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Muere Antonio Gala

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El escritor Antonio Gala en una imagen fechada en 2018. EFE/ Rafa Alcaide

Córdoba (EFE).- El poeta y dramaturgo Antonio Gala ha fallecido este domingo a los 92 años en Córdoba, según han informado a EFE fuentes cercanas a la familia.

Gala, uno de los autores en español más leídos -y más reconocidos-, tanto dentro como fuera de España, era escritor, dramaturgo, poeta y ensayista de personalidad compleja, gran elegancia y vastísima cultura.

Nacido en Brazatortas (Ciudad Real) el 2 de octubre de 1936, Ángel Custodio Gala y Velasco, siempre se consideró cordobés de adopción al haber vivido gran parte de su vida en esta ciudad andaluza, que además tuvo un gran peso en su obra.

Precisamente la fundación que lleva su nombre tiene su sede en la antigua capital de los Omeyas.

Antonio Gala, un niño precoz

Hijo de médico, Luis Gala Calvo, y de Adoración Velasco, fue un niño precoz. Contaba él que con solo cuatro años escribió su primer relato; con cinco, su primera pieza teatral y a los 14 años ofreció su primera conferencia en el Círculo de la Amistad de Córdoba.

Se licenció en Sevilla en Derecho y en Filosofía y Letras primero y, después, estudió Ciencias Políticas y Económicas en Madrid, donde además se doctoró en Derecho.

A aquella etapa universitaria pertenecen sus primeros poemas, que publicó en revistas. Y junto a amigos como Gloria Fuertes y Julio Mariscal, fundó las revistas “Aljibe” y “Arquero de Poesía”.

Para agradar a su padre oposita a Abogacía del Estado, pero tras el esfuerzo y la presión paterna, abandona e ingresa en 1958 en los Cartujos de Jerez donde estuvo casi un año, hasta ser expulsado.

Comienza entonces una etapa bohemia y trabaja en distintos oficios para ganarse la vida. Al volver a Madrid trabaja como profesor de Historia del Arte y de Filosofía en varios colegios.

Galardonado con numerosos premios

Su obra poética, iniciada con “Enemigo íntimo” (1959), reconocido con el Premio Adonais de Poesía, continúa con “Sonetos de la Zubia” (1981) “Poemas cordobeses” (1994), “Poemas de amor” (1997), “Testamento andaluz” (1998) y “El poema de Tobías desangelado” (2005), al que el propio autor consideraba su “testamento literario”.

Vive un año en Florencia, donde dirigió la galería La Borghese y, de vuelta a España, inició su fructífera carrera teatral con “Los verdes campos del edén” (1963), que fue Premio Nacional de Teatro “Calderón de la Barca”, a la que siguieron “Los buenos días perdidos”, que ganó el Premio Nacional de Literatura 1972, “Anillos para una dama” (1973), “¿Por qué corres Ulises?” (1975), “Petra Regalada” (1980), “Samarkanda” (1985), “Carmen, Carmen” (1988) y “La truhana” (1992).

En 1990 publica su primera novela, “El manuscrito carmesí”, con la que ganó el Planeta. Tras ella, publicó “La pasión turca” (1993) y “Más allá del jardín” (1995), ambas llevadas al cine, “La regla de tres” (1996); “Las afueras de Dios” (1999); “El pedestal de las estatuas” (2007) o “Los papeles de agua” (2009).

Articulista prolífico, muchos de ellos, recogidos en libros como “Mis charlas con Troylo” (1981) -Premio César González Ruano de Periodismo-, “Cuaderno de la dama de otoño” (1985); ‘La soledad sonora” (1991) o “La Tronera”, título de su columna de El Mundo desde 1992.

Gala escribió también guiones para TV como “Y al final esperanza” y para series como “Si las piedras hablaran” (1985) o “Paisaje con figuras” (1995) y hasta se atrevió con una ópera, “Cristóbal Colón”.

Experto en la cultura árabe

Hijo predilecto de Andalucía, es un gran experto en la cultura árabe en España Al-Andalus, con títulos como “Granada de los nazaríes” (1992), “Andaluz” (1994) o el recopilatorio “Córdoba de Gala” (1993).

Durante los años ochenta tuvo una intensa vida cultural. Fue presidente del Centro Español del Instituto Internacional de Teatro y presidente fundador de la Asociación de Amistad Hispano Árabe. Y en los noventa fue uno de los impulsores de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (AEPI).

Gala también se ha significado en asuntos políticos. En 1986 participó activamente en la Plataforma Cívica, que propugnó el “No” en el referéndum contra la OTAN; apoyó la huelga general de 1988; en 1993 encabezó manifestaciones contra la Ley de seguridad ciudadana del entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera y respaldó el Movimiento del 15M.

En julio de 2011 desde su columna en El Mundo reveló que padecía un cáncer de colon difícil extirpación. Estuvo luchando contra la enfermedad, sin salir de su domicilio, hasta junio de 2014, cuando muy abatido, se dejó ver en la entrega de los premios de poesía que llevan su nombre.

Un año después, volvió a acudir a la cita tras anunciar unos meses antes, en febrero de 2015, que estaba “libre del cáncer”.

La casa-museo de la Baltasara

El 20 de noviembre de este mismo año, pronunció un emotivo discurso grabado que sonó a despedida, durante el acto de entrega de los Premios Turismo de Granada 2015. Gala, que no viajó a la ciudad nazarí debido a su delicado estado de salud, intervino a través de una grabación en la que confesó “sentirse en las últimas”.

Una de sus últimas apariciones públicas fue en abril de 2018, cuando asistió a la entrega de los Premios Loewe de Poesía, concedido a un antiguo becario de su fundación y gran amigo, Ben Clark.

En 2017 se presentó “Córdoba de Gala”, una antología que reúne textos del autor sobre la ciudad andaluza extraídos de su obra literaria y que amplía la edición publicada en 1993 con el mismo título.

En 2021 se abrió la casa-museo de Antonio Gala en la finca La Baltasara de la localidad malagueña de Alhaurín el Grande, donde residió el escritor, como centro cultural multidisciplinar con vocación internacional.

Miembro de honor en la Real Academia de Córdoba de Ciencias y de las Bellas Letras y Nobles Artes (2008), posee el Premio de la Crítica, el Quijote de Oro 1972-73, el Premio Nacional de Guiones 1973, el Premio Medios Audiovisuales 1976, el Premio de las Letras Andaluzas 1989, el Max de Honor 2001 y el de Periodismo de la Asociación Pro Derechos Humanos, entre otros

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Cultura

San Vicente Ferrer: El predicador que transformó corazones y almas en la Valencia medieval

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San Vicente Ferrer
San Vicente Ferrer

La historia de San Vicente Ferrer es fascinante y está llena de eventos significativos que marcaron tanto su vida como su legado en la historia de la Iglesia Católica.

Nombre: San Vicente Ferrer

Fecha de nacimiento: 23 de enero de 1350

Lugar de nacimiento: Valencia, Reino de Valencia

Fecha de fallecimiento: 5 de abril de 1419

Lugar de fallecimiento: Vannes, Ducado de Bretaña (actual Francia)

Logros y Contribuciones:

  1. Predicador Incansable: Dedicó su vida a predicar el mensaje del Evangelio por toda Europa, desde España hasta Italia, Francia, Suiza e incluso Inglaterra. Su elocuencia y persuasión atrajeron multitudes, y se le atribuye la conversión de miles de personas.
  2. Renovador Espiritual: Fue un líder espiritual en un período de agitación y división en la Iglesia Católica. San Vicente Ferrer promovió la reforma eclesiástica y la renovación espiritual a través de su predicación centrada en la penitencia, la virtud y el amor a Dios.
  3. Milagros y Leyendas: Se le atribuyen numerosos milagros durante su vida y después de su muerte, lo que contribuyó a su reputación de santidad. Entre los milagros más conocidos se incluyen curaciones milagrosas, resurrecciones y eventos sobrenaturales.
  4. Canonización y Legado: Fue canonizado por el papa Calixto III en 1455. Su legado perdura hasta hoy, siendo venerado como el patrón de los predicadores y protector de la ciudad de Valencia. Su influencia es visible en la iconografía religiosa, la literatura y el arte.

Características Personales de San Vicente Ferrer:

  1. Carisma y Elocuencia: Dotado de un don para la oratoria, San Vicente Ferrer cautivaba a su audiencia con su elocuencia y fervor. Su habilidad para comunicar la palabra de Dios lo convirtió en un predicador excepcionalmente influyente.
  2. Devoción y Humildad: A pesar de su fama y reconocimiento, San Vicente Ferrer mantuvo una vida de humildad y devoción a Dios. Se entregó por completo al servicio de los demás y vivió una vida de austeridad y sacrificio personal.
  3. Compasión y Compromiso Social: Demostró una profunda compasión por los necesitados y los enfermos, dedicando tiempo y recursos a ayudar a los menos afortunados. Su compromiso social reflejaba su convicción de que la fe cristiana debía manifestarse en acciones concretas de amor y servicio.

Los aspectos más destacados de su vida:

  1. Orígenes y Educación: San Vicente Ferrer nació el 23 de enero de 1350 en Valencia, España, en el seno de una familia noble. Desde temprana edad, mostró una profunda devoción religiosa y una inteligencia excepcional. Estudió teología y derecho canónico en la Universidad de Lérida y más tarde en la Universidad de Montpellier, donde obtuvo su doctorado.
  2. Vida Religiosa: Después de completar sus estudios, Vicente Ferrer ingresó en la Orden de los Dominicos, dedicándose por completo a la vida religiosa y al estudio de las Escrituras. Pronto destacó por su profunda espiritualidad y su elocuencia en la predicación.
  3. Predicación y Misiones: Uno de los aspectos más destacados de la vida de San Vicente Ferrer fue su extensa labor misionera y su capacidad para atraer multitudes con sus sermones. Recorrió gran parte de Europa, desde España hasta Italia, Francia, Suiza e incluso Inglaterra, predicando la palabra de Dios y convirtiendo a miles de personas.
  4. Milagros y Leyendas: Durante su vida y después de su muerte, se atribuyeron a San Vicente Ferrer numerosos milagros. Se dice que realizó curaciones milagrosas, resucitó a los muertos y predijo el futuro. Estos eventos sobrenaturales contribuyeron a su fama de santidad y a la veneración popular.
  5. Reforma Eclesiástica: En un momento de agitación y división en la Iglesia Católica, San Vicente Ferrer abogó por la reforma eclesiástica y la renovación espiritual. Sus sermones se centraban en la penitencia, la virtud y el amor a Dios, y su influencia contribuyó a revitalizar la fe de muchos.
  6. Canonización y Legado: San Vicente Ferrer fue canonizado por el papa Calixto III en 1455, apenas 36 años después de su muerte. Su legado perdura hasta hoy, siendo venerado como el patrón de los predicadores y protector de la ciudad de Valencia. Su influencia es visible en la iconografía religiosa, la literatura y el arte.

La vida de San Vicente Ferrer es un testimonio de fe, devoción y entrega al servicio de Dios y de sus semejantes. Su ejemplo continúa inspirando a millones de personas en su búsqueda de una vida de virtud y amor cristiano.

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