«El conductor del camión de butano robado en Barcelona detenido tiene antecedentes psiquiátricos. No se ha tratado de ningún acto terrorista», decía el Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que es quien se ha encargado también de subir a Twitter las fotografías del momento de la detención, en una acción dels Mossos d’Esquadra i la Guàrdia Urbana de Barcelona.
Al final, todo quedó en un susto, que duró unos diez minutos y siete interminables kilómetros por la ronda litoral de Barcelona en la que el conducto circuló a gran velocidad, sembrando el pánico ante una posible amenaza terrorista, ya descartada.
Se trata de un ciudadano sueco de 24 años, que ya estuvo condenado a tres años de prisión por violencia de género y tenía antecedentes por hurto y tráfico de drogas en su país. Joakim Robin Berggren, que así se llama el delincuente sueco, había gastado una gran cantidad de dinero –se habla de 20.000 euros— en la noche anterior que la pasó en Barcelona, de fiesta, en drogas, prostitución y alcohol. Con anterioridad, nunca había visitado España, se alojó con un amigo en el mismo hotel, aunque éste ya ha abandonado el país, y tan sólo hacía 24 horas que había llegado a tierras españolas.
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