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Coronación de Carlos III: Letizia, Kate y Camila…

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Coronación Carlos III
CASAS REALES/OFFICIAL PRESS

Londres, (OFFICIAL PRESS- EFE).- La coronación de Carlos III ha dejado un sinfín de imágenes: ha salido a saludar a la multitud desde el balcón del Palacio de Buckingham junto a la reina Camila y sus familias, pero sin su hijo menor Enrique, apartado de las funciones oficiales de la realeza.

Tampoco ha aparecido en el balcón el príncipe Andrés, hermano de Carlos III, a quien también se apartó de la familia real por sus escándalos sexuales relacionados con el empresario Jeffrey Epstein.

Sobre las cabezas de los presentes sobrevolaron aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas británicas, aunque la exhibición aérea debió ser recortada por las malas condiciones climatológicas.

Una de las pocas incógnitas en una ceremonia tan pautada y previsible como la coronación era precisamente saber quiénes comparecerían en el balcón del céntrico palacio londinense.

Y el misterio se resolvió poco después de las 13.30 GMT, cuando las familias de Carlos y de Camila salieron a saludar a las miles de personas congregadas con la sobresaliente ausencia de Enrique.

La procesión a Buckingham tras ser coronados

Carlos III y Camila abandonaron esta mañana la Abadía de Westminster tras haber sido coronados como reyes del Reino Unido, e iniciaron la procesión hacia el palacio de Buckingham a bordo de la suntuosa Carroza Dorada de Estado.

Acompañados por 4.000 militares ataviados de gala, los reyes saludan a la multitud apostada en la ruta de dos kilómetros hacia su residencia oficial en Londres.

La lujosa carroza para los Reyes

Desde hace días, numerosas personas esperan en las inmediaciones del palacio y a lo largo de la céntrica avenida The Mall para ver en persona el paso de Sus Majestades, y miles de ciudadanos asisten hoy al desfile pese a la lluvia que cae sobre la capital británica.

La procesión está dividida en ocho grupos, que incluyen a miembros de las Fuerzas Armadas de diversos países de la Commonwealth, así como de las distintas divisiones del Ejército británico.

Esta es la primera ocasión en la que la lujosa carroza dorada ha sido utilizada por la familia real británica desde el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, en junio de 2022.

Coronados como reyes del Reino Unido

En el momento más importante de este acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII.

Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación “Dios salve al Rey”, tras lo cual se escucharon trompetas.

El mueble más antiguo del Reino Unido

Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.

Al rey se le entregó el orbe del soberano, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca.

Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.

Por último Welby le colocó la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.

Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.

El soberano quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, bendecida en la Capilla Real del Palacio de St James hace una semana.

En el caso de la reina Camila, fue primero ungida con aceite en la cabeza por el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, quien posteriormente impuso en su cabeza la corona de la Reina María.

La mujer del rey Carlos III desde hace 18 años deja de esta forma de ser llamada reina consorte, para pasar a ser considerada únicamente como reina.

La reina Camila, muy sonriente

Una sonriente Camila recibió de manos del obispo emérito de Londres y de la obispa de Dover el Cetro de la Reina Consorte y la Vara con Paloma de la Reina Consorte.

Según la tradición británica, las esposas de los monarcas son coronadas como reinas, algo que no sucede con los maridos de las reinas, como fue el caso del duque de Edimburgo, Felipe, padre de Carlos III y marido de Isabel II.

Tras la coronación de Camila, el coro cantó un nuevo himno, “Make a joyful noise”, compuesto para la ocasión por el prestigioso autor de musicales y bandas sonoras Andrew Lloyd Weber.

Posteriormente, los reyes se quitaron las coronas, que llevaron hoy por única vez en sus vidas.

Entrada en la Abadía de Westminster

Ataviado con una capa de armiño, el rey Carlos III entró esta mañana en la abadía seguido por varios niños, entre ellos su nieto, el príncipe Jorge, segundo en la línea de sucesión a la corona británica, que hizo de paje junto con los nietos de Camila.

Sobre el altar mayor se colocaron las dos coronas que se usaron en esta ceremonia, la de San Eduardo y la imperial, con esta última el monarca saldrá de la abadía al concluir la ceremonia.

Camila, que entró antes que el rey, iba vestida de blanco y fue coronada después del monarca.

Por detrás del rey, entraron los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, ambos vestidos con trajes ceremoniales.

El príncipe Enrique, hijo menor del rey Carlos III del Reino Unido, asistió a la coronación de su padre, pero sin la compañía de su esposa, Meghan, ni de sus dos hijos, Archie y Lilibet.

En carroza desde Buckingham para la coronación

Los reyes salieron primero en procesión del Palacio de Buckingham, en Londres, hacia la Abadía de Westminster, donde el monarca fue coronado en presencia de otros miembros de la realeza y miles de invitados.

En un día ligeramente lluvioso en la capital británica, la carroza, tirada por seis caballos blancos, va acompañada por miembros de guardia real montada a caballo y otros guardias de a pie.

El rey británico va con capa blanca mientras que la reina consorte también viste de blanco.

La soledad de Harry

El príncipe Enrique, hijo menor del rey Carlos III del Reino Unido, llegó a la Abadía de Westminster para asistir a la coronación de su padre.

A pesar de estar distanciado de la familia real británica y haberse apartado de la Casa Real, el duque de Sussex llegó al templo anglicano junto con sus primas, la princesas Beatriz y Eugenia.

Los reyes de España, en la Abadía de Westminster para la coronación de Carlos

Don Felipe y doña Letizia, asistieron también en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres, a la coronación de Carlos III y Camila.

Letizia, deslumbró con un vestido rosa intenso y sombrero, y don Felipe, en uniforme de capitán general de los Ejércitos, salieron esta mañana, en torno a las 8.45 GMT, de la residencia del embajador español en el Reino Unido.

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Sánchez cancela su agenda y el lunes dirá si continúa como presidente del Gobierno

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Sánchez cancela agenda y dirá si continúa como presidente Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que cancela su agenda pública unos días para «reflexionar» si debe continuar al frente del Ejecutivo tras las investigaciones a su esposa, Begoña Gómez y el próximo lunes dirá si continúa como presidente del Gobierno.

«Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor», ha escrito en una carta enviada a la ciudadanía que ha publicado en la red social X.

Sánchez ha asegurado en la misiva que, «a pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política» han hecho sobre él, «nunca» ha tenido «apega al cargo». «Si lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero», ha apuntado.

El lunes dirá si continúa como presidente

Así, ha desvelado que continuará con su labor en el Gobierno pero cancelará su agenda pública «unos días» para «poder reflexionar y decidir qué camino tomar». Además, ha anunciado que el lunes 29 de abril comparecerá ante los medios para dar a conocer su decisión.

El jefe del Ejecutivo ha cargado contra el PP y Vox, señalando que «la derecha y ultraderecha no aceptaron el resultado electoral» del 23J. «Y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque de su vida personal», ha indicado.

Sánchez ha acusado al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y de Vox, Santiago Abascal, de poner en marcha «la máquina del fango» y de «tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas».

«Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente no lo sé. Este ataque es tan grave como burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa», ha asegurado Sánchez, que también ha reconocido «estar profundamente enamorado» de su mujer, «que vive con impotencia en el fango que sobre ella esparcen día sí y día también».

La carta íntegra de Sánchez  en la que cancela agenda y dirá si continúa como presidente Gobierno:

«Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios.

Por lo que parece, el juez llamará a declarar a los responsables de dos cabeceras digitales que han venido publicando sobre este asunto. En mi opinión, son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista. Como es lógico.

Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes.

En efecto, la denuncia de Manos Limpias se basa en supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras ultraconservadoras arriba referida. Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos mismos digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias.

Esta estrategia de acoso y derribo lleva meses perpetrándose. Por tanto. no me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. De hecho, fue el Sr. Feijóo quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, pidiendo para mi de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público.

La denuncia fue archivada doblemente por dicho organismo, cuyos funcionarios fueron descalificados posteriormente por la dirigencia del PP y de Vox. Seguidamente, instrumentalizaron su mayoría conservadora en el Senado, impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto. Como es lógico, faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar.

En resumen, se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para intentar hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa.

No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática.

Esta lucha comenzó hace años. Primero, con la defensa que hicimos de la autonomía política de la organización que mejor representa a la España progresista, el Partido Socialista. Pugna que ganamos, Segundo, tras la moción de censura y las sucesivas victorias electorales de 2019, el sostenido intento de deslegitimación del gobiemo de coalición progresista al calor del ignominioso grito de que te vote Txapote». Tampoco pudieron quebramos.

El último episodio fueron las elecciones generales del 23 de julio de 2023. El pueblo español votó mayoritariamente por el avance, permitiendo la reedición de un gobierno de coalición progresista, en contra del gobiemo de coalición del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal que auguraban las baterias mediáticas y demoscópicas conservadoras.

La democracia habió, pero la derecha y la ultraderecha, nuevamente, no aceptaron el resultado electoral. Fueron conscientes de que con el ataque político no seria suficiente y ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobiemo y el ataque a su vida personal.

Sin ningún rubor, el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal, y los intereses que a ellos les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano, Umberto Eco, llamó «la máquina del fango». Esto es, tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas.

Esta es mi lectura de la situación que vive nuestro querido país: una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que no toleran la realidad de España, que no aceptan el veredicto de las umas, y que están dispuestos a esparcir fango con tal de: primero, tapar sus palmarios escándalos de corrupción y su inacción añte los mismos; segundo, esconder su total ausencia de proyecto político más allá del insulto y la desinformación; y tercero, valerse de todos los medios a su alcance para destruir personal y politicamente al adversario político. Se trata de una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas que se extiende a lo targo y ancho de las principales democracias occidentales, y a las que, le garantizo, responderé siempre desde la razón, la verdad y la educación.

Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa nubor decido, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día si y día también.

Necesito parar y reflexionar. Me urge respondeme a la pregunta de sí merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor. A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mi, nunca he tenido apego al cargo. Si lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero.

Todo ello me lleva a decirie que seguiré trabajando, pero que cancelaré mi agenda pública unos días para poder reflexionar y decidir qué camino tomar. El próximo lunes, 292 de abril, compareceré ante los medios de comunicación y daré a conocer mi decisión.

Gracias por su tiempo. Atentamente»

Este anuncio llega horas después de que el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid haya abierto diligencias de investigación contra- su mujer, Begoña Gómez, por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

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