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Pensionistas: El talento olvidado de las canas, por @JoseSorzano

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en

José Antonio Sorzano Escavy.

 Foro de Opinión: José Luis Sampedro.

A uno se le empiezan ya a hinchársele dicho educadamente las narices, por no decir los cojones, al ver el desprecio y la inmisericorde manera que tienen nuestros políticos o actual clase dirigente, de tratar de ponerle fin a la cada vez más alarmante precariedad económica de nuestros queridos y canosos pensionistas.

Y es que al mas “pintao” con un poco de sensibilidad, se le parte el alma al ver juntos de la mano al listo de Rajoy y al guapito de Rivera, como casi con las lagrimas en los ojos y sumidos en un  éxtasis patriótico de difícil definición, felicitar a Marta Sánchez, como autora y cantante de la nueva y “emotiva letra” de nuestro himno nacional. Letra que haría revolverse de envidia en su tumba al mismísimo,  José María Peman, autor de otra de esas  “pelotilleras” letras dedicadas al Caudillo, no menos aplaudida y celebrada igualmente por la derechona franquista  de aquel entonces. Y conste que no seré yo  el que se ponga a estas alturas a criticar despiadadamente la ocurrencia musical de la “buenaza” de Marta Sánchez, ni los colores de nuestra bandera, ni la horrible música de nuestro himno, entre otras razones porque son los nuestros, como así lo han hecho lanzándose sin piedad alguna al pescuezo de la rubia cantante , como no podía ser de otra manera,  los nuevos “bolcheviques”, “chavistas” y demás  especies carpetovetónicas anti sistema y anti todo lo que se menee. Pero es que de las emocionadas y patrióticas lagrimas de Rajoy y el guapo de Riverita, a atizarle en plena sesera a la pobre Marta por su ocurrencia musical, creo que hay una prudencial distancia donde debería de reinar el respeto y benevolencia hacia el que no piensa ni  “canta” como uno quisiera, por muy mala y cursi que nos parezca la letra y música de la pieza patriótica en cuestión.

Y me refiero a todo este despropósito, porque mientras los unos celebraban con entusiasta y emocionada vehemencia  la letra del himno, y  los otros reclamaban  llenos de “ira” prácticamente el cadalso para la autora ,  miles y miles de jodidos y ninguneados pensionistas, se manifestaban a lo largo y ancho de toda España, en contra de la humillante subida del 0,25% de sus ya pequeñas y desvalorizadas pensiones de mierda, sin que apenas nadie de esta nueva aristocracia política de izquierdas o de derechas, les hicieran ni el mas mínimo ni pajolero caso.

Me hace mucha gracia el hecho de que algunos que ahora ponen a parir a Rajoy y a Fátima Bañez, por la tomadura de pelo que ha supuesto la subida del 0,25% de las pensiones, en su día, no hace tanto tiempo, fueran los mismos diputados socialistas que  votaron a favor de la congelación de dichas pensiones. Congelación  propuesta por aquel entonces el presidente Rodríguez Zapatero.

Y eso por no hablar de los nuevos salvapatrias como es el señor de la “Coleta”, así como el “guapito Rivera”. El primero más preocupado por cargarse la monarquía del Borbón  Felipe VI,  a través de esas grandes dosis de moderno populismo ya no se sabe muy bien si “Chavista”, “Madurista” “Leninista”, “Estalinista” o vete tú a saber de dónde coño lo está importando en estos momentos, que por presentar algún proyecto serio y viable para poder solucionar la vida presente y futura de 10 millones de puteados y canosos pensionistas. Y el segundo, me refiero a Riverita, más preocupado en ir engordando su granero de votos  a costa del PP, a base del consabido mensaje constitucionalista y  patriotero que tanto rédito le está dando. Sobre todo, gracias a la locura de los descerebrados y majarones independentistas catalanes. Pero del autentico drama económico y social de España como son las pensiones de nuestros mayores, ni media palabra. Ahora bien, seguro que se quedaran todos afónicos y sin saliva pidiendo el voto de nuestros pensionistas cuando lleguen las próximas  elecciones.

Y si, me refiero a esos casi 10 millones de auténticos héroes, gracias a los cuales España se ha podido levantar en estos últimos 40 años, a pesar de todas sus dificultades y, sobre todo, de su larga nomina de chorizos, ventajistas y jetas consumados y consumidos por su propia avaricia.

Esos  héroes, muchos de ellos trabajando pluriempleados 12 horas diarias, para sacar a sus familias adelante y poder darles a sus hijos la formación y estudios que ellos no tuvieron. O esas heroínas, que a base de alargar y economizar al máximo el salario familiar, pudieron darle de comer y vestir dignamente a toda la familia. Y sí, estoy seguro que son estos héroes y heroínas los que realmente tendrían que coger las riendas de nuestro país, seguro que otro gallo nos cantaría a todo el conjunto de los españoles.

Se olvida la casta política de la derechona de siempre y de la   nueva, así como de la vieja y nueva izquierda, que al igual que unos cuantos le sacaron mucho rédito electoral al movimiento de los indignados  del 15-M, en estos momentos no todo el colectivo de los 10 millones de pensionistas, son abuelos más o menos discapacitados a los que se les pueda seguir engañando y manejando al antojo del politicastro de turno. En estos momentos, más de  tres millones están en la franja  de edad de los 65 a 70 años. De los cuales, más de un millón son personas universitarias muy cualificadas, formadas  y preparadas la mayoría de ellas en sus antiguos empleos: catedráticos, abogados, médicos, ingenieros, funcionarios, etc. Así como una gran cantidad de personal  aun relativamente joven de diferentes marchamos profesionales, que ante tanta injusticia y tomadura de pelo por la clase gobernante, no se pensarían dos veces poder incorporarse a la vida política  para así poder  acabar con tanta cabronada social y económica  para con las canas, talento y experiencia acumulada de nuestras clases pasivas, pero no muertas.

Dicho lo cual, después de las manifestaciones del pasado 22-F, simplemente me queda  quitarme el sombrero ante estos 10 millones de héroes, que están demostrando en la actualidad a esa juventud igualmente puteada,  que sin legitima protesta no hay manera de moverle el sillón a los “comepanes” y “vividores”  profesionales de la política, que desde sus puestos y nuestros votos se arreglan magníficamente sus vidas, mientras joden las de los demás sin ningún miramiento.

Yo les preguntaría en sede parlamentaria a toda esta panda que ostenta el poder real, que coño están haciendo para frenar el corrupto fraude fiscal que asciende a 90.000 millones de euros ANUALES, mientras a los pensionistas solo les suben un vergonzoso 0,25% de sus pensiones de mierda. Todo ello,  después de haber estado trabajando y cotizando  toda su vida. Pero eso sí, todos estos “comepanes” de la política a seguir votando y arreglándose todos los años el saquito de su pasta, desde las instituciones que ellos mismos dirigen y manejan.

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Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor

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Cuidar madre Alzheimer
Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor-FREEPIK

En el torbellino de nuestras vidas, donde cada día parece traer consigo nuevos desafíos y responsabilidades, a menudo nos encontramos luchando por equilibrar nuestras vidas personales y profesionales. Pero ¿qué sucede cuando ese equilibrio se ve eclipsado por una realidad implacable? ¿Cómo lidiamos con el impacto emocional y psicológico de ser cuidadores de un ser querido con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer?

Esta es la historia de una periodista apasionada que, entre entrevistas y artículos, se enfrenta a una batalla mucho más íntima: la lucha diaria de cuidar a su madre, quien lenta pero inexorablemente se desvanece en las garras de la enfermedad de Alzheimer.

Para ella, cada día es un viaje emocional plagado de altibajos. Desde los momentos de lucidez y conexión con su madre hasta las dolorosas luchas para recordar quién es ella misma, cada momento está marcado por una mezcla de amor incondicional y dolor impotente. Es una montaña rusa de emociones, donde la alegría y la tristeza se entrelazan en un baile constante.

Su vida como periodista le ha enseñado a mirar más allá de las apariencias y a buscar la verdad en cada historia. Y en este viaje junto a su madre, encuentra una verdad más profunda: la importancia de la empatía, la compasión y el amor incondicional. A medida que navega por los desafíos diarios del cuidado, descubre una fuerza interior que nunca supo que poseía.

Pero no todo son lecciones y momentos de claridad. Hay días oscuros, días en los que el peso del cuidado parece demasiado grande para soportarlo. Días en los que la frustración y la impotencia amenazan con abrumarla. Sin embargo, incluso en esos momentos más oscuros, encuentra consuelo en la gente que la rodea. Amigos y familiares se unen para ofrecer apoyo y comprensión, recordándole a ella y a su hermana que no están solas en este viaje.

A medida que el Alzheimer avanza implacablemente, ella se enfrenta a una dolorosa verdad: la inevitabilidad de la pérdida. Pero también encuentra consuelo en el conocimiento de que el amor trasciende las barreras del tiempo y la memoria. Aunque su madre pueda olvidar su nombre y sus rostros, el amor que sienten el uno por el otro perdura, inquebrantable e indestructible.

La historia de esta periodista es una historia de amor. Un amor que desafía las limitaciones del tiempo y el espacio, un amor que persiste a pesar de las pruebas y tribulaciones. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor es la fuerza que nos sostiene, la luz que guía nuestro camino. El amor que vio crecer en su casa día a día, sin interrupción.

En medio del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero esta historia nos recuerda que, en lo que de verdad importa, son las conexiones humanas y los lazos de amor los que nos sostienen en los momentos más difíciles. Y en el poder cuidar de su madre con Alzheimer, encuentra no solo una prueba de su amor, sino también una lección de humanidad y compasión que nunca olvidará.

SRA

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