Telefónica ha anunciado un importante ajuste en su política de retribución al accionista: la compañía reducirá a la mitad el dividendo con cargo a los resultados de 2026, pasando de los 0,30 euros por acción actuales a 0,15 euros. La decisión forma parte del nuevo Plan Estratégico 2026-2030, presentado este martes por el presidente del grupo, Marc Murtra, que busca reforzar la sostenibilidad financiera y acelerar el crecimiento a medio plazo.
El plan prevé un ahorro de costes de hasta 3.000 millones de euros anuales, centrado en la eficiencia operativa, la digitalización y la simplificación de estructuras. No obstante, el documento no concreta nuevas operaciones corporativas, fusiones ni desinversiones relevantes.
Fuerte caída en Bolsa tras el anuncio
El anuncio ha tenido una reacción inmediata en los mercados: las acciones de Telefónica se desplomaron más de un 11% en la sesión del martes, registrando su mayor caída desde marzo de 2020, cuando la pandemia del coronavirus sacudió a los mercados internacionales. Con ello, la compañía perdió en pocas horas las ganancias acumuladas en lo que va de año.
Los analistas interpretan la medida como una señal de prudencia ante el contexto de alta competencia y presión sobre los márgenes en el sector de las telecomunicaciones, tanto en España como en los mercados internacionales donde opera Telefónica, especialmente en Latinoamérica y el Reino Unido.
Un plan a cinco años con foco en rentabilidad y eficiencia
El Plan Estratégico 2026-2030 marca una nueva etapa en la historia del grupo, centrada en el control de costes, la digitalización de servicios y la mejora de la rentabilidad de sus principales filiales. Según Murtra, “Telefónica debe garantizar un crecimiento sostenible y equilibrado, que combine innovación, eficiencia y compromiso con los accionistas”.
La compañía también busca fortalecer su posición en redes 5G, fibra óptica y servicios digitales, áreas consideradas clave para su expansión futura.
Conclusión
La reducción del dividendo de Telefónica refleja un cambio estratégico profundo para asegurar su estabilidad financiera y competitividad en los próximos años. Aunque la medida ha tenido un impacto inmediato negativo en Bolsa, la empresa apuesta por un modelo más sólido a largo plazo, en línea con las exigencias del mercado y la transformación tecnológica global.
