Descongelar alimentos correctamente es clave para mantener su calidad y seguridad. En la mayoría de los casos, hacerlo lentamente en la nevera es la opción recomendada. Sin embargo, cuando se trata de gambas y otros crustáceos, este método puede provocar un efecto indeseado: que se oscurezcan y aparezcan manchas negras.
Este cambio de color no siempre significa que estén en mal estado, pero sí afecta a su aspecto y puede generar dudas a la hora de consumirlas.
Por qué las gambas se ponen negras al descongelarlas
El oscurecimiento de las gambas se debe a un proceso natural llamado melanosis. Ocurre cuando determinadas enzimas reaccionan con el oxígeno, produciendo pigmentos oscuros, especialmente en la cabeza y el caparazón.
Cuando las gambas se descongelan lentamente en la nevera, pasan más tiempo a una temperatura en la que estas enzimas siguen activas, lo que favorece la aparición de ese color oscuro.
Importante: 👉 La melanosis no es peligrosa para la salud, pero sí afecta a la apariencia y a la percepción de frescura.
El error más común al descongelar gambas
El fallo más habitual es aplicar la misma norma que con otros alimentos: sacarlas del congelador y dejarlas varias horas en el frigorífico. Ese proceso prolongado facilita el oscurecimiento, especialmente si las gambas no han sido tratadas previamente con antioxidantes.
Por eso, no siempre la nevera es la mejor opción para este producto concreto.
Cómo descongelar gambas correctamente
Para evitar que se pongan negras y conservar mejor su aspecto y sabor, los expertos recomiendan:
Descongelación rápida en agua fría, dentro de una bolsa bien cerrada
No dejarlas a temperatura ambiente durante mucho tiempo
Cocinarlas justo después de descongelarlas
Evitar volver a congelarlas una vez descongeladas
Este método reduce el tiempo de exposición al oxígeno y frena la acción de las enzimas responsables del oscurecimiento.
¿Cuándo sí conviene la nevera?
La descongelación en frío sigue siendo adecuada para otros alimentos como carnes, pescados grandes o platos preparados. Sin embargo, en productos delicados como las gambas, la rapidez juega a favor de la calidad.
Claves para reconocer si están en buen estado
Aunque estén algo oscuras, las gambas siguen siendo aptas para el consumo si:
No desprenden olor desagradable
Mantienen una textura firme
Han sido conservadas correctamente
Si hay mal olor, textura viscosa o signos evidentes de deterioro, deben desecharse.
Un pequeño gesto que marca la diferencia
Conocer este detalle puede evitar sustos innecesarios en la cocina. Descongelar gambas de forma adecuada no solo mejora su apariencia, sino que ayuda a disfrutarlas en su mejor momento, especialmente en celebraciones y comidas especiales.