La atrocidad del presunto ataque químico contra la población Siria va tomando cuerpo. Así, las autopsias realizadas en Turquía sobre las víctimas del ataque ocurrido el martes confirman la utilización de armas químicas por el régimen de Bashar Al Asad, según han señalado las autoridades turcas. Al menos 86 personas, incluyendo 30 niños, murieron en un bombardeo el pasado martes martes en la ciudad de Jan Sheijun, al noroeste de Siria.
Los médicos han diagnosticado síntomas que así lo hace indicar, tales como pupilas dilatadas, convulsiones y espuma saliendo por la boca, según se desprende del análisis que las autoridades médicas turcas le han hecho a tres cuerpos. Los galenos turcos han estado acompañados en sus trabajos por representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ). Además, Turquía ha acogido también a un grupo importante de afectados por este ataque que han sobrevivido, pero que están tratado de síntomas propios de una ataque con armas químicas.
Turquía y otros países, como Estados Unidos, Francia y Reino Unido, han acusado al régimen del presidente Asad del ataque de estar detrás de este ataque, aunque Rusia, aliado del régimen sirio en el conflicto interno, sigue apoyando a El Asad. Se desconoce el tipo de sustancia médica utilizada, pero se empieza hablar de productos químicos con agentes neurotóxicos.