El penúltimo paso en la lucha de la plataforma Russafa Descansa para conseguir la declaración del barrio como Zona Acústicamente Saturada (ZAS) se dió ayer desde Madrid.  El Tribunal Supremo no admitió el recurso que interpuso la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia contra la sentencia del 10 de julio del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana que declaraba Russafa como zona ZAS, avalando así dicha resolución.

Los hosteleros ya han anunciado un recurso ante el Tribunal Contitucional y han recordado que la sentencia aún no es firme, pero fuentes del sector admiten el pesimismo entre los empresarios del ocio del barrio y su temor de que Russafa deje de ser el centro de la noche de València.

Por su parte, Russafa Descansa ha recordado en una nota de prensa que lleva años reclamando una solución, y pide la ejecución inmediata de la ZAS en cuanto los horarios vuelvan a la normalidad. Además, acusa al Ayuntamiento de «dejación de funciones e inactividad municipal en la protección contra la contaminación acústica, que ha perpetuado en el tiempo la vulneración de derechos reconocidos como fundamentales». Por ello, se plantea la posibilidad de reclamar daños y perjuicios al consitorio.

La asociación de vecinos va más alla y anuncia que solicitará una zona ZAS más restrictiva y ampliada, que abarque «entre las calles Gibraltar y Filipinas, las avenidas de Peris y Valero y Reino de Valencia, y la gran vía Germanías, el considerado Plan Especial de Protección de Russafa».

Russafa Descansa pide también en su nota que se revisen licencias y la distancia entre locales y que se realizen inspecciones más exhaustivas. Y acusa al Ayuntamiento y a su Concejalía de Calidad Acústica (que dirige Giussepe Grezzi) de haber colocado los sónometros, los medidores de sonido, «alejados deliberadamente de las actividades legalmente calificadas como molestas por ruidos y vibraciones».