Jordi Sanchis
No hay manera de aclararse con este Valencia. Cuando ya parecía ser más fiable y mostrar el compromiso perdido, ha vuelto a las andadas. Contra el Málaga no tuvo nada de nada. Ni juego, ni estilo, ni ganas. Preocupante ver de nuevo a un equipo sin rumbo, que no da la talla y viaja para volver de vacío, casi como idea preconcebida. No competir es un pecado demasiado grande que comete este grupo ya por enésima vez. Los detractores de Voro afilan sus garras para criticar ferozmente a un entrenador que fue claramente superado por Míchel, en todos los aspectos.
La primera parte valencianista fue horrible. Sin actitud y sin ambición ninguna. Con algunos titulares habituales en el banquillo y cuatro mediocentros sobre el césped, no tuvo control ninguno de la situación. Y es que limitar a Soler a estar en una banda es un crimen. Los Camacho, Recio y Fornals se los comieron. Ganaron todos los duelos y se convirtieron en dueños y señores del choque.
Los locales dominaron a sus anchas, lo pusieron todo, hasta una excesiva dureza no castigada por el árbitro. La posesión llegó a ser de un 74%-26%, ridícula para unos visitantes indolentes. Tras dos intentos del Málaga desde fuera del área, los valencianistas se fueron asentando mínimamente, con Munir como protagonista, con un centro chut que no alcanzó Mina por poco y siendo objeto de un penalti que Iglesias Villanueva no quiso ver. Uno más. menuda temporadita.
Y cuando parecía que el equipo de Voro estaba mejor, el Málaga golpeó y por partida doble. Minuto 36, centro desde la izquierda y Recio cabecea a placer, con Alves y Lato siguiendo al centrocampista con la mirada. 1-0. Demasiadas concesiones contra un rival que mostraba hambre y quería ganar.
Tan solo cuatro minutos después, y con Garay tendido en el suelo, Sandro engancha un potente remate desde la frontal y tras un rebote defensivo el balón se introduce de nuevo en la portería de Alves. 2-0, y el Valencia, como Garay, noqueado. El central argentino fue retirado en camilla y con collarín. El fútbol es para listos, o eso dicen. Al descanso se llegó con un claro marcador a favor del único equipo que lo había buscado desde el minuto 1.
El segundo tiempo, prácticamente sobró, por los menos para el Valencia, que asumió la inciativa, pero de manera ficticia. Fue humo. Mucho sobo de pelota, pero muy lejos del área. Sin profundidad, ni ganas, solo dejando pasar los minutos hasta el pitido final. Sandro sí la tuvo y muy clara en un mano a mano que le ganó Alves. El orgullo de Mangala evitó males mayores en varias contras blanquiazules. Los goles cantados que fallaron Mina y Mangala en los últimos minutos únicamente sirven para maquillar la estadística, pero no las sensaciones y el juego, muy muy pobres.
2. Málaga: Kameni, Rosales, Llorente, Luis Hernández, Ricca, Camacho, Recio, Pablo Fornals, Ontiveros (Keko, m. 72), Jony (Juankar, m. 59) y Sandro (Charles, m. 87).
0. Valencia CF: Diego Alves, Joao Cancelo, Garay (Orellana, m. 44), Mangala, Lato, Parejo, Carlos Soler, Enzo Pérez, Medrán (Zaza, m. 76), Munir (Nani, m. 71) y Santi Mina.
Goles: 1-0. M. 36: Recio. 2-0. M. 40: Sandro.
Árbitro: Iglesias Villanueva (comité gallego). Amonestó a Recio, Llorente y Juankar del Málaga, y a Mangala, Parejo y Enzo Pérez del Valencia CF.
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