El magnate neoyorquino Donald Trump se ha convertido este viernes en el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos. El republicano asumirá el cargo de presidente de Estados Unidos y pondrá a cero el contador de un mandato del que pocos se atreven a pronosticar resultados.
Y es que, para sorpresa de muchos, y tras una controvertida carrera electoral, el multimillonario se imponía contra todo pronóstico a la demócrata Hillary Clinton.
«Yo, Donald John Trump, juro solemnemente que ejerceré con fidelidad el cargo de presidente de Estados Unidos y, hasta el límite de mi capacidad, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos. Que Dios me ayude». Con estas palabras, y con puntualidad británica, ha jurado Donald Trump su cargo sobre dos ejemplares de la Biblia que sostenía su esposa, Melania Trump.
Durante su discurso, que ha iniciado agradeciendo la presencia de otros expresidentes norteamericanos como Barack Obama, ha señalado que era un día «histórico» porque «hoy estamos transfiriendo el poder de Washington al pueblo».
Trump ha apuntado que, en realidad, no es tan importante qué partido controle el Gobierno de la nación, sino si el Gobierno está controlado por el pueblo. «La inseguridad en las calles, con las bandas y las drogas, se acaba aquí y ahora», afirmaba con rotundidad.
El magnate ha señalado que ahora será «Estados Unidos lo primero» en referencia a las fronteras y la polémica que ha levantado con ello. «Hemos hecho ricos a otros países mientras ha desaparecido la confianza en el nuestro. Han cerrado las fábricas, sin pensar en los trabajadores. Todas las decisiones sobre comercio, impuestos, inmigración… se tomarán para beneficiar a los trabajadores estadounidenses. La protección dará lugar a mayor prosperidad. Voy a luchar por vosotros y nunca jamás os decepcionaré».
El terrorismo también ha formado parte de su discurso, destacando que EE UU buscará acuerdos con todas las naciones, anteponiendo sus propios intereses por delante y que unirá «al mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical» y lo «erradicará completamente de la faz de la tierra».
El acto de traspaso de poderes ha comenzado con una intervención del coro de la Universidad de Misuri. Pocos minutos antes de las seis de la tarde Mike Pence ha jurado su cargo como vicepresidente de Estados Unidos.
Horas antes, el presidente electo ha entrado en la Casa Blanca junto con su esposa, Melania, para reunirse con Barack y Michelle Obama antes de partir todos al Capitolio para la ceremonia de transmisión de mando.
Posteriormente, Trump hará el recorrido por la avenida Pensilvania que durará sólo una hora y media, la mitad de tiempo del que dedicó Obama a realizar este mismo trayecto en 2009. Trump también ha recortado el número de bailes organizados para celebrar su nombramiento, de tal forma que pasará de los diez del primer mandato de Obama a únicamente tres.
Según el director de comunicaciones Boris Ephsteyn, el nuevo mandatario quiere «ponerse a trabajar y asegurarse de que todos los estadounidenses están a salvo en sus casas y en sus trabajos». Ya el sábado, entre las 10.00 y las 11.00, se celebrará una misa en la Catedral Nacional de Washington.