María José Campanario ha reaparecido hoy, visiblemente muy mejorada de sus problemas de salud y con la fuerza suficiente para compartir los problemas de su enfermedad y animar al resto de afectados. La mujer de Jesús Janeiro ha participado en la presentación de la primera Gala Benéfica Organizada por la Asociación de Fibromialgia en Sevilla.
MARÍA JOSÉ EMOCIONADA POR SENTIR UN ABRAZO
La odontóloga no ha podido evitar emocionarse al hablar sobre la enfermedad y la incapacidad de poder sentir un abrazo. «Tienen que ser abrazos de algodón y nos da mucha pena porque somos personas, y nos gusta que nos achuchen pero muchas veces no podemos», declara María José emocionada.
EL DÍA A DÍA DE MARÍA JOSÉ
Campanario también ha desvelado como es un día «medio bueno» en la rutina de un enfermo de fibromialgia: «en el que te puedes levantar temprano, en el que has conseguido dormir ciertas horas seguidas, en el que a la media hora, tres cuartos de hora, te puedes empezar a mover con un poco más de soltura, puedes ejercer tu trabaja y llegar a tu casa probablemente agotado y que todavía te cueste trabajo dormirte».
María José también ha aprovechado para hablar de la importancia de practicar ejercicio como de una buena alimentación, compartiendo así su propia experiencia: «El ejercicio físico es súper importante, una alimentación sana es fundamental para nosotros. Son cosas que las vas aprendiendo con el tiempo y cuando empiezas a recibir cierto asesoramiento», apunta. Además añade el mejor antídoto contra la enfermedad: «la actitud es el mayor impulso y lo voy a seguir diciendo».
LA MUJER DE JESULÍN CARGA CONTRA LA SEGURIDAD SOCIAL
Pero además de compartir su testimonio, María José Campanario va más allá cargando contra la Seguridad Social: «cuando tú hablas con los médicos y demás, los protocolos de urgencia a los médicos les tienen muy limitados en la seguridad social. Desgraciadamente esta enfermedad sigue siendo para los que tenemos un seguro médico».
LA GALA BENÉFICA
En cuanto a la gala benéfica, María José ha apuntado que es: «para darle voz a más de dos millones de personas que están diagnosticadas y a las que no lo están todavía. Y sobre todo a esos pequeñajos que nos tocan mucho el almita porque si de mayor nos cuesta muchas veces lidiar con lo que tenemos encima, cuánto mejor una criatura chica».
Además, María José aprovecha y manda un mensaje a los familiares de los enfermos: «a los familiares decirles que hay que armarse de paciencia, que hay que armarse de mucho valor y ser muy fuerte para acompañar a un enfermo de fibromialgia porque es una enfermedad muy complicada y muy cruel. Los familiares pasan muchas noches sin dormir, por mucha incertidumbre», y recuerda en sus propias carnes: «al principio son los propios enfermos los que se sienten incomprendidos o se frustran», y sentencia: «cuando un enfermo de fibromialgia tiene un brote y se harta de llorar porque no puede controlar el dolor, necesitamos paz, serenidad, un abrazo que no apriete mucho».