El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha dicho este viernes que el Ejecutivo comunitario propondrá finalmente la supresión del cambio de hora en la Unión Europea (UE). Tras una encuesta a nivel comunitario —no vinculante— en la que participaron casi cinco millones de ciudadanos europeos, el 80% votó a favor de suprimir el cambio de hora.
Juncker ha escuchado y ha decidido que hará formalmente la propuesta que tendrá que ser aprobada posteriormente por la Eurocámara y por el Consejo Europeo. «La gente quiere que se haga, así que lo haremos», ha dicho el luxemburgués.
Las leyes comunitarias obligan a los Veintiocho a adelantar una hora los relojes el último domingo de marzo y retrasarla el último domingo de octubre para tener en cuenta la evolución de la luz diurna y aprovechar su disponibilidad. Entre los argumentos para hacerlo se esgrime el ahorro de energía, una mayor seguridad vial, contar con más tiempo para el ocio antes de que se haga de noche o simplemente la equiparación con los países vecinos y principales socios comerciales.
Bruselas cree que algunos de esos razonamientos se basan en conclusiones poco contrastadas o con un efecto mínimo sobre la economía. Los estudios consultados por la Comisión Europea indican que el ahorro de energía derivada del cambio de hora de verano es marginal, entre el 0,5 y el 2,5%. Tampoco está claro que disminuya el riesgo de accidentes de tráfico. Y advierten de que su impacto en los biorritmos humanos —en forma de cansancio o falta de concentración— podría ser más importante de lo que se suponía en un primer momento.