El centro de Valencia se prepara para una profunda transformación urbana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el catálogo de criterios técnicos del nuevo mobiliario urbano que definirá el futuro de espacios emblemáticos como la plaza del Ayuntamiento, San Agustín, la avenida del Oeste o la calle Colón. La propuesta, desarrollada por la firma Barri Studio, marca el punto de partida para una nueva etapa en el diseño del paisaje urbano de la capital valenciana.
Con esta medida, el equipo de gobierno de María José Catalá pone fin a los maceteros de gran tamaño instalados durante el mandato de Joan Ribó, apostando por un modelo más coherente, ordenado y respetuoso con la movilidad peatonal y la identidad arquitectónica del centro histórico.
Un nuevo concepto de mobiliario urbano: funcional, sostenible y mediterráneo
El catálogo aprobado establece los criterios estéticos, materiales y técnicos que se aplicarán en futuras obras de reforma. Entre ellos destacan los bancos y jardineras de piedra natural y hormigón pulido, integrados con vegetación autóctona, y la agrupación estratégica del mobiliario —bancos, papeleras y luminarias— en islas o zonas de descanso que no interrumpan el tránsito peatonal.
Los bancos combinarán materiales como madera tratada y reposabrazos metálicos, con opciones individuales o grupales, y estarán ubicados preferentemente en zonas con sombra natural o pérgolas. En áreas con arbolado joven, se contemplan estructuras temporales o toldos para ofrecer refugio climático.
“El objetivo es que cada elemento forme parte de una red viva, no de objetos aislados. Se trata de crear espacios urbanos resilientes, confortables y con identidad propia”, explican desde Barri Studio.
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Microclimas urbanos y biodiversidad en pleno centro de Valencia
Una de las claves del nuevo catálogo es la creación de microclimas urbanos, inspirados en el modelo de la plaza de la Reina, en su confluencia con la calle de la Paz y San Vicente. Se busca fomentar el confort térmico mediante bioswales (zanjas de drenaje con vegetación), jardines de lluvia, franjas verdes y sistemas de drenaje integrados en bancos y jardineras.
Estas “infraestructuras vivas” servirán para retener agua de lluvia, reducir el calor y mejorar la biodiversidad urbana, convirtiendo los espacios de tránsito en áreas de estancia y encuentro.
Diseño accesible y continuo: prioridad al peatón
El nuevo mobiliario urbano de Valencia tendrá que garantizar accesibilidad universal y un pasillo peatonal continuo de al menos 1,80 metros, libre de obstáculos. No se podrán colocar elementos frente a accesos, rampas, esquinas o señalizaciones, y deberán dejarse áreas despejadas de 1,20 metros para mantener la visibilidad y la seguridad.
Además, el catálogo recomienda incorporar reposabrazos laterales o centrales en los bancos para facilitar su uso por parte de personas mayores o con movilidad reducida. Las papeleras seguirán el modelo implantado en el entorno del Mercado Central y la Lonja, con diseño rectangular y cubierta antilluvia, mientras que las arquetas y registros quedarán integradas en el pavimento para reducir el impacto visual.
Materiales duraderos y coherencia estética
El documento incide en la necesidad de utilizar materiales resistentes al vandalismo y de bajo mantenimiento, como acero pintado, madera tratada y hormigón pigmentado. También se especifica que el mobiliario se adapte a la escala del espacio público, con tamaños pequeños, medianos o grandes según la ubicación, y que se coordine con las tramas del pavimento para evitar cortes o interferencias visuales.
La vegetación, por su parte, deberá estar formada por especies mediterráneas o adaptadas al clima valenciano, resistentes a la sequía y de porte contenido, que aseguren una composición estable con mínimo mantenimiento.
Adiós a la heterogeneidad y al caos visual del centro de Valencia
El informe técnico hace un repaso a la situación actual del mobiliario urbano en Valencia, señalando la fragmentación estética del centro histórico: coexistencia de bancos de piedra, madera o metal, jardineras de hormigón o acero corten, y pavimentos con distintas texturas y colores.
Esta falta de coherencia, apuntan, genera barreras perceptivas y funcionales, especialmente para personas con movilidad reducida. En plazas como la del Ayuntamiento, de la Reina o del Tossal, la ausencia de sombra y la disposición aleatoria de los elementos convierten los espacios de encuentro en simples zonas de paso.
“La superposición de estilos y materiales ha dado lugar a una imagen fragmentada del paisaje urbano. Con este catálogo se busca recuperar la identidad visual y la armonía del centro de Valencia”, explican los responsables del estudio.
Un modelo de ciudad más habitable y resiliente
El nuevo catálogo no impone soluciones cerradas, sino que plantea un marco flexible de criterios para adaptar el diseño del mobiliario a las particularidades de cada espacio. Su objetivo final es consolidar un lenguaje urbano común, mejorar la habitabilidad y activar ecologías urbanas que fortalezcan la resiliencia climática de Valencia.
Con esta medida, el Ayuntamiento da un paso más hacia un modelo de ciudad mediterránea sostenible, donde el mobiliario no sea un obstáculo, sino un elemento que dialogue con la arquitectura, el clima y las personas.
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