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En el fútbol, también es cuestión de educación, por @aguedabayarri

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Águeda Bayarri

He ido a bastantes partidos de fútbol regional y a bastantes campos de fútbol. He visto fútbol de todas las categorías y he ido a bastantes partidos de fútbol profesional y a bastantes campos de fútbol. Me gusta el deporte y la deportividad. Me gusta el fútbol o, mejor dicho, me gusta a ratos, porque a veces acabo bastante harta. No del fútbol, si no de todo lo que engloba el fútbol, el “ mundo “ del fútbol, porque sí, es otro mundo. Últimamente se habla de las agresiones que están habiendo entre padres en los partidos de fútbol y también a los árbitros, la mayoría de veces niños también. El fútbol es un mecanismo para educar y formar en valores, además de practicar deporte que es algo fundamental en todas las etapas de la vida y el fútbol regional, además, es para divertirse compitiendo. La mayoría de las veces los entrenadores son chicos jóvenes comprometidos que preparan los entrenamientos de la semana y madrugan el fin de semana para dirigir un partido de niños, de eso, niños. Porque ellos son los que juegan, no los padres. Éstos deben animar a su equipo, al de sus hijos, sin insultar al rival. Así lo veo yo, que no soy madre pero sí hermana mayor y acompañante durante muchos años a muchos campos y partidos de fútbol.

Pero es difícil, lo sé. Esto ha ocurrido siempre, es muy difícil de cortar, es una cuestión de educación…son expresiones que he escuchado estos días y las entiendo, pero algo hay que hacer para que esto cambie. Al fútbol profesional le acompañan múltiples campañas de juego limpio, fair play. Los futbolistas teorizan pero no dan ejemplo en el terreno de juego. Son escasos los ejemplos de deportividad durante un partido de fútbol. Lo mismo ocurre en la grada. El insulto es el recurso fácil de los aficionados. Esta semana leí una entrevista a Ander Herrera en el diario ABC que me reconcilió por momentos con este deporte.

También dicen los clubes profesionales que tienen escuelas de élite que no les tiembla el pulso a la hora de expulsar a un jugador de su club si sus progenitores no cumplen unas mínimas normas de comportamiento. Permítanme que dude, porque supongo que como dice Jarabe de Palo,  “ depende “  y “ ¿ de qué depende ? ” , de lo bueno o malo que sea el crío. Ejemplos de salidas de tono como las del padre de Neymar no son un ejemplo.

salacadula

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Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor

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Cuidar madre Alzheimer
Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor-FREEPIK

En el torbellino de nuestras vidas, donde cada día parece traer consigo nuevos desafíos y responsabilidades, a menudo nos encontramos luchando por equilibrar nuestras vidas personales y profesionales. Pero ¿qué sucede cuando ese equilibrio se ve eclipsado por una realidad implacable? ¿Cómo lidiamos con el impacto emocional y psicológico de ser cuidadores de un ser querido con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer?

Esta es la historia de una periodista apasionada que, entre entrevistas y artículos, se enfrenta a una batalla mucho más íntima: la lucha diaria de cuidar a su madre, quien lenta pero inexorablemente se desvanece en las garras de la enfermedad de Alzheimer.

Para ella, cada día es un viaje emocional plagado de altibajos. Desde los momentos de lucidez y conexión con su madre hasta las dolorosas luchas para recordar quién es ella misma, cada momento está marcado por una mezcla de amor incondicional y dolor impotente. Es una montaña rusa de emociones, donde la alegría y la tristeza se entrelazan en un baile constante.

Su vida como periodista le ha enseñado a mirar más allá de las apariencias y a buscar la verdad en cada historia. Y en este viaje junto a su madre, encuentra una verdad más profunda: la importancia de la empatía, la compasión y el amor incondicional. A medida que navega por los desafíos diarios del cuidado, descubre una fuerza interior que nunca supo que poseía.

Pero no todo son lecciones y momentos de claridad. Hay días oscuros, días en los que el peso del cuidado parece demasiado grande para soportarlo. Días en los que la frustración y la impotencia amenazan con abrumarla. Sin embargo, incluso en esos momentos más oscuros, encuentra consuelo en la gente que la rodea. Amigos y familiares se unen para ofrecer apoyo y comprensión, recordándole a ella y a su hermana que no están solas en este viaje.

A medida que el Alzheimer avanza implacablemente, ella se enfrenta a una dolorosa verdad: la inevitabilidad de la pérdida. Pero también encuentra consuelo en el conocimiento de que el amor trasciende las barreras del tiempo y la memoria. Aunque su madre pueda olvidar su nombre y sus rostros, el amor que sienten el uno por el otro perdura, inquebrantable e indestructible.

La historia de esta periodista es una historia de amor. Un amor que desafía las limitaciones del tiempo y el espacio, un amor que persiste a pesar de las pruebas y tribulaciones. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor es la fuerza que nos sostiene, la luz que guía nuestro camino. El amor que vio crecer en su casa día a día, sin interrupción.

En medio del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero esta historia nos recuerda que, en lo que de verdad importa, son las conexiones humanas y los lazos de amor los que nos sostienen en los momentos más difíciles. Y en el poder cuidar de su madre con Alzheimer, encuentra no solo una prueba de su amor, sino también una lección de humanidad y compasión que nunca olvidará.

SRA

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