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Comienzan a desembarcar los primeros inmigrantes del Dattilo

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VALENCIA, 17 Jun. (EUROPA PRESS) –

La primera nave de la flota del Aquarius, el barco italiano Dattilo, ha arribado al muelle 1 del puerto de València tras ocho días de travesía a las 6.50 horas de este domingo con 274 personas a bordo: 182 hombres, 32 mujeres y 60 menores no acompañados (ocho chicas y 52 chicos).

El barco ha entrado por la bocana poco antes de las seis y media de la mañana y ha tardado unos 20 minutos en atracar hasta las 6.50 horas, mientras se colocaba la escalerilla y el dispositivo se organizaba a los pies de la embarcación. Los migrantes han empezado a bajar por grupos a las siete y media para ser atendidos.

El Dattilo -dependiente de la Guardia Costera de Italia– lleva la mayor cantidad de menores; las seis embarazadas viajan en el Aquarius junto a los diez menores acompañados. De los 85 casos de problemas leves detectados por los cuerpos humanitarios -ninguno es de gravedad–, 12 han realizado la travesía en el primer barco.

La llegada de los buques es escalonada para mejorar la asistencia de los 629 migrantes de 26 nacionalidades distintas a bordo. El Aquarius, la segunda embarcación -de la ONG SOS Mediterráneo–, llegará previsiblemente a las 9 horas, mientras que el Orione de la Marina Militare italiana cerrará la flota sobre las doce del mediodía.

Comienzan a desembarcar los primeros inmigrantes del Dattilo

Los 274 inmigrantes que viajan a bordo del Dattilo, uno de los tres barcos de la flota del Aquarius, han comenzado a desembarcar de forma escalonada en el Puerto de València, donde están siendo atendido por 356 policías de distintas especialidades necesarias.

Tras ocho días de travesía, el barco ha atracado a las 6.50 horas de este domingo con 182 hombres, 32 mujeres y 60 menores no acompañados (ocho chicas y 52 chicos). De forma escalonada, se les proporcionará primero atención médica y posteriormente se realizará el trámite de identificación y documentación, según informa la Policía.

Para las identificaciones, la Policía ha dispuesto 25 equipos fijos de reseña y dos móviles, en total, 52 agentes preparados para labores de policía científica e identificación de las personas que van a bordo de los buques.

Los primeros en desembarcar han sido un grupo de nueve personas y, a continuación, otro de cuatro. El procedimiento, que sigue su curso, implica que sube primero al barco personal de Sanidad Exterior, según el 112 GVA.

DESEMBARCO Y ASISTENCIA
Los migrantes desembarcan en grupos de 20 personas y pasarán por los diez puestos habilitados en caso de necesidad de atención médica o traslado hospitalario a la red pública valenciana. Los que no precisen de asistencia pasarán a las carpas de espera para recibir apoyo psicológico por parte de efectivos de Cruz Roja, donde aguardarán previsiblemente un máximo de 90 minutos hasta el proceso de filiación de la Policía Nacional.

La organización humanitaria les ayudará en su integración sociolaboral, mediante el conocimiento del idioma y de la cultura donde se integrarán. Posteriormente serán llevados a centros de acogida en función de las características de los migrantes, para respetar la agrupación familiar y la unidad de los menores. Las mujeres a bordo de la flota recibirán atención especial para detectar si han sido víctimas de trata.

El dispositivo de acogida para los tres barcos está compuesto por 2.300 personas. Cruz Roja tiene previsto entregar mil kits de primera necesidad -calzado, ropa, higiene y barritas energéticas para bebés– y 15 toneladas de productos alimentarios. En el puerto de València hay un centenar de camas y otras cien de reserva, así como un albergue provisional con capacidad para 350 personas.

ACOGIDA EN ESPAÑA
En cuanto a si se quedarán o no en España, Cruz Roja Valencia explicó este pasado sábado que dependerá de si eligen instalarse o seguir su trayectoria migratoria, entre otras razones. De hecho, los responsables del dispositivo comentaron que tanto Italia como España son puntos de entrada en los que no suelen quedarse.

Ahora bien, desde el Gobierno, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunció la pasada jornada que los migrantes a bordo del Aquarius recibirán una «autorización especial» de un mes y después serán tratados conforme a la legalidad española.

Francia colaborará en la acogida de los 629 migrantes, rescatados esta semana frente a las costas de Libia y rechazados por los puertos de Italia y Malta. A la expedición inicial del Aquarius, perteneciente a la ONG SOS Mediterráneo, se unieron el patrullero Orione de la Marina Militare italiana y el buque Dattilo de la Guardia Costiera del país alpino, acompañados desde la pasada madrugada por el patrullero Vigía de la Armada española. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio instrucciones el lunes para que España los acogiera tras la negativa del ministro italiano Matteo Salvini.

«OLA DE SOLIDARIDAD»
Por parte de la Generalitat, el ‘president’, Ximo Puig, ensalzó esta semana la «ola de solidaridad» que ha exhibido la sociedad valenciana con la acogida del Aquarius. «Hemos pasado de la València de la Gürtel a la Comunitat de la solidaridad», manifestó, y lo definió como un acto de humanidad, «como pasó hace 80 años en otros países cuando los republicanos españoles se tuvieron que ir al exilio», y también de cumplimiento de la legalidad, para remarcar que «el que no la ha cumplido ha sido el Gobierno italiano».

La vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, coincidió en que la sociedad valenciana «no deja nadie a la deriva». Subrayó además que, en las tres reuniones de coordinación ante la llegada de la flotilla, el Gobierno central no planteo que se iba a aplicar la ley de extranjería, y contrapuso así la diferencia entre encontrarse un barco en aguas territoriales españolas y «una intervención política» de ofrecer a esta embarcación atracar en València.

A nivel local, el alcalde, Joan Ribó, tras ofrecer València como puerto de llegada, recordó su condición como ‘ciudad refugio’ y defendió como «absolutamente inhumano» dejar un barco a la deriva en esa situación. Descartó acudir a la recepción por entender que la «faena de los políticos no es estar allí para hacerse una foto» y que «por encima de todo está la dignidad de las personas».

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¿Qué pasa si Sánchez dimite? ¿Quién sería el presidente? ¿Habría nuevas elecciones?

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¿Qué pasa si Sánchez dimite?
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez- Foto: CONGRESO
¿Qué pasa si Sánchez dimite? La posibilidad de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, renuncie al cargo abre un escenario incierto con muchas incógnitas pero que en su mayoría tienen respuesta en la Constitución y la ley electoral.

¿Qué pasa si Pedro Sánchez dimite?

El artículo 101 de la Constitución Española tiene previsto el escenario de una dimisión o fallecimiento del presidente del Gobierno o de una pérdida de confianza parlamentaria, como podría ser una moción censura.

“El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su Presidente”, reza la Carta Magna.

En este caso, la dimisión del jefe del Ejecutivo conllevaría que todo el Gabinete continuaría en funciones hasta que se nombre un nuevo presidente del Gobierno.

Ello significa que el Gobierno estaría limitado en sus atribuciones, sin capacidad para legislar, al igual que sucede pasadas las elecciones generales y antes de elegir al nuevo Gobierno.

¿Quien nombraría al nuevo presidente?

El Congreso sería el encargado de elegir a un nuevo presidente en un proceso idéntico al de las investiduras que se celebran tras unas elecciones generales.

El rey haría una ronda de consultas con los portavoces de los partidos con representación en la Cámara Baja y tras escuchar sus opiniones designaría un candidato.

Fue lo que ocurrió en 1981 cuando dimitió Adolfo Suárez. Su partido, UCD, propuso a Leopoldo Calvo-Sotelo como su sucesor, y tras un debate de investidura, interrumpido en su votación por el intento de golpe de Estado del 23F, fue elegido presidente por el Congreso.

En esta hipótesis, el candidato designado por el rey para suceder a Pedro Sánchez se sometería a un debate de investidura y para ser elegido debería recibir el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso en primera votación o más síes que noes en segunda.

Si el candidato no lograra ser investido, arrancaría un plazo de dos meses en el que nuevos candidatos propuestos por el rey pueden optar a la Presidencia. Si tras estos dos meses ningún candidato consigue la confianza del Congreso las Cortes se disuelven de forma automática y se convocan nuevas elecciones generales.

¿Puede Pedro Sánchez convocar elecciones?

La respuesta es no, de momento. En el caso de que Pedro Sánchez no decida renunciar este lunes, fecha que ha fijado para anunciar su decisión, debería esperar, como pronto hasta el próximo 31 de mayo, para convocar elecciones generales.

La ley impide que el presidente disuelva las Cortes antes de que pase un año de la anterior disolución. Solo desde entonces podría aprobar el decreto de disolución y convocatoria de elecciones, que se celebrarían pasados 54 días.

Ello llevaría las elecciones a las últimas semanas del mes de julio. La ley no establece que tengan que celebrarse en domingo, pero si así fuera, lo más probable es que se fueran al 28 de julio.

¿Y si Sánchez decide someterse a una cuestión de confianza?

Otra posibilidad es que Pedro Sánchez no renuncie a su cargo, pero decida por contra presentar una cuestión de confianza.

Se trata de un instrumento político del que dispone el presidente del Gobierno para afrontar una situación de debilidad frente al Parlamento que le ha elegido y mediante el cual el Gobierno pide al Congreso el respaldo a su política.

La Constitución, en su artículo 112, establece que el presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general. La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los Diputados.

Según establece el Reglamento del Congreso, el debate se desarrolla con el mismo formato que las sesiones de investidura. La confianza se entiende otorgada cuando obtenga el voto de la mayoría simple de los Diputados.

Si Sánchez no obtuviera la confianza del Congreso, ocurriría igual que si hubiera dimitido y se iniciaría el proceso para investir a un nuevo presidente, con consultas del rey y un nuevo debate de investidura.

De nuevo, y como en el caso de las investiduras fallidas tras unos comicios generales, el artículo 172 del Reglamento del Congreso fija que si transcurren dos meses y ningún candidato consigue la confianza del Congreso, el presidente de la Cámara someterá a la firma del Rey el decreto de disolución de las Cortes Generales y de convocatoria de elecciones.

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