MADRID, 16 Ene. (CHANCE) – Kiko Rivera ha decidido abrir su corazón a la audiencia de Gran Hermano Dúo. El hijo de Isabel Pantoja ha querido terminar con el tabú de su depresión para explicar, en pleno directo, que tuvo una adicción a las drogas que le llevó a retirarse momentáneamente de la vida pública.
«En determinado momento de mi vida, y de ahí viene en gran parte mi depresión, tuve adicción a las drogas», comenzaba narrando Kiko en el Límite 48 horas para continuar con un «consumía hachís y marihuana todos los días, y también cocaína. Para mi ir a trabajar era pegarme una fiesta, no rendía en mi trabajo, no daba lo que tenía que dar».
Una caída libre hacia los infiernos que cortó, radicalmente, Irene Rosales: «Ella se puso firme y me enderezó, me costó lo más grande pero hace un año y medio ya soy un hombre limpio». Así, Kiko no quería terminar su confesión lanzar el mensaje de que se puede salir de esa espiral de autodestrucción: «Lo pasé muy mal, todos los bajones que tuve en mi vida pensaba que podrían solucionarse con las drogas. Gracias a mi mujer, a mi madre y a mis amigos de verdad he conseguido salir de ese mundo. No me quería ir sin decirle a la gente que se puede salir, que es muy malo, solo trae problemas».
KIKO RIVERA: «AÚN SIGO CON EL TRATAMIENTO Y HACIÉNDOME MIS PRUEBAS»
Aún así, el tratamiento continúa: «Ya hace un año y medio que estoy limpio. Me costó muchísimo. Gracias a Dios lo he conseguido, aún sigo con el tratamiento y haciéndome mis pruebas, donde todos los que me quieren pueden ver que sigo bien». Por su parte, Irene Rosales también quiso explicar que lo que más le costó a Kiko fue «contárselo a su madre fue lo más duro, no quería por nada del mundo que su familia se enterara, pero era la única opción que me quedaba».
Pasados los malos momentos, el Dj tiene claro que «seguramente mi madre hoy se sentirá orgullosa, gracias a ella y a mi mujer soy una persona nueva y una persona feliz, y se lo agradeceré a las dos eternamente hasta el día que me muera».