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Cómo quitar maldiciones

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Cómo quitar maldiciones

Cómo quitar maldiciones si estamos notando que las cosas nos marchan bien, puede tener solución. El experto Juan Rodríguez nos ofrece las claves para mejorar nuestra vida a través de tres sencillos rituales.

Cómo quitar maldiciones:

Ritual con ruda para protegerse de las maldiciones y de los celos y envidias:

Coged una botella pequeña de cristal transparente y a ser posible nueva a estrenar. Le introducís dentro de la botella 3 alfileres, 3 pedacitos de raíz de ruda o 3 ramitas de una planta de ruda, un puñado de sal gorda o marina, la cascara de medio limón y le añadís vinagre de manzana para llenar toda la botella tapándola con el tapón y lacrándola con cera roja.

Colocáis la botella en la entrada de la casa o en una ventana o balcón y la dejáis ahí sin cambiarla de lugar y veréis como las maldiciones, los celos y las envidias no os afectaran a vosotras o a vosotros y a toda vuestra familia y personas que vivan y duerman en esa casa.

Ritual para protegerse de todo mal:

Durante 8 días empezando un viernes cogéis un puñado de sal gorda o sal marina con la mano derecha si estáis casadas o casados y con la mano izquierda si estáis solteras, solteros, y viudas o viudos. Y con fuerza lo tiráis por el sumidero del lavabo del cuarto de baño y abrís el grifo para que se marche por el desagüe y decís la siguiente petición:
«En el nombre del Padre Celestial, así como se disuelve la sal seamos protegidas y protegidos de quien nos quiere mal. Así es y así será. Amén».

Ritual frío para congelar todas las penas y todo el mal que se pueda tener:

En una cartulina del color que queráis, escribís el motivo de vuestra angustia, pena o preocupación. Luego con unas tijeras cortáis la cartulina en pequeños trozos. Ponéis un puñado de albahaca en un pequeño recipiente de barro o de metal y le arrojáis encima los trozos que habéis cortado de la cartulina escritos con vuestras penas, preocupaciones y males que podáis tener y decís la siguiente petición:

» sí como esta cartulina en la que estaban escritas las pruebas de mi mala suerte se han desecho en trozos todos mis males y así deseo que desaparezcan de mi vida y no regresen nunca más. Así  es y así será. Amen»

Después introducís el recipiente en el congelador para que el frío haga su efecto y aleje y congele todas las penas y preocupaciones y decís lo siguiente. » Que el frío paralice, congele y aleje todo mal de mi corazón » Y dejáis el recipiente dentro del congelador el primer día de luna menguante y hasta el primer día de luna creciente que deberéis de tirar los trozos de la cartulina y de la albahaca dentro de una bolsa blanca al mar, a un río o a un canal que lleve agua clara y no estancada.

 

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Estos son los beneficios de vivir en un pueblo

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pueblo más bonito Comunitat Valenciana

Explorando los Encantos Rurales: Beneficios de Vivir en un Pueblo

En un mundo cada vez más urbanizado y conectado, la vida en un pueblo puede parecer anacrónica para muchos. Sin embargo, estos rincones de tranquilidad y comunidad ofrecen una serie de beneficios que las bulliciosas ciudades a menudo no pueden igualar. Desde la serenidad de los paisajes naturales hasta la conexión interpersonal más auténtica, aquí exploramos por qué vivir en un pueblo puede ser una elección gratificante.

1. Tranquilidad y Naturaleza

Los pueblos suelen estar rodeados de impresionantes paisajes naturales, desde colinas ondulantes hasta densos bosques y ríos serpenteantes. La tranquilidad que proporciona este entorno natural es invaluable para aquellos que buscan escapar del estrés y el ajetreo de la vida urbana. Respirar aire fresco y disfrutar de la serenidad de la naturaleza puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional.

2. Comunidad y Conexión Personal

En un pueblo, la comunidad es más que una palabra; es una realidad tangible. Las relaciones interpersonales son más cercanas y significativas, ya que los residentes suelen conocerse entre sí y se apoyan mutuamente en tiempos de necesidad. Los lazos comunitarios más fuertes pueden generar un sentido de pertenencia y seguridad que es difícil de encontrar en entornos urbanos más grandes y anónimos.

3. Costo de Vida y Calidad

En general, los costos de vida en los pueblos tienden a ser más bajos que en las ciudades. Los precios de la vivienda, la alimentación y otros gastos cotidianos suelen ser más asequibles, lo que puede permitir a los residentes disfrutar de una mejor calidad de vida con menos presión financiera. Además, en muchos pueblos, las distancias más cortas y la menor congestión vehicular pueden traducirse en menos tiempo perdido en desplazamientos y más tiempo para disfrutar de la vida.

4. Estilo de Vida Más Relajado

La vida en un pueblo a menudo sigue un ritmo más lento y relajado. Las prisas y el estrés asociados con la vida urbana disminuyen, lo que permite a los residentes tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Desde paseos tranquilos por el campo hasta tardes tranquilas en la plaza del pueblo, la vida en un entorno rural puede ofrecer una sensación de calma y serenidad que es difícil de encontrar en la vorágine de la ciudad.

5. Valor Cultural e Histórico

Los pueblos suelen estar impregnados de historia y cultura, con edificios antiguos, tradiciones arraigadas y una rica herencia que se remonta a siglos atrás. Esta conexión con el pasado puede ofrecer una sensación de arraigo y pertenencia a los residentes, así como oportunidades para explorar y aprender sobre la historia local y las tradiciones únicas de la región.

Contrastando con la Vida Urbana

Aunque los pueblos ofrecen una serie de beneficios atractivos, es importante reconocer que no son para todos. Las ciudades tienen sus propias ventajas, como una mayor diversidad cultural, una amplia oferta de entretenimiento y oportunidades profesionales. Además, algunas personas prefieren el ritmo acelerado y la emoción constante de la vida urbana.

En última instancia, la decisión de vivir en un pueblo o una ciudad depende de las preferencias individuales y las necesidades de cada persona. Para algunos, la tranquilidad y la conexión comunitaria de un pueblo son invaluables, mientras que para otros, el bullicio y la diversidad de la ciudad son irresistibles. Lo importante es encontrar el entorno que mejor se adapte a tu estilo de vida y te haga sentir más feliz y realizado.

 

 

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