El mundo del cine italiano y los amantes de la comedia erótica de los años 70 y 80 están de luto. Álvaro Vitali, el actor que encarnó al inolvidable ‘Jaimito’ —o Pierino, como se le conocía en Italia— ha muerto a los 75 años en Roma a causa de una bronconeumonía recidivante. Su fallecimiento pone fin a la historia de uno de los rostros más icónicos del cine popular italiano.
De electricista a estrella de la mano de Fellini
Nacido en febrero de 1950, Álvaro Vitali tuvo una infancia complicada. Las tensiones familiares le llevaron a vivir con su abuela, y abandonó los estudios tras completar la educación primaria. Se formó como electricista y trabajó en el sector hasta que una casualidad transformó su destino: conoció a Federico Fellini, quien se fijó en su físico particular y su expresividad.
Fellini lo incluyó en películas como Satyricon, Roma y Amarcord, lo que le permitió adentrarse en la industria cinematográfica italiana. Aunque sus apariciones en esas cintas eran breves, su presencia se hizo notar y abrió las puertas para que Vitali se convirtiera en protagonista en un género que marcaría su vida: la comedia erótica.
El fenómeno Jaimito, un icono del cine popular
La década de los 70 fue clave para la carrera de Vitali, que alcanzó fama internacional con el personaje de Jaimito (Pierino). Un adolescente pícaro, maleducado y lleno de chistes subidos de tono, pero con un punto entrañable. Su risa contagiosa y su estilo irreverente conquistaron a millones de espectadores en Europa y América Latina.
Títulos como Jaimito contra todos, Jaimito, médico del seguro o Jaimito no perdona se convirtieron en fenómenos de taquilla. Aunque la saga fue perdiendo fuerza a lo largo de los años 90, dejó una huella imborrable en la cultura popular y consolidó a Vitali como un personaje de culto.
Más allá de Jaimito: otros papeles y colaboraciones
Aunque Vitali siempre será recordado por su papel de Jaimito, su carrera fue mucho más amplia. Trabajó con grandes nombres del cine italiano como Dino Risi y participó en varios spaghetti westerns y commedie all’italiana. Sin embargo, la etiqueta de Jaimito le persiguió durante toda su trayectoria, dificultando su paso a otros registros más serios.
Un final marcado por el olvido y la soledad
En los últimos años, Vitali vivió alejado de los focos y en una situación económica delicada. A pesar de haber amasado una gran fortuna durante sus años de gloria, el dinero desapareció y apenas percibía una pensión. En varias entrevistas confesó sentirse abandonado por su entorno:
«Fue un mal momento, me encontré solo. Cuando el barco se hunde, los primeros que se salvan son las ratas. Los muchos falsos amigos desaparecieron. Me quedé sin trabajo, el teléfono no sonaba, deprimido, sin ganas de ver ni hablar con nadie.»
Un legado de humor y nostalgia
Álvaro Vitali ha dejado un legado imborrable en la historia del cine popular europeo. Su personaje de Jaimito forma parte del imaginario colectivo de varias generaciones que crecieron con aquellas comedias irreverentes y desenfadadas. Su pérdida marca el fin de una era, pero su legado sigue vivo en cada carcajada provocada por su inconfundible estilo.
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