Firmas
‘Ciudadanos: ¿El partido de Mortadelo y Filemón?’ por @JoseSorzano
Publicado
hace 8 añosen
De
Foro de Opinión: José Luis Sampedro
Siempre digo lo mismo, y cuando me dispongo todo aplicado y docto a escribir, por ejemplo, sobre los últimos avances de la física cuántica en Corea de Norte, va y me sale de nuevo el partido Ciudadanos con sus próceres y diputados, Juan Córdoba y Emilio Argueso, a la cabeza, ofreciéndome un titular propio de una película del maestro Berlanga.
Yo no sé cómo se las arreglan estos chicos Riveristas que, sin ni siquiera saber elaborar un buen pastel de pescado como su jefe, cada vez que se meten en la cocina política montan un cirio de mil pares de pelotas.
De todos es sabido las trapisondas y enjuagues internos comisionados por esta pareja de mandamases y flor innata del partido naranja; que al parecer poseen toda clase de sazón para manipular internamente el partido, pero que carecen de todo ese rigor estatutario tan cacareado y publicitado, pero no practicado, por ese campeón de la ”Regeneración Democrática”, nacido en el castizo barrio barcelonés de la “Barceloneta”, llamado, Albert Rivera.
Los enjuagues orgánicos de esta pareja últimamente metidos a espías, conocidos, detectados y hasta publicados en varios medios nacionales, se han quedado como puros e inocentes juegos de niños, si a estos los comparamos con la gravedad que puede suponer la supuesta practica de gravar conversaciones a los diputados de otros grupos en sede parlamentaria o Santa Sanctórum de la soberanía popular, como son las Cortes Valencianas. Máxime, si tenemos en cuenta que Emilio Argueso, en cuyo despacho por lo visto se efectuaron dichas grabaciones, es secretario primero de la Mesa de las Cortes, por otro lado, máxima garante de hacer cumplir las reglas de juego al resto de los diputados pertenecientes a los distintos grupos parlamentarios.
La gravedad de los hechos ha suscitado, según fuentes de diferentes grupos, que la mayoría de los diputados no quieran coincidir con esta pareja ni siquiera en el mingitorio o lavabos de la Cámara, simplemente por miedo a ser gravados en ese estado de despiste o semi meditación, en que todo el mundo caemos mientras abrimos nuestros respectivos grifos de la vejiga urinaria, mientras miramos como ausentes fijamente al techo o la pared.
Yo muchas veces pienso la de historias que hubiese sacado de dicha situación, el mismísimo y genial Paco Ibáñez y sus compañeros en Bruguera Ediciones, Jesús de Cos y Ramón María Casanyes, para su comic estrella de los años 60: “Mortadelo y Filemón, agentes de información”.
Si bien toda la información facilitada desde todos los ángulos, señalan a Juan G. Córdoba Cortijo, sub delegado territorial o comisario político del partido naranja en Valencia, como autor junto a sus asesores de las grabaciones sin su conocimiento, al diputado pepero, José Ciscar, uno por mucha imaginación literaria que tenga, le cuesta muy mucho imaginarse al ínclito diputado Córdoba, ejerciendo de Mortadelo, grabando a hurtadillas al pepero Ciscar en el despacho del secretario primero de tan magna institución, Emilio Argueso, como si de una agencia de inteligencia de «horchateta y fartons» se tratara.
Después de ver los acontecimientos naranjas acaecidos, sobre todo después de la celebración del congreso Ciudadano de Coslada, donde se dio un viraje de 180 grados en cuando al ser o no ser del partido, a uno ya no le puede extrañar nada de lo que pueda ocurrir internamente o, incluso, en el entorno más próximo de los chicos de Rivera; donde un día se acuestan socialdemócratas y al siguiente se levantan liberales. Donde un día pactan con el Psoe, para al siguiente pactar con el PP. Donde en Andalucía pactan con Susanita, para a su vez pactar en Madrid con Cristina Cifuentes. Todo ello, en una especie de manual de la Cienciología facilitado por su principal impulsor, Tom Cruise.
Esperemos que a esta especie de comic en que se está convirtiendo el partido naranja, a los Mortadelos y Filemones de las Cortes Valencianas, no le tomen gusto a la cosa, y se les unan también personajes como el profesor Bacterio, Ofelia o el mismísimo Súper. Pues lo único que le faltaba ya a la política valenciana es que en vez de debatir sobre el presente y futuro de nuestra terreta, la casa del Poble se viniera a convertir en una especie de plató cinematográfico de extremada efervescencia, con el trasiego de Mortadelos, Filemones, lupas, mini cámaras fotográficas y grabadoras de aquí para allá, al más puro estilo de una comedia de los hermanos Marx.
Y mientras que los Cordobas, Arguesos, el gandiense Mari, y demás comparsas se dedican a hacer lo que les da la gana, eso si, siempre con la bendición y aquiescencia del Sr. Rivera y Cia, en el partido sigue el chorreo o sangría de cargos institucionales públicos y militantes que todos los días solicitan la baja voluntaria, hartos de tanto contubernio “judeo masónico”, como diría D. Francisco, aquel que nos estuvo jodiendo durante más de 40 años.
Dicho lo cual, se aconseja que el ultimo que salga por favor cierre la puerta.