más cortas y la menor congestión vehicular pueden traducirse en menos tiempo perdido en desplazamientos y más tiempo para disfrutar de la vida.

4. Estilo de Vida Más Relajado

La vida en un pueblo a menudo sigue un ritmo más lento y relajado. Las prisas y el estrés asociados con la vida urbana disminuyen, lo que permite a los residentes tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Desde paseos tranquilos por el campo hasta tardes tranquilas en la plaza del pueblo, la vida en un entorno rural puede ofrecer una sensación de calma y serenidad que es difícil de encontrar en la vorágine de la ciudad.

5. Valor Cultural e Histórico

Los pueblos suelen estar impregnados de historia y cultura, con edificios antiguos, tradiciones arraigadas y una rica herencia que se remonta a siglos atrás. Esta conexión con el pasado puede ofrecer una sensación de arraigo y pertenencia a los residentes, así como oportunidades para explorar y aprender sobre la historia local y las tradiciones únicas de la región.

Contrastando con la Vida Urbana

Aunque los pueblos ofrecen una serie de beneficios atractivos, es importante reconocer que no son para todos. Las ciudades tienen sus propias ventajas, como una mayor diversidad cultural, una amplia oferta de entretenimiento y oportunidades profesionales. Además, algunas personas prefieren el ritmo acelerado y la emoción constante de la vida urbana.

En última instancia, la decisión de vivir en un pueblo o una ciudad depende de las preferencias individuales y las necesidades de cada persona. Para algunos, la tranquilidad y la conexión comunitaria de un pueblo son invaluables, mientras que para otros, el bullicio y la diversidad de la ciudad son irresistibles. Lo importante es encontrar el entorno que mejor se adapte a tu estilo de vida y te haga sentir más feliz y realizado.

 

 

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