La periodista Sara Carbonero ha sido operada de un tumor maligno de ovario. Así lo ha dado a conocer la joven de 35 años a través de sus redes sociales. «Afortunadamente lo hemos pillado muy a tiempo pero todavía me quedan unos meses de lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente», ha escrito la presentadora sobre el cáncer, «esa dichosa palabra de seis letras que todavía me cuesta escribir».
Cada año se diagnostican 230.000 nuevos casos en todo el mundo, lo que supone el 5% de los tumores femeninos. En España, dicha afección alcanza a 3.300 mujeres, de ahí la importancia de realizar revisiones ginecológicas continuas para una detección temprana de esta enfermedad que ocupa el sexto lugar entre los tumores malignos que afectan a la mujer, por detrás del cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de pulmón, cáncer de útero y de los linfomas.
Pese a que el perfil de mujeres afectadas por este tipo de cáncer se sitúa por encima de los 45 años, el riesgo de padecerlo a edades más tempranas, aunque es más bajo, va en aumento. Mujeres en edad fértil que en muchas ocasiones encuentran en las técnicas de reproducción asistida la esperanza para poder cumplir el sueño de ser madres tras superar su cáncer.
“La vitrificación de ovocitos supuso una ventana abierta para las pacientes con cáncer que iban a recibir tratamiento con quimioterapia, mitigando las consecuencias de esta sobre el ovario y permitiéndoles tener la opción de intentar la consecución de un embarazo con sus propios gametos una vez superada su enfermedad, de forma que hoy en día nadie discute la conveniencia de las técnicas de preservación de la fertilidad como parte integral de los tratamientos oncológicos”, comenta el doctor Javier Domingo, director de IVI Las Palmas y Tenerife, y Coordinador del Programa de Preservación de la Fertilidad de IVI.
Ocurre que cuando se trata de cánceres ginecológicos como endometrio, cérvix u ovario, el tratamiento e incluso el estadiaje de la enfermedad conlleva habitualmente la realización de cirugías pélvicas en las que se comprometen los órganos reproductivos, siendo muy difícil la posibilidad de preservar la fertilidad. Cuando estos cánceres ocurren en mujeres jóvenes que aún no han tenido descendencia, y siempre en estadios tempranos, normalmente se plantea la realización de una cirugía conservadora, manteniendo las posibilidades de embarazo.
“De todos los cánceres de ovario, el 12% se diagnostican en menores de 44 años, y la gran mayoría se encuentra en estadios avanzados. Se considera que un 20% de los cánceres de ovario podría ser subsidiario de tratamientos para preservar la fertilidad. No obstante, es importante conocer que existe esta posibilidad y que, según el caso, la preservación de la fertilidad abre una vía para que estas mujeres puedan ser madres en un futuro”, añade el Dr. Domingo.
En definitiva, las técnicas de preservación de la fertilidad tendrían cabida para aquellos tumores de ovario en estadios muy precoces limitados a un ovario, y fundamentalmente en los tumores borderline de ovario, con características intermedias entre benignidad y malignidad, o los tumores de células germinales, la gran mayoría de ellos benignos (teratoma ovárico), o incluso en los malignos, ya que se suelen diagnosticar en estadios precoces, por lo que el pronóstico suele ser bueno. Al tratarse de mujeres jóvenes sin hijos, se puede plantear la cirugía conservadora, sin empeorar las tasas de supervivencia.