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Celos en la pareja: ¿Cómo gestionarlos?

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Celos en la pareja
Vera Arsic/Pexels
Los celos de pareja en psicología son sentimientos de sospecha, desconfianza y temor que se producen en relación a otra persona. Cuando estos sentimientos se producen dentro de una relación son los llamados celos de pareja, y son los más comunes.
Hablamos con Inés Valderrábano, Psicóloga General Sanitaria de Instituto Psicológico Cláritas para analizar estos sentimientos tan frecuentes y peligrosos que pueden acabar con una relación de pareja.

¿Qué son los celos de pareja en psicología? ¿Qué tipos de celos hay?

Los celos, en general, no son más que un mensaje del sistema emocional que nos está previniendo de algo malo que nos puede pasar, es decir, que la persona a la que queremos nos abandone. Es una especie de alarma, que nos activa y nos pone en alerta ante la posible pérdida de cariño de nuestra pareja.

Y como todo lenguaje emocional, es algo que nos han enseñado las experiencias de la vida desde pequeños: si podemos o no confiar en el otro, qué cabe esperar del otro, si es posible que alguien nos abandone, y más específicamente, si cabe la posibilidad de que la persona a la que queremos nos abandone.

En el fondo, si vamos a la raíz, podemos observar que en toda situación donde hay celos hay dos protagonistas: el que los siente y el que, podríamos decir, los genera. Algo importante que hay que señalar, antes de auto diagnosticarnos como celotípicos o propensos a ser celosos, es si éstos son realistas o auto infundados, es decir, si mi pareja me da o no razones para ser celoso.

Como todo, los extremos no son deseables, ya sea por exceso o por defecto. En el exceso de celos nos solemos encontrar con personas con grandes inseguridades sobre sí mismas, con desconfianza hacia el otro y con recelo a la hora de fiarse de su pareja. Y, por otro lado, el polo del defecto nos puede hablar de una forma de enfrentarse al mundo donde hay una confianza ciega para no ver lo malo de las cosas ni personas, porque no se podría tolerar.

¿Cuáles son los rasgos de una persona celosa?

Es difícil establecer un patrón en las personas celosas ya que, como he mencionado anteriormente, depende del lenguaje emocional que haya aprendido cada uno y de lo confiable que sienta el mundo exterior. Además de poder toparnos con la situación de que nuestros celos sean realistas.

Pero sí podemos hacer una aproximación. Tienden a ser personas que, por lo general, no creen que se pueda confiar del todo en el mundo exterior, en los demás, ni en sí mismos ni sus capacidades. Podemos encontrarnos con personas que se vuelcan tanto en la relación que la pareja es su único contacto social y esperan de la pareja lo mismo. Y, cuando esto no se cumple, pueden aparecer los celos.

En ocasiones podemos ver que las personas con celos han sufrido un abandono importante en su infancia y presentan una herida bastante grande. Esto los lleva a pensar en dos direcciones paralelas: la primera que ellos son “abandonables” y no merecen la pena y, la segunda, que no quieren volver a serlo. Esto los suele llevar a volcarse en exceso en la relación y poner en marcha todas las estrategias imaginables para evitar que les dejen y ante la más mínima sospecha, se despierta toda la ansiedad.

Uno, ¿se hace celoso o se nace?

Claramente uno se hace celoso. Son las experiencias de la vida las que nos van marcando y orientando en una dirección u otra.

Si hemos crecido recibiendo un mensaje de confianza en nosotros mismos y en el mundo exterior, no tendremos por qué necesitar ponernos celosos. Si, por el contrario, este aprendizaje ha sido negativo, lo esperado en las relaciones es la desconfianza, el recelo y la duda.

Ser víctima de una infidelidad puede dejar unas secuelas importantes en cuanto a celos. ¿Cómo se puede superar?

Definitivamente marca, pero puede ser algo pasajero o quedarse tatuado en el alma. Es decir, si ya tenemos una herida de abandono previa la infidelidad nos va a reforzar la idea previa de que no merecemos la pena como persona o de que no se puede confiar en nadie.

Si no tenemos esa herida, podremos colocar la infidelidad donde debe estar, en que puede que nosotros tengamos algo de responsabilidad, pero es la pareja la que libremente y puede que conscientemente, haya tomado esa decisión.

¿Puede una persona celosa superar esta inseguridad? ¿Cómo se trata en terapia?

Sí, se puede reorientar, y dependiendo del grado de malestar puede trabajarse cada persona algo sus inseguridades, pero normalmente hace falta ayuda de un profesional.

En terapia, con ayuda de la figura del terapeuta, la persona aprende que existen relaciones sanas, donde el otro es predecible, confiable y congruente con las situaciones. Es un espacio donde sabemos que no nos van a hacer daño y podemos desarrollar todos los pilares necesarios para confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades, en nuestra valía. Este es el primer paso para tener la suficiente seguridad y aplomo en uno mismo que nos llevará a fiarnos de que pase lo que pase, podremos con ello.


Inés Valderrábano- Psicóloga General Sanitaria

Graduada en Psicología y con el Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Pontifica de Comillas de Madrid. Formación en Psicoterapia Breve y especializada en Clínica e Intervención en Trauma con EMDR por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (SEMPyP). Su desarrollo profesional se ha centrado en la psicología clínica con parejas, adultos y niños.

Instituto Psicológico Cláritas

El Instituto Psicológico Cláritas ofrece un servicio integral de tratamientos psicológicos, a través de un equipo de profesionales cualificados, supervisados y en continua formación. Para adultos, niños, jóvenes, parejas y familias. En clínica, on-line y a domicilio.


 

 

 

 

 

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Cómo combatir la soledad

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Cómo combatir la soledad

Combatir la soledad puede ser un desafío, pero hay varias estrategias que puedes probar para mejorar tu situación y sentirte más conectado. El miedo a la soledad es una experiencia común y puede tener varias raíces psicológicas y emocionales.

Algunas razones por las cuales la soledad puede generar miedo:

  1. Necesidad innata de conexión social: Los humanos son seres sociales por naturaleza. Desde tiempos antiguos, la conexión con otros miembros de la tribu o comunidad era esencial para la supervivencia. La soledad, por lo tanto, puede activar instintos de alarma en nuestro cerebro, ya que históricamente la falta de conexión social podía significar peligro.
  2. Temor al rechazo o abandono: El miedo a la soledad puede estar vinculado al temor al rechazo o al abandono. Las experiencias pasadas de rechazo pueden llevar a la ansiedad social y al temor de quedarse solo.
  3. Presión social: En muchas culturas, existe una presión social para encajar y ser parte de un grupo. La soledad puede percibirse como un fracaso en cumplir con estas expectativas sociales.
  4. Autoconocimiento y reflexión: La soledad a menudo nos enfrenta a nosotros mismos y a nuestros pensamientos más profundos. Para algunas personas, este autoexamen puede ser incómodo o desafiante, y prefieren distracciones externas para evitarlo.
  5. Estigma social asociado con la soledad: La sociedad a menudo estigmatiza la soledad, asociándola con la tristeza, la depresión o la falta de éxito. Este estigma puede hacer que las personas teman ser vistas como solitarias.
  6. Dependencia emocional: Algunas personas dependen emocionalmente de la presencia constante de otros para sentirse valoradas o seguras. La idea de estar solo puede generar ansiedad debido a la dependencia emocional.
  7. Cultura contemporánea de conectividad constante: Vivimos en una era de hiperconectividad a través de la tecnología, y la idea de desconectarse socialmente puede ser percibida como inusual o incluso amenazante.

Es importante señalar que no todas las personas temen la soledad por las mismas razones, y la intensidad del miedo puede variar según la personalidad, las experiencias de vida y otros factores individuales. Abordar este miedo puede implicar reflexión personal, autoaceptación, desarrollo de habilidades sociales y, en algunos casos, buscar apoyo profesional.

Cómo combatir la soledad

  1. Establecer conexiones sociales:
    • Busca actividades locales, como grupos de interés o clubes, donde puedas conocer a nuevas personas con intereses similares.
    • Únete a clases o talleres para aprender algo nuevo, lo que te permitirá conocer a personas con intereses comunes.
    • Participa en eventos comunitarios o voluntariado.
  2. Mantener relaciones existentes:
    • Cultiva y nutre las relaciones existentes. A veces, el simple hecho de fortalecer los lazos con amigos o familiares puede ayudar a combatir la soledad.
    • Programa regularmente encuentros con amigos o seres queridos, ya sea para tomar un café, dar un paseo o simplemente charlar.
  3. Utilizar la tecnología de manera positiva:
    • Mantén el contacto con amigos y familiares a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o videoconferencias.
    • Únete a comunidades en línea que compartan tus intereses. Las redes sociales pueden ser una herramienta valiosa si se utilizan de manera positiva.
  4. Desarrollar nuevas habilidades sociales:
    • Trabaja en el desarrollo de habilidades sociales. Practicar la empatía, escucha activa y habilidades de comunicación puede facilitar la construcción de relaciones más sólidas.
  5. Cuidar de ti mismo:
    • Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te ayuden a mantener un equilibrio emocional.
    • Establece metas personales y trabaja en su logro, lo que puede brindarte un sentido de propósito y logro.
  6. Buscar ayuda profesional:
    • Si la soledad se vuelve abrumadora o persistente, considera hablar con un profesional de la salud mental. Un terapeuta o consejero puede proporcionar apoyo y orientación.
  7. Adoptar una mascota:
    • Tener una mascota puede proporcionar compañía y afecto, y también puede brindar una estructura diaria.
  8. Practicar el autocuidado:
    • Asegúrate de cuidar tu bienestar físico y mental. La soledad puede aumentar el estrés y la ansiedad, por lo que es importante cuidar de ti mismo.

Recuerda que cada persona es diferente, y lo que funcione para uno puede no ser la solución para otro. Experimenta con diferentes estrategias y encuentra las que mejor se adapten a tu personalidad y situación. Además, ten paciencia contigo mismo durante este proceso.

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