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Cuatro lugares de España para enamorados del surf

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Cuatro lugares de España para enamorados del surf

Nuestro país tiene fama internacional por sus fantásticas y tranquilas playas mediterráneas, una de las principales razones por las que es uno de los primeros destinos mundiales del turismo. Sin embargo, para los amantes del surf quizás no sea un país tan atractivo, ya que los rincones donde hay olas de calidad para practicar este deporte son escasos.

Aun así, existen algunos lugares, sobre todo de la costa norte, donde los surfistas pueden encontrar un lugar perfecto para disfrutar del mar encima de su tabla. Hoy veremos cuatro de esos puntos donde surfear a todo placer.

1. Mundaka, País Vasco (Euskadi)

Mundaka es un pequeño y tranquilo pueblo medieval del País Vasco, en el norte de España, que se encuentra en la desembocadura de un río que lleva su mismo nombre y en el que una pintoresca iglesia del siglo XI domina el horizonte.

La historia del pueblo se remonta a más de mil años. Anteriormente era un pueblo de pescadores, pero recientemente se ha convertido en una pequeña ciudad balnearia y un lugar en el que disfrutar de la playa. Cuando llega el invierno, los surfistas se apoderan de la playa, ya que se convierte en el mejor punto de surf de España y posiblemente en la mejor ola de boca de río del mundo.

La ola ha sido sede de muchos concursos de surf y estuvo en el World Tour durante varios años. Puede ser inconstante, pero cuando se dispara es una ola increíble que puede durar hasta 300 metros y mantener un tamaño de hasta cuatro metros.

2. Playa de Gorrondatxe, País Vasco (Euskadi)

Gorrondatxe o Azkorri es una playa situada en el municipio de Getxo, cercano a Bilbao, también en el País Vasco. Se trata de un entorno natural único donde las dunas y los acantilados escarpados presiden el paisaje.

Su fondo de roca y arena produce unas olas bastante técnicas de baja altura. Cuando el mar está agitado, pueden llegar a los tres metros. El mejor punto para el surf es el extremo izquierdo de la playa, frente al acantilado, donde rompe una ola de izquierda de mayor fuerza y calidad.

Como complemento, es una playa con servicios de restauración, aseos, parking… El popular complejo Fangaloka se ubica allí, y suele estar frecuentado por numerosos surfistas.

3. Isla de Santa Marina, Cantabria

Una isla deshabitada que se encuentra justo al lado de la costa, en Cantabria, en el norte de España. Entre la isla y el continente se encuentra uno de los mejores arrecifes de derecha de España. Al igual que Mundaka, es inconstante y tiende a funcionar durante unos días y luego le gusta tomarse un descanso antes de volver a rugir. La mejor época allí es entre noviembre y abril, con un oleaje norte/noroeste.

La ola se encuentra justo enfrente de la capital de la región, Santander, y de la cercana y popular localidad surfera de Somo, que cuenta con uno de los beach breaks más largos de España, perfecto para aprendices e intermedios.

4. Roka Puta, País Vasco

Derecha de grandes olas cerca de la ciudad de Zarautz, la capital del surf español y donde el surf despegó por primera vez en España en la década de 1960. Está en el corazón del País Vasco, rodeado de pintorescas colinas a ambos lados.

Roka Puta o Roca Puta es un spot de olas grandes sólo en invierno. Necesita un gran oleaje limpio y rompe en aguas poco profundas cerca de las rocas.

La playa del pueblo tiene casi 2,5 km de longitud y sigue siendo una de las mejores playas de surf de España. Puede que no tenga las características de Mundaka, pero tiene muchos picos de alto rendimiento y consistencia durante todo el año, especialmente de octubre a abril.

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Estos son los beneficios de vivir en un pueblo

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pueblo más bonito Comunitat Valenciana

Explorando los Encantos Rurales: Beneficios de Vivir en un Pueblo

En un mundo cada vez más urbanizado y conectado, la vida en un pueblo puede parecer anacrónica para muchos. Sin embargo, estos rincones de tranquilidad y comunidad ofrecen una serie de beneficios que las bulliciosas ciudades a menudo no pueden igualar. Desde la serenidad de los paisajes naturales hasta la conexión interpersonal más auténtica, aquí exploramos por qué vivir en un pueblo puede ser una elección gratificante.

1. Tranquilidad y Naturaleza

Los pueblos suelen estar rodeados de impresionantes paisajes naturales, desde colinas ondulantes hasta densos bosques y ríos serpenteantes. La tranquilidad que proporciona este entorno natural es invaluable para aquellos que buscan escapar del estrés y el ajetreo de la vida urbana. Respirar aire fresco y disfrutar de la serenidad de la naturaleza puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional.

2. Comunidad y Conexión Personal

En un pueblo, la comunidad es más que una palabra; es una realidad tangible. Las relaciones interpersonales son más cercanas y significativas, ya que los residentes suelen conocerse entre sí y se apoyan mutuamente en tiempos de necesidad. Los lazos comunitarios más fuertes pueden generar un sentido de pertenencia y seguridad que es difícil de encontrar en entornos urbanos más grandes y anónimos.

3. Costo de Vida y Calidad

En general, los costos de vida en los pueblos tienden a ser más bajos que en las ciudades. Los precios de la vivienda, la alimentación y otros gastos cotidianos suelen ser más asequibles, lo que puede permitir a los residentes disfrutar de una mejor calidad de vida con menos presión financiera. Además, en muchos pueblos, las distancias más cortas y la menor congestión vehicular pueden traducirse en menos tiempo perdido en desplazamientos y más tiempo para disfrutar de la vida.

4. Estilo de Vida Más Relajado

La vida en un pueblo a menudo sigue un ritmo más lento y relajado. Las prisas y el estrés asociados con la vida urbana disminuyen, lo que permite a los residentes tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Desde paseos tranquilos por el campo hasta tardes tranquilas en la plaza del pueblo, la vida en un entorno rural puede ofrecer una sensación de calma y serenidad que es difícil de encontrar en la vorágine de la ciudad.

5. Valor Cultural e Histórico

Los pueblos suelen estar impregnados de historia y cultura, con edificios antiguos, tradiciones arraigadas y una rica herencia que se remonta a siglos atrás. Esta conexión con el pasado puede ofrecer una sensación de arraigo y pertenencia a los residentes, así como oportunidades para explorar y aprender sobre la historia local y las tradiciones únicas de la región.

Contrastando con la Vida Urbana

Aunque los pueblos ofrecen una serie de beneficios atractivos, es importante reconocer que no son para todos. Las ciudades tienen sus propias ventajas, como una mayor diversidad cultural, una amplia oferta de entretenimiento y oportunidades profesionales. Además, algunas personas prefieren el ritmo acelerado y la emoción constante de la vida urbana.

En última instancia, la decisión de vivir en un pueblo o una ciudad depende de las preferencias individuales y las necesidades de cada persona. Para algunos, la tranquilidad y la conexión comunitaria de un pueblo son invaluables, mientras que para otros, el bullicio y la diversidad de la ciudad son irresistibles. Lo importante es encontrar el entorno que mejor se adapte a tu estilo de vida y te haga sentir más feliz y realizado.

 

 

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