MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) – El que fuera secretario general del PPCV con Francisco Camps hasta 2009, Ricardo Costa, ha defendido este miércoles en el Congreso su decisión de admitir ante la Audiencia Nacional la existencia de financiación ilegal en su partido y cree que «está bien» que un responsable político asuma su responsabilidad, pida perdón y se arrepienta.
Ante el tribunal que juzga la trama valenciana de Gürtel, Costa reconoció que facturas del PP se pagaron con dinero negro dado por empresarios, que desde la Generalitat valenciana se coordinaba la percepción de las aportaciones para ser entregadas a la gerencia del partido y que, según se le dijo, todo ello se hacía por orden del entonces presidente valenciano Francisco Camps.
En su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga la supuesta financiación ilegal del PP, el ex número dos del PP valenciano se ha ratificado «plenamente» en ese testimonio, «desde la línea hasta la cruz». Y, además, ha asegurado sentirse arrepentido y ha pedido perdón por no haber parado esas prácticas ilegales cuando tenía competencia.
CAMPS LE REPROCHÓ CAMBIAR DE VERSIÓN
Esa confesión dejó en evidencia a su entonces superior Francisco Camps, que ante la misma comisión de investigación insistió en negar financiación ilegal y subrayó que debía ser Costa quien explicase su cambio de versión, ya que, según dijo, durante nueve años estuvo sosteniendo lo contrario.
Costa ha admitido que, cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana empezó a investigar la trama Gürtel, tuvo la oportunidad de reconocer esas prácticas que años después ha confesado, pero no lo hizo porque su situación profesional y personal, era distinta. «Estaba en una situación no sabiendo decir que no», ha comentado en otro momento.
A partir de mayo de 2012, tras ser absuelto en la causa de los trajes de Camps, su situación ya era distinta, pues había dejado la cúpula del partido y había sido obligado a renunciar al escaño que venía ocupando durante dos décadas. «Mis circunstancias personales, profesionales y familiares no eran las óptimas», ha admitido.
Desde entonces, ha subrayado, se alejó de la esfera pública, ya no hizo más declaraciones sobre el tema, y durante los siguientes años abrió un proceso de reflexión marcado. Eso sí, asegura que no ha habido un cambio de versión porque en estos últimos años no ha dado ninguna otra, ni ha hablado con los medios de comunicación a la espera de declarar ante el tribunal.
LA FAMILIA LE ACONSEJÓ RECONOCER LOS HECHOS
«El cambio de actitud no es más que una reflexión personal de años ante una situación que obviamente ha tenido una dura carga personal –ha relatado–. La vida son circunstancias. He tenido una profunda conversación familiar en los últimos dos años que me han hecho ver las cosas y que me han hecho tomar estas decisiones, sabiendo claramente que iba a tener un coste personal muy elevado».
A su juicio, «está bien que un responsable público asuma responsabilidades, pida disculpas y se arrepienta», pero ha querido dejar claro que su actitud no pretende ser ejemplo para los demás. «No quiero dar lecciones a nadie –ha remarcado–. No vengo a dar ejemplo de nada, ya tengo bastante con aprender de mis errores, con humildad y arrepentimiento. No quiero ser el faro de una luz futura».
Ante los diputados, Costa también ha dicho desconocer a cambio de qué pagaban los empresarios las facturas del PP valenciano, ya que él nunca formó parte de la Generalitat, y ha relatado la vez que se negó a que se pagaran gastos del partido con dinero público, algo que la propia dirección nacional del PP también desaconsejó por ser una práctica prohibida.
Si se respetó o no esa decisión, lo deja en el aire. «Lo que sé es que el señor (Luis) Bárcenas le iba a trasladar al señor (Álvaro) Lapuerta la información para que se la comunicara a Camps –ha añadido–. Mi obligación es decirlo, y es verdad que podía haber dado un paso más y denunciarlo ante la justicia, pero no lo hice».