Jordi Sanchis
¡Cómo me gusta el Valencia de Marcelino! Quizás sea pronto para tan rotunda afirmación, pero es que este equipo tiene muy buena pinta. Y eso que en el once inicial en el debut liguero frente a Las Palmas jugaban 9 jugadores que ya estaban la temporada pasada, pero nada que ver con aquellos futbolistas desganados e indolentes. Con el entrenador asturiano, ahora muerden, presionan, luchan, dominan, corren, se vacían… y hasta protestan. Lo nunca visto.
El nuevo Valencia es sólido y ordenado, y como dice el propio Marcelino, defiende para robar y salir a la contra, pero cuando tiene el balón en posesión siempre busca la portería contraria, solo con defender no le vale. Contra Las Palmas acumuló tantas virtudes que es difícil enumerarlas todas, defectos pocos, el más clamoroso la falta de definición, que condenó a Mestalla a un sufrimiento innecesario cuando lo lógico habría sido vivir la placidez de una goleada merecida. Pero cuando se mantiene el cero atrás, sumar es seguro, y ganar está más cerca. Matemática pura.
En los primeros 20 minutos ya había rozado el gol en varias ocasiones. Parejo, el líder del centro del campo, Soler y Medrán dominaron la zona ancha a placer, con Cancelo y Nacho Vidal entrando por la derecha una y otra vez como cuchillo en mantequilla, y los dos puntas con mucha movilidad arriba. Rodrigo, Zaza y Vidal pudieron inaugurar el marcador en ese tramo incial, pero el primer tanto oficial de la temporada en Mestalla se hizo esperar hasta el minuto 22, cuando Carlos Soler -inteligencia futbolística al servicio de los suyos partiendo desde banda izquierda- cede un balón a Simone Zaza que desde la frontal y con el interior de su pie izquierdo manda el balón al fondo de las mallas. 1-0.
Una jugada tan sencilla como efectiva, que a la postre supondría que los 3 puntos se quedaran en casa. Se ponía el encuentro de cara, y más todavía cuando el árbitro extremeño Gil Manzano castigó con roja directa una durísma entrada de Halilovic a Gayà en el minuto 33. Los canarios, que apenas habían comparecido sobre el césped hasta ese momento, aún asumieron un papel más secundario si cabe ante un Valencia protagonista.
Los valencianistas las fallaron de todos los colores. Rodrigo en el último suspiro de la primera parte no supo resolver un contragolpe conducido por Cancelo. El propio Joao, ya en la reanudación, perdonó por dos veces ante Leandro Chichizola. El portero argentino tuvo una destacada actuación y evitó que el equipaje en la vuelta a las islas fuera cargado de goles.
Rodrigo, Cancelo, Mina y un extenuado Zaza completaron la colección de errores ante el portero rival. Pero tanto fallo no quita ni un ápice de mérito a un equipo comprometido y convencido de sus posibilidades, que buscó la victoria desde el minuto 1 al 93. La grada acabó entregada. Este Valencia gusta, porque posee las señas de identidad que le han llevado a los grandes triunfos históricamente.
A destacar la ovación que se llevó Rodrigo al ser sustituido. A pesar de estar negado ante el gol, el público supo agradecer su entrega constante. También fue emotiva la despedida de Cancelo, que tras jugar un partidazo, se despidió entre lágrimas, ya que en los próximos días se convertirá en jugador del Inter de Milán.
1. Valencia CF: Neto, Nacho Vidal, Garay, Vezo, Gayà, Parejo, Medrán (Nacho Gil, m. 72), Carlos Soler (Maksimovic, m. 88), Joao Cancelo, Rodrigo (Santi Mina, m. 79) y Zaza.
0. UD Las Palmas: Chichizola, Simón (Michel Macedo, m. 84), Lemos (Castellano, m. 78), Ximo Navarro, Castellano, Bigas, Tana (Araujo, m. 78), Halilovic, Vitolo, Viera y Calleri.
Gol: 1-0. M. 22: Zaza.
Árbitro: Gil Manzano, del comité extremeño. Amonestó a Zaza, Parejo y Gayà del Valencia CF, y a Ximo Navarro, Bigas y Simon de la UD Las Palmas. Expulsó con roja directa al visitante Halilovic en el minuto 33.
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