Los altavoces inteligentes son dispositivos conectados a Internet que llevan un asistente de voz integrado que reconoce los comandos que un usuario le da y responde conforme a lo que se le ha pedido.
Actualmente, hay 3 grandes jugadores en el mercado: Amazon Alexa, Google Assistant y Siri de Apple. Pero no son los únicos, en un segundo plano se encuentran Bixby de Samsung y Cortana de Windows, que aún no están tan consolidados como los otros, según afirma un estudio de la Organización de Consumidores (OCU).
¿Cómo funcionan?
Estos altavoces inteligentes tienen un micrófono, que para que funcione correctamente tiene que estar escuchando continuamente todo lo que suena a su alrededor, a la espera de que el usuario diga las palabras claves de activación: “Alexa”, “Ok, Google” u “Oye, Siri”, según el dispositivo.
Es entonces cuando, para procesar este comando y atender a la petición, el altavoz inteligente graba un pequeño archivo de audio (este contiene 1 segundo antes de la palabra de activación, el comando de voz y aproximadamente un segundo después de la orden) y lo envía encriptado a través de Internet a unos servidores centrales.
¿Escuchan nuestras conversaciones?
Últimamente no resulta extraño ver o escuchar noticias que dicen que los trabajadores de empresas como Amazon, Google y Apple se dedican a escuchar las conversaciones que los usuarios tienen con sus asistentes.
¿Es cierto lo que se dice en medios e Internet? Y si es así, ¿por qué? Las empresas dicen que los asistentes aprenden de los usuarios y, para ello, se estudian las conversaciones que estos tienen con sus altavoces inteligentes. Además, esto les ayuda a dotarlos de mayor “inteligencia” y, por tanto, mejorar el servicio que dan a sus dueños.
El problema está en que, en algunos casos, esta tarea la realizan empresas subcontratadas por Google, Apple o Amazon, algo que no está contemplado en los términos y condiciones de uso que el usuario acepta. Y esto no acaba aquí: algunos de estos trabajadores han revelado a los medios que no solo escuchan las conversaciones con los comandos, sino también conversaciones privadas de los usuarios. Ya sea por activación errónea de los altavoces o porque estos altavoces no solo graban cuando se habla con ellos, la duda queda ahí.
En cualquier caso, y con el objetivo de arrojar algo de luz sobre este tema, en OCU han realizando un análisis más exhaustivo de los datos que se graban y se envían a los servidores.
Los límites al altavoz
Si eres de los que no tiene nada que esconder, probablemente te dé igual que los altavoces inteligentes escuchen tus conversaciones. Total, no es más intrusivo que llevar tu móvil encima todo el día… ¡Qué importa un dispositivo más! En cambio, si eres más receloso de tu intimidad, directamente te recomendamos que no te compres un aparato de estos.
En el caso de que esta última advertencia llegue tarde porque un altavoz inteligente ya se ha colado en tu casa (y en tu vida), OCU ofrece unos consejos para minimizar la exposición de tus datos con estos altavoces. Para ello, te enseñan cómo evitar que trabajadores de las empresas escuchen tus conversaciones diciendo expresamente que no quieres participar en la mejora del servicio, cómo borrar el historial de grabaciones que ya tiene almacenado tu dispositivo o cómo apagar directamente el micrófono para que no escuche en determinados momentos: