Jordi Sanchis
Este Valencia no sale de la botella de cristal en la que se refugia, convencido de que no puede hacer más. Sobrevive a una temporada nefasta, se conforma con respirar y despertar cada mañana, pero no es vida eso. La permanencia parece el único objetivo alcanzable y no hay otro horizonte, ganar lo justo para no bajar. Ante el Atlético se volvió a ver a un equipo indolente, triste, sin actitud y con los brazos bajados desde el pitido inicial. No es ya un comportamiento puntual, es el fruto de una carencia vital.
El rival no tuvo que desgartarse mucho para acabar goleando, hizo lo que sabe y lo que se le permite. Presión asfixiante, faltas cuando hay que hacerlas y juego a la contra, parece mentira que los valencianistas dieran tantas facilidades antes unas premisas tan conocidas. Cayeron en la trampa de manera incomprensible, y cuando te sabes inferior y lo demuestras, te pasan por encima.
En el minuto 9 caía el primero. Robo de balón colchonero, salida fulgurante al contragolpe con pase en profundidad de Koke a Griezmann que marca el 1-0. Así de sencillo, así de Atlético, así de Cholo. De las 50.000 personas que había en el estadio todos sabían qué y cómo iba a suceder, excepto, quizás, los 11 que vestían de naranja y negro.
El Atlético insistió en los contraataques para tratar de sentenciar, y en los ataques estáticos machacaron a Gayà por su banda, pero en el primer tiempo no consiguieron más tantos. Dos cabezazos desviados de Zaza fueron el pobre bagaje visitante, en el que destacó el flojo rendimiento de su centro del campo: Parejo fallón, Enzo andando, Orellana desaparecido y Soler discreto. Así es imposible.
El equipo de Simeone comenzó la segunda parte como el primero, buscando el gol, que encontraron en tan solo tres minutos. Nuevo fallo defensivo, remate de Gameiro rebotado en Mangala y el 2-0 sube al marcador. Si condescendiente había estado el Valencia hasta ese momento, ya desde entonces se entregó del todo.
Griezmann y Gameiro pudieron haber logrado un resultado de escándalo, pero no supieron aprovechar los regalos en forma de cesiones de sus contrincantes, que deambulaban por el campo sumidos en una apatía preocupante. Solo un chut de Munir desde lejos y un tímido remate de Zaza inquietaron mínimamente a Oblak. Nada, fuegos de artificio.
El delantero francés del Atlético de Madrid consiguió su doblete particular cuando el encuentro ya agonizaba. Agujero en la defensa valencianista, uno más, y Griezmann redondea su tarde batiendo por bajo a un Alves vendido. 3-0.
Un mal domingo lo tiene cualquiera, el problema es que el Valencia ya acumula muchos. Transmite una tristeza y una falta de ambición alarmantes. Sin ganas de salir de su cárcel de vidrio quedará ahí por siempre atrapado, y la temporada se puede hacer muy larga, ya se está haciendo de hecho. Ojalá algún día esta plantilla haga el clic necesario para revertir la situación, porque ha demostrado que cuando se propone dar pasos hacia adelante, anda. La esperanza es lo último que se pierde.
3. Atlético de Madrid: Oblak, Vrsaljko, Savic, Lucas, Filipe Luis, Saúl, Gabi, Koke, Carrasco (Thomas, m. 77), Griezmann (Correa, m. 85) y Gameiro (Gaitán, m. 71).
0. Valencia CF: Diego Alves, Joao Cancelo, Garay, Mangala, Gayà, Enzo Pérez Santi Mina, m. 67), Dani Parejo, Carlos Soler, Orellana, Munir (Bakkali, m. 67) y Zaza.
Goles: 1-0: M. 9: Griezmann. 2-0- M. 48: Gameiro. 3-0- M. 83: Griezmann.
Árbitro: Estrada Fernández (comité catalán). Amonestó a Carrasco del Atlético de Madrid, y a Enzo Pérez y Santi Mina del Valencia CF.
Tienes que estar registrado para comentar Acceder