La Organización Mundial de la Salud lo advirtió el pasado viernes: el foco de esta segunda ola del coronavirus está en Europa y se han de endurecer las restricciones porque llegan momentos muy difíciles. Día a día se rompen récords de contagios en todos los países europeos, que ya son 7 veces peores que en los picos de marzo y abril. Casi la mitad de los nuevos positivos en el mundo el sábado se dieron en el Viejo Continente, que ya supera los 9.000.000 de casos y se acerca a las 300.000 muertes.
Ahora mismo, Francia ha superado a España como el país europeo que más preocupa por sus cifras totales. El sábado se notificaron más de 45.000 contagios, 3.000 más que el viernes. Casi 50 millones de franceses están bajo el toque de queda, y el gobierno anuncia restricciones aún más duras. Lo mismo ocurre en Bélgica, con números que asustan: la incidencia acumulada es de 1.150 casos cada 100.000 habitantes en todo el país.
Italia, a la que se ponía en las últimas semanas como ejemplo de buena gestión, también está desbordada. Ayer batió otro récord diario de contagios con casi 20.000. El gobierno anunciará hoy medidas muy duras para aplanar la curva que estarán en vigor hasta el 24 de noviembre: bares y restaurantes cerrarán a las 18.00, se reducirán las clases presenciales en secundaria y continuarán cerrados cines, teatros, piscinas y gimnasios.
Alemania ha comunicado este domingo más de 11.000 nuevos casos y 29 fallecidos, cifras desconocidas para el país. Austria, otro de los oasis en la crisis de marzo y abril, también marca día a día nuevos récords. Lo mismo ocurre en la República Checa, apenas afectada en la primera ola de la pandemia y que ahora está en una media de 15.000 contagios diarios y tiene la peor tasa de incidencia acumulada del continente, peor aún que la de Bélgica.
En el Reino Unido, el gobierno ha establecido un nuevo sistema de medidas restrictivas en 3 niveles (medio, alto y muy alto) para frenar la expansión del virus, que ayer contagió a más de 26.000 británicos. La incidencia acumulada se acerca a los 400 casos cada 100.000 habitantes. Irlanda, con una tasa menor (258), ha optado por el confinamiento de su población durante seis semanas.
Por último, Portugal también está en sus peores cifras de contagios de toda la pandemia. El gobierno luso ha decretado el estado de calamidad, como se denomina allí el estado de alarma, que en la práctica significa que no se puede circular entre las distintas poblaciones del país. Además, se han establecido más restricciones a las reuniones, al ocio y al comercio.