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Besos: Esto es lo que generan en nuestro organismo

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Los besos, esa muestra de cariño que se representa de diversas formas y que tanto nos gusta mostrar cuando estamos enamorados. Hoy 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso.

Besos: Esto es lo que generan en nuestro organismo

A la mayor parte de la población le gusta dar besos, pero ¿qué crean en nuestro organismo? Los besos son un bálsamo para nuestra salud emocional. Provoca en los individuos un aumento de la oxitocina, la hormona que provoca cambios físicos y neurológicos como el placer, y que también, está directamente relacionado con el enamoramiento, además, ayuda a crear vínculos afectivos entre las personas.

Existe todo tipo de besos, más allá del beso en pareja. Como los besos que demuestran el cariño que se tiene por una persona, ya sean tus hijos, tus amigos, tu familia, incluso los besos de felicidad que te da tu mascota. Sus finalidades también son diversas, pueden expresar respeto, saludar, mostrar cariño o pasión.

Siempre hemos estado rodeados de ellos. En nuestra cultura saludar con dos besos es símbolo de educación, es una costumbre. Sin embargo, el coronavirus ha frenado este tipo de acercamientos, además existen aquellos que prefieren que estos hayan desaparecido.

 

Un acercamiento científico al beso

Los científicos siguen estudiando qué provocan estos en nuestro cuerpo. La filematología es la ciencia que se encarga de ello. Un estudio publicado en la revista científica The American Journal of Medicine explica que en un beso sexual y apasionado podemos llegar a utilizar entre 23 y 34 músculos faciales y 112 músculos posturales. Haciendo que al besarnos podamos quemar hasta 26 calorías por minuto. Añaden que ejercitar estos músculos reduce la salida de arrugas en la cara.

Sin embargo, cuando besamos no pensamos en perder calorías, los efectos que tiene en nuestra mente y nuestro cuerpo van más allá, según un profesor de la Universidad de Toronto explica que al besarnos se liberan una serie de sustancias químicas en el cerebro que unen a las personas y eso es a lo que llamamos: tener química.

Pero no acaba ahí, cuando nos besamos en la boca, las hormonas se revolucionan, al compartir la saliva se producen diversos efectos ya que esta contiene hormonas sexuales como la testosterona. Se reduce el estrés, aumenta el placer, gracias a la dopamina, y la oxitocina es la responsable de las sensaciones de enamoramiento, excitación y apego.

La historia del beso

No se sabe con certeza el origen del beso, muchos estudios apuntan que los primeros homínidos ya los utilizaban para la supervivencia cuando alimentaban a sus crías por la boca.

Sin embargo, las primeras pruebas que se mantienen hasta hoy vienen de oriente, en la región de La India existen tallas en piedra personas besándose, tal y como hoy lo hacemos. Así cómo en murales del Antiguo Egipto, es decir, 3500 a.C.

Sin embargo, a lo largo de la historia su percepción ha variado según la cultura y la simbología de las diferentes sociedades. En la época medieval, besarse era un acto secreto, una práctica romántica de liberación, la máxima expresión del amor como ocurría en Romeo y Julieta, significaba amar a quien deseabas y no a quien te imponían.

Curiosidades de los besos

El 10 % de las poblaciones humanas no se besan, y menos todavía con un objetivo sexual o romántico.

Algunos expertos indican que se trata de un comportamiento aprendido y no algo innato que se hereda genéticamente.

Un artículo publicado de la Asociación Americana de Antropología indica que no hay ninguna evidencia de que el beso sexual y romántico como lo entendemos en nuestra cultura sea universal. Los autores comprobaron que solo el 46% de las 168 culturas implicadas en el estudio tenían la costumbre generalizada de tocarse los labios.

Las conclusiones que se han sacado de este estudio son que cuanto más compleja sea culturalmente una sociedad más besos románticos y sexuales se darán.

¿Por qué se celebra el día internacional del beso?

Hoy en día se celebra el día de casi todo, pero el día mundial del beso parece que fue acuñado cuando una pareja en Tailandia batió el récord Guinness del beso más largo del mundo, con la friolera de 58 horas de duración.

Desconocemos cuál es su secreto, pero aprovecha, no se necesita una excusa para besar a aquellos que más quieres, besa mucho y bien, demuestra tu cariño y serás un poco más feliz.

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Cómo combatir la soledad

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Cómo combatir la soledad

Combatir la soledad puede ser un desafío, pero hay varias estrategias que puedes probar para mejorar tu situación y sentirte más conectado. El miedo a la soledad es una experiencia común y puede tener varias raíces psicológicas y emocionales.

Algunas razones por las cuales la soledad puede generar miedo:

  1. Necesidad innata de conexión social: Los humanos son seres sociales por naturaleza. Desde tiempos antiguos, la conexión con otros miembros de la tribu o comunidad era esencial para la supervivencia. La soledad, por lo tanto, puede activar instintos de alarma en nuestro cerebro, ya que históricamente la falta de conexión social podía significar peligro.
  2. Temor al rechazo o abandono: El miedo a la soledad puede estar vinculado al temor al rechazo o al abandono. Las experiencias pasadas de rechazo pueden llevar a la ansiedad social y al temor de quedarse solo.
  3. Presión social: En muchas culturas, existe una presión social para encajar y ser parte de un grupo. La soledad puede percibirse como un fracaso en cumplir con estas expectativas sociales.
  4. Autoconocimiento y reflexión: La soledad a menudo nos enfrenta a nosotros mismos y a nuestros pensamientos más profundos. Para algunas personas, este autoexamen puede ser incómodo o desafiante, y prefieren distracciones externas para evitarlo.
  5. Estigma social asociado con la soledad: La sociedad a menudo estigmatiza la soledad, asociándola con la tristeza, la depresión o la falta de éxito. Este estigma puede hacer que las personas teman ser vistas como solitarias.
  6. Dependencia emocional: Algunas personas dependen emocionalmente de la presencia constante de otros para sentirse valoradas o seguras. La idea de estar solo puede generar ansiedad debido a la dependencia emocional.
  7. Cultura contemporánea de conectividad constante: Vivimos en una era de hiperconectividad a través de la tecnología, y la idea de desconectarse socialmente puede ser percibida como inusual o incluso amenazante.

Es importante señalar que no todas las personas temen la soledad por las mismas razones, y la intensidad del miedo puede variar según la personalidad, las experiencias de vida y otros factores individuales. Abordar este miedo puede implicar reflexión personal, autoaceptación, desarrollo de habilidades sociales y, en algunos casos, buscar apoyo profesional.

Cómo combatir la soledad

  1. Establecer conexiones sociales:
    • Busca actividades locales, como grupos de interés o clubes, donde puedas conocer a nuevas personas con intereses similares.
    • Únete a clases o talleres para aprender algo nuevo, lo que te permitirá conocer a personas con intereses comunes.
    • Participa en eventos comunitarios o voluntariado.
  2. Mantener relaciones existentes:
    • Cultiva y nutre las relaciones existentes. A veces, el simple hecho de fortalecer los lazos con amigos o familiares puede ayudar a combatir la soledad.
    • Programa regularmente encuentros con amigos o seres queridos, ya sea para tomar un café, dar un paseo o simplemente charlar.
  3. Utilizar la tecnología de manera positiva:
    • Mantén el contacto con amigos y familiares a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o videoconferencias.
    • Únete a comunidades en línea que compartan tus intereses. Las redes sociales pueden ser una herramienta valiosa si se utilizan de manera positiva.
  4. Desarrollar nuevas habilidades sociales:
    • Trabaja en el desarrollo de habilidades sociales. Practicar la empatía, escucha activa y habilidades de comunicación puede facilitar la construcción de relaciones más sólidas.
  5. Cuidar de ti mismo:
    • Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te ayuden a mantener un equilibrio emocional.
    • Establece metas personales y trabaja en su logro, lo que puede brindarte un sentido de propósito y logro.
  6. Buscar ayuda profesional:
    • Si la soledad se vuelve abrumadora o persistente, considera hablar con un profesional de la salud mental. Un terapeuta o consejero puede proporcionar apoyo y orientación.
  7. Adoptar una mascota:
    • Tener una mascota puede proporcionar compañía y afecto, y también puede brindar una estructura diaria.
  8. Practicar el autocuidado:
    • Asegúrate de cuidar tu bienestar físico y mental. La soledad puede aumentar el estrés y la ansiedad, por lo que es importante cuidar de ti mismo.

Recuerda que cada persona es diferente, y lo que funcione para uno puede no ser la solución para otro. Experimenta con diferentes estrategias y encuentra las que mejor se adapten a tu personalidad y situación. Además, ten paciencia contigo mismo durante este proceso.

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