Síguenos

Firmas

Es verdad, por @aguedabayarri

Publicado

en

Águeda Bayarri

A veces una se da de morros contra la realidad que menos le gusta, la que es injusta…pero que existe, es de verdad, es real.

Pablo Ráez luchó por salvarse, deja un legado, dio visibilidad a una enfermedad, peleó siempre con una sonrisa, era optimista, positivo, alegre, nunca se rindió pero la enfermedad le pudo. Es injusto, muy injusto. La vida muchas veces castiga, y casi siempre a los que no son culpables.

Un joven busca amigos por internet. Ha superado una enfermedad por leucemia. Durante dos años no pudo asistir a clase por el tratamiento y cuando se curó y retomó su vida normal, sus amigos se burlaban porque había engordado y había perdido el pelo. Es una noticia muy triste. A la alegría de haber superado la enfermedad, se le suma la tristeza de la no inclusión social. Es un problema de educación.

También he visto estos días que a una chica no le dieron el puesto de trabajo al que optaba estando sobradamente preparada y teniendo el mejor currículum de todos los que se presentaron para el puesto porque estaba gorda. Sí, gorda. Os aseguro que he visto a la chica en televisión y está estupenda y seguro que detrás de un mostrador luciría maravillosa. Como las joyas que pretendía vender de haber conseguido el trabajo.

También he leído y visto que Zara empieza a anunciarse para vestir a chicas con tallas grandes, moda curvy se llama ahora. Lo que pasa es que las chicas q posan para enseñarnos como queda esa ropa, no  pasan de la talla 36.

Y por último, una reflexión personal y obvia en » voz alta » que me apetece hacer. No todos partidos de fútbol duran 90 minutos y no en todos los partidos de fútbol lo que pasa en el terreno de juego se queda en el terreno de juego. El deporte es deportividad.

He empezando hablando de Pablo Ráez y acabo hablando de fútbol para aplaudir a Juanmi , jugador de la Real Sociedad, malagueño como Pablo, que le dedicó el gol que marcó contra el Éibar y vio la tarjeta amarilla por taparse la cara con la camiseta de la equipación para enseñar la que llevaba debajo con la dedicatoria.  Entiendo que el árbitro le sancionara con la tarjeta amarilla, eso dice la norma, que cubrirse la cara con la camiseta es motivo de sanción, pero a veces, debería primar el sentido común en la vida y en el fútbol. El fútbol profesional, demasiadas veces, está lejos de la realidad.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Firmas

Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor

Publicado

en

Cuidar madre Alzheimer
Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor-FREEPIK

En el torbellino de nuestras vidas, donde cada día parece traer consigo nuevos desafíos y responsabilidades, a menudo nos encontramos luchando por equilibrar nuestras vidas personales y profesionales. Pero ¿qué sucede cuando ese equilibrio se ve eclipsado por una realidad implacable? ¿Cómo lidiamos con el impacto emocional y psicológico de ser cuidadores de un ser querido con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer?

Esta es la historia de una periodista apasionada que, entre entrevistas y artículos, se enfrenta a una batalla mucho más íntima: la lucha diaria de cuidar a su madre, quien lenta pero inexorablemente se desvanece en las garras de la enfermedad de Alzheimer.

Para ella, cada día es un viaje emocional plagado de altibajos. Desde los momentos de lucidez y conexión con su madre hasta las dolorosas luchas para recordar quién es ella misma, cada momento está marcado por una mezcla de amor incondicional y dolor impotente. Es una montaña rusa de emociones, donde la alegría y la tristeza se entrelazan en un baile constante.

Su vida como periodista le ha enseñado a mirar más allá de las apariencias y a buscar la verdad en cada historia. Y en este viaje junto a su madre, encuentra una verdad más profunda: la importancia de la empatía, la compasión y el amor incondicional. A medida que navega por los desafíos diarios del cuidado, descubre una fuerza interior que nunca supo que poseía.

Pero no todo son lecciones y momentos de claridad. Hay días oscuros, días en los que el peso del cuidado parece demasiado grande para soportarlo. Días en los que la frustración y la impotencia amenazan con abrumarla. Sin embargo, incluso en esos momentos más oscuros, encuentra consuelo en la gente que la rodea. Amigos y familiares se unen para ofrecer apoyo y comprensión, recordándole a ella y a su hermana que no están solas en este viaje.

A medida que el Alzheimer avanza implacablemente, ella se enfrenta a una dolorosa verdad: la inevitabilidad de la pérdida. Pero también encuentra consuelo en el conocimiento de que el amor trasciende las barreras del tiempo y la memoria. Aunque su madre pueda olvidar su nombre y sus rostros, el amor que sienten el uno por el otro perdura, inquebrantable e indestructible.

La historia de esta periodista es una historia de amor. Un amor que desafía las limitaciones del tiempo y el espacio, un amor que persiste a pesar de las pruebas y tribulaciones. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor es la fuerza que nos sostiene, la luz que guía nuestro camino. El amor que vio crecer en su casa día a día, sin interrupción.

En medio del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero esta historia nos recuerda que, en lo que de verdad importa, son las conexiones humanas y los lazos de amor los que nos sostienen en los momentos más difíciles. Y en el poder cuidar de su madre con Alzheimer, encuentra no solo una prueba de su amor, sino también una lección de humanidad y compasión que nunca olvidará.

SRA

Continuar leyendo