Jordi Sanchis
Cuando un partido acaba sin goles se suele decir que los dos equipos han empatado a nada, pero no, no es el caso de este Valencia-Sevilla vibrante en el que empataron a mucho. Y es que para los valencianistas enfrentarse a un conjunto instalado desde hace varias temporadas en la nobleza de España y Europa era un reto que despertaba ciertas dudas, pero demostraron que pueden dar el nivel suficiente para, al menos, igualar las fuerzas. Tutear a este Sevilla no está al alcance de cualquiera.
Y aún sin goles, hubo de todo: ocasiones, tensión, lucha y polémica, mucha polémica. Los jugadores y aficionados locales se quejaron del criterio arbitral en la señalización de faltas y tarjetas, además de pedir gol en una jugada en la que el balón no llegó a entrar, penalti en una zancadilla que pareció clara de Lenglet a Zaza y legalidad en un tanto anulado al delantero italiano por manos. Los sevillistas, por su parte, reclamaron con vehemencia unas manos de Alves fuera del área. González González no estuvo a la altura del partido.
La primera parte fue blanquinegra, con Orellana de mediapunta y Soler demasiado arrinconado en una banda la otra, según el tramo del encuentro, el dominio fue local. El centro del campo estuvo muy poblado. Sampaoli puso músculo y centímetros juntando en el once a Iborra y N’Zonzi. En los primeros minutos, el Valencia avisó de sus intenciones con una volea desviada de Zaza y un chutazo de Orellana que Sergio Rico envió a córner. Aunque la oportunidad más clara fue para los visitantes con un remate de Jovetic al palo.
Tras una gran acción personal de Montoya, Munir pudo inaugurar el marcador, pero Mariano sacó su cabezazo sobre la misma línea. El combativo Zaza, también con la testa, puso el punto final en la relación de acciones destacables del primer parcial. Tras el descanso el decorado cambió, con un Sevilla mandón que demostró porque aspiraba al título hasta hace bien poco.
La primera, no obstante, la tuvo Munir, con un disparo alto tras un buen robo a los defensas. Pero el equipo rojo se fue adueñando del partido. Una falta sacada por Escudero que rozó el palo, un centro-chut que casi se cuela y una internada de Correa con parada de Alves fueron algunos de los intentos del Sevilla por llevarse los tres puntos.
El contrapunto lo puso nuevamente Zaza, que se fabricó una ocasión para rematar y obligar a Sergio al rechace con los pies. El ex de la Juve representa algunos de los valores perdidos por el Valencia en los últimos tiempos: pelea, entrega y compromiso. Cada esprint suyo, cada presión a los contrarios, cada protesta o cada remate son premiados desde la grada con una sonora ovación. Lo quieren, se lo ha ganado.
A la buena labor de Zaza hay que unirle la progresión de Soler y Lato. Los de la casa volvieron a dar un muy buen nivel, y la afición también está entregada a los dos canteranos. Entre todos, el grupo, con Voro a la cabeza, han conseguido que el miedo al descenso se esfumara, incluso matemáticamente. Cuatro partidos consecutivos ya sin conocer la derrota, con 10 puntos sumados de 12 posibles confirman la evidente mejoría.
Es un buen momento para empezar a construir, para crear un nuevo Valencia CF, sin complejos, capaz de estar entre los mejores. Hay que aprender de los errores del pasado. No se puedo dar ni un paso más atrás, solo mirar hacia delante y andar sin pausa, con un proyecto firme para estar de nuevo arriba. Es tiempo para valientes, los que tengan dudas que se queden en el andén.
0. Valencia CF: Diego Alves, Montoya, Garay, Mangala, Lato, Parejo (Santi Mina, m. 87), Carlos Soler, Enzo Pérez, Munir (Joao Cancelo, m. 72), Orellana (Nani, m. 80) y Zaza.
0. Sevilla FC: Sergio Rico, Mariano, Nico Pareja, Lenglet, Escudero, ‘Mudo’ Vázquez (Montoya, m. 82), N’Zonzi, Iborra; Sarabia, Correa y Vitolo (Jovetic, m. 16).
Árbitro: González Gonzaléz (comité castellano leonés). Amonestó a Enzo Pérez, Lato y Carlos Soler del Valencia CF, y a Jovetic e Iborra del Sevilla.
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