Ya tenemos la primera gran crisis en el ejecutivo de Donald Trump en apenas semanas desde su nombramiento. Michael Flynn, asesor de seguridad nacional del presidente, informó de su dimisión a última hora de la noche (hora de Washington) después que algunos medios de comunicación revelaran que, al parecer, tuvo contactos con el Kremlin, además de mentir a altos cargos de la Casa Blanca respecto a una conversación con el embajador ruso, Sergei Kisliak. Flynn ha estado menos de un mes en su cargo.
Según anunció la Casa Blanca, le sustituye por ahora el general Joseph Kellogg, jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional del presidente. Este escándalo se produce en un momento en que el ejecutivo de Trump lidia con otro de sus grandes conflictos: el bloqueo judicial al bloqueo sobre el decreto migratorio.
En un comunicado de la Casa Blanca, el ya ex-asesor de Seguridad de Trump ha reconocido que dado lo acelerado de los acontecimientos dio «de forma involuntaria» al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos información no completa de esas conversaciones telefónicas.
«Me he disculpado sinceramente tanto al presidente como al vicepresidente, quienes han aceptado mis disculpas», ha explicado.
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