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Saber esperar, por @aguedabayarri

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Águeda Bayarri

 Dicen que la paciencia es una virtud, que la paciencia es la madre de la ciencia y también que quien espera desespera. Conclusión, que cada cual se tome las cosas como quiera o como pueda, pero sabiendo que al final todo llega…o no.

Nos pasamos mucho tiempo esperando, esperando que llegue el fin de semana, una fecha señalada, las vacaciones, esperando encontrar trabajo, el inicio de curso, un número de teléfono que hemos pedido o la fecha de un concierto al que nos apetece ir. Pero, ¿ qué pasa mientras todo lo que estamos esperando no llega?, mi idea es la de disfrutar de la espera, tomar conciencia o intentar encontrar un atajo, pero no perderme en malos pensamientos o en un estado de ánimo pesimista. Cada cosa lleva su tiempo y a veces este no corre a nuestro favor o simplemente es todo más fácil, solo hay que dejarse llevar y saber esperar.

Poniéndonos nerviosos o ansiosos, muchas veces no conseguimos que aquello que esperamos llegue antes, porque lo que no depende de uno mismo no se puede controlar. Eso lo he aprendido con el tiempo y con los años, a saber relativizar y esperar… y ahora viene la contradicción. Como sabéis los que me seguís, soy periodista, y las noticias no pueden esperar, suceden «ya» y hay que contarlas «ya». Antes existía la inmediatez de la radio, después con internet y ahora con las nuevas tecnologías adaptadas a la televisión la inmediatez consiste en que prácticamente todo se cuenta en tiempo real, a medida que sucede. Y ahí si que soy muy impaciente, no hay tregua, tiene que ser de ya para ya. Es un «defecto profesional » que tengo para trabajar pero que a veces, muchas veces, inconscientemente aparece en mi vida personal. Yo intento cambiar ese » defecto» en virtud, buscando soluciones, siendo resolutiva.

Esta semana se ha hablado mucho del papel de la mujer en la sociedad. Es un debate que está abierto y que cada cierto tiempo cobra actualidad. No es la primera vez que trato este tema aquí, me siento parte del debate. Está bien, muy bien, que las cosas se hablen y se teorice sobre los temas, pero hay que actuar sobre el problema. A día de hoy me parece inconcebible que una mujer cobre menos por hacer el mismo trabajo que un hombre. Creo en el trabajo bien hecho y en la profesionalidad de las personas cualquiera que sea su género. Y creo en la igualdad y en los derechos humanos.

También creo que hay que ser consecuente. Y ahora me paso al cine español. Este sábado fue su fiesta. En España tenemos de todo y mucho bueno. Por eso también tenemos buen cine. Entiendo muchas de las reivindicaciones de este sector profesional. El cine es cultura y la cultura también es moda. Mi aplauso a todos los que desfilaron por la alfombra roja con diseños y joyas de modistos y diseñadores españoles.

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Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor

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Cuidar madre Alzheimer
Cuidar de una madre con Alzheimer: Un viaje de amor y dolor-FREEPIK

En el torbellino de nuestras vidas, donde cada día parece traer consigo nuevos desafíos y responsabilidades, a menudo nos encontramos luchando por equilibrar nuestras vidas personales y profesionales. Pero ¿qué sucede cuando ese equilibrio se ve eclipsado por una realidad implacable? ¿Cómo lidiamos con el impacto emocional y psicológico de ser cuidadores de un ser querido con una enfermedad tan devastadora como el Alzheimer?

Esta es la historia de una periodista apasionada que, entre entrevistas y artículos, se enfrenta a una batalla mucho más íntima: la lucha diaria de cuidar a su madre, quien lenta pero inexorablemente se desvanece en las garras de la enfermedad de Alzheimer.

Para ella, cada día es un viaje emocional plagado de altibajos. Desde los momentos de lucidez y conexión con su madre hasta las dolorosas luchas para recordar quién es ella misma, cada momento está marcado por una mezcla de amor incondicional y dolor impotente. Es una montaña rusa de emociones, donde la alegría y la tristeza se entrelazan en un baile constante.

Su vida como periodista le ha enseñado a mirar más allá de las apariencias y a buscar la verdad en cada historia. Y en este viaje junto a su madre, encuentra una verdad más profunda: la importancia de la empatía, la compasión y el amor incondicional. A medida que navega por los desafíos diarios del cuidado, descubre una fuerza interior que nunca supo que poseía.

Pero no todo son lecciones y momentos de claridad. Hay días oscuros, días en los que el peso del cuidado parece demasiado grande para soportarlo. Días en los que la frustración y la impotencia amenazan con abrumarla. Sin embargo, incluso en esos momentos más oscuros, encuentra consuelo en la gente que la rodea. Amigos y familiares se unen para ofrecer apoyo y comprensión, recordándole a ella y a su hermana que no están solas en este viaje.

A medida que el Alzheimer avanza implacablemente, ella se enfrenta a una dolorosa verdad: la inevitabilidad de la pérdida. Pero también encuentra consuelo en el conocimiento de que el amor trasciende las barreras del tiempo y la memoria. Aunque su madre pueda olvidar su nombre y sus rostros, el amor que sienten el uno por el otro perdura, inquebrantable e indestructible.

La historia de esta periodista es una historia de amor. Un amor que desafía las limitaciones del tiempo y el espacio, un amor que persiste a pesar de las pruebas y tribulaciones. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor es la fuerza que nos sostiene, la luz que guía nuestro camino. El amor que vio crecer en su casa día a día, sin interrupción.

En medio del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Pero esta historia nos recuerda que, en lo que de verdad importa, son las conexiones humanas y los lazos de amor los que nos sostienen en los momentos más difíciles. Y en el poder cuidar de su madre con Alzheimer, encuentra no solo una prueba de su amor, sino también una lección de humanidad y compasión que nunca olvidará.

SRA

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