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‘9 de junio … y entonces sucedió que …’, por José Luis Fortea

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José Luis Fortea

…… …..en el año 68, de nuestra era, un día 9 de junio como hoy, de hace 1949 años, fallecía el emperador, Nerón Claudio César Augusto Germánico, a la edad de treinta años, el último de la dinastía Julio-Claudia, que es el nombre con el que se designa a aquellos emperadores emparentados con Julio César, y que fueron los cinco primeros que Roma conocería, esto es, Octavio Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón.

Nerón era hijo del matrimonio concertado por el emperador Tiberio en el año 28 entre Gneo Domicio Enobarbo y Agripina, la hermana de Calígula, que por aquellos días contaba con trece años de edad.

Nació en el mismo año en el que fue nombrado emperador Calígula, el 37, el día 15 de diciembre en Antium (actual Anzio) una localidad cercana a Roma. En el momento de nacer, con la consiguiente recepción de visitas, su propio padre ya vaticinaría un mal presagio, al señalar a algunos de los allí presentes que;

–“De Agripina y de mi, nada bueno puede nacer”-.

Su madre, junto a sus dos hermanas Drusila y Livila, durante aquel año, disfrutarían de los favores, los derechos y las ventajas que les confería la privilegiada posición de su hermano Calígula, como máxima autoridad de todo el imperio, pero la inesperada muerte, seis meses más tarde, de Drusila, la hermana mayor, a sus veintidós años, aquel 10 de junio del año 38, abatió profundamente a un Calígula desconsolado, que lo transformaría todo, ya que desde entonces aquellas prebendas fueron limitándose hasta llegar casi a desaparecer.

No estaba dispuesta Agripina a ver limitadas aquellas prerrogativas conseguidas, por lo que llegaría urdir una conspiración contra su propio hermano, implicando a su otra hermana y a los amantes de ambas. Descubiertas en aquel taimado plan, dispuso pues Calígula la muerte de los amantes participantes y el destierro de ellas a la isla de Pandataria, dejando a Nerón con apenas un año de edad al cuidado de su tía paterna.

Durante aquel destierro, en el año 40 fallecería el padre de Nerón y en el 41 moriría asesinado el mismo Calígula, siendo entonces nombrado emperador su tío Claudio, que permitiría prontamente el regreso de sus sobrinas a Roma, casándose con Agripina cinco años después y adoptando pues a Nerón que acabaría siendo elegido como su sucesor, en detrimento de su propio hijo, llamado Británico, y a su muerte de esta forma llegar a sucederle cuando contaba con diecisiete años de edad.

De esta forma en el año 54 Nerón fue nombrado a sus diecisiete años emperador, mostrándose en sus inicios comedido y generoso en su buen hacer, mostrando su personalidad abierta y creativa, siempre bajo la atenta mirada y manto protector de su madre (de quien se había llegado a sospechar como autora del envenenamiento del mismo Claudio).

Bien formado en su educación y sabiamente instruido por el cordobés de la provincia Bética, el maestro Lucio Anneo Séneca, a la par que prudentemente aconsejado y protegido por Sexto Afranio Burro, su comandante de la guardia pretoriana, supieron orientar sus comienzos hacia un buen gobierno, proclamándose artista universal, distinguiéndose como bienhechor y patrocinador de la cultura, especialmente del teatro y de la música, con el pleno convencimiento de poseer un don especial para la interpretación artística, de la que alardeaba en cuanto tenía ocasión, deseando recibir esa ovación y aplauso que sólo un público entregado es capaz de conceder.

En los primero juegos que organizó, los denominados “de la juventud”, en un gesto poco común en aquellos tiempos, no permitió la muerte de ninguno de los gladiadores que en ellos participaron, dando muestras de una bondad de espíritu infinita.

Pero como le sucediera a Calígula, el comportamiento de este emperador fue alejándose de aquel grado de sensatez y mesura inicial para ir paulatinamente acomodándose en un nuevo periodo, en el que, como dejase escrito Suetonio,

-”poco a poco los defectos y desvíos de Nerón fueron ganando la partida”-  

Instaurándose un modelo de vida basado en el libertinaje, las fiestas de larga duración, desde el mediodía hasta bien entrada la noche, las orgías, y la depravación, de una corte en donde se realizaba todo tipo de extravagantes prácticas sexuales y en la que comenzaría a imponerse de igual manera, simultáneamente a aquella libertad desmedida, un modelo político basado en la opresión, en la tiranía, llena de ejecuciones sistemáticas hacia todas aquellas personas que Nerón considerase o sospechase atentaban o podrían atentar contra su gobierno o persona, sin distinción alguna.

Al año siguiente de su nombramiento mandó envenenar a su hermanastro Británico, un mes antes de cumplir los catorce años, deshaciéndose también de Aulo Plaucio, el joven amante de su madre, y a su propia madre en marzo del año 59, y viendo que sus acciones no eran recriminadas, ni tenían consecuencia alguna, mandó deshacerse en el año 62 de su comandante Sexto Afranio Burro, y de su mujer Claudia Octavia también un día como hoy (9 de junio), y tres años más tarde del maestro Séneca (que antes de ser apresado se suicidaría), y así con todos los miembros de la familia real.

Encontrándose en su ciudad natal, en junio del año 64, se produjo un incendio en la ciudad de Roma, destruyendo según algunos historiadores de la época, como Tácito, cuatro distritos enteros de la urbe, de los catorce de los que se configuraba, dando muestras de su intensidad.

Acusando de este suceso a los cristianos organizó una de las más duras y crueles represiones sobre estos, sobre los que descargó toda su ira. Algunos eran atados en cruces y cubiertos con ramajes prendidos vivos para que iluminasen por la noche, mientras realizaba cualquier otra actividad, ajeno a los gritos de desesperación de aquellos.

Sobre las cenizas de aquella Roma incendiada, mandó construir un inmenso palacio, “la Casa Dorada” (Domus Aurea) y una estatua suya forjada en bronce de más de treinta y cinco metros de altura, el “Coloso”.

Pero las altas clases romanas, hartas e incómodas, se organizaron aprovechando la ausencia del emperador cuando decide acudir, a Grecia, en el año 66, a participar en los Juegos de Delfos que se realizan en Olimpia, momento en el que el mismo Senado recupera el pulso político, siendo el antiguo gobernador de la Tarraconensis, Servio Sulpicio Galba quien fuera ganando, entre aquellos, mayores adeptos, y el día 8 de junio nombrado nuevo “emperador”, declarándose a Nerón enemigo de Roma.

Sabiendo que su final estaba próximo, y para evitar que lo ejecutasen, trata de suicidarse, pero no lo consigue, por lo que solicita la ayuda de su fiel secretario liberto Epafrodito que con una daga le atraviesa la garganta, el día 9 de junio, pronunciando como si se tratara del último acto de una obra, en el momento en el que se cernía el último aliento de vida sobre él, la frase;

-“¡¡Que artista muere conmigo!!”- y con él, la dinastía Juio-Claudia.

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