La atención rigurosa de las normas del recinto de piscina, así como observar los consejos e indicaciones del personal como cuidadores y socorristas son claves y la mejor información para saber cómo evitar accidentes en la piscina.
La falta de responsabilidad, incluso el uso negligente tanto del vaso de baño como de los alrededores de la piscina pueden ser peligros y ocasionar graves trastornos tanto al propio bañista como al resto de usuarios.
Resbalones, quemaduras, roces, heridas, contusiones… son los accidentes más comunes y leves que suelen darse a menudo en las piscinas y evitarlos es sencillo.
Contemplar una serie de normas de seguridad:
- No correr en las proximidades de la piscina, ni en sus bordes.
- No lanzarse a la piscina de forma inesperada o precipitada, sin comprobar que al caer no se va a dañar a otro bañista.
- Impedir que los niños jueguen a correr cerca de la piscina siempre.
- Andar por el reciento de piscina, incluso por las duchas con el calzado adecuado, evitando andar descalzo, solo lo indispensable.
El ahogo, por su parte, es probablemente el accidente más grave que puede darse en una piscina sus consecuencias pueden ser fatales e incluso llegar a ser mortales, para evitarlo es indispensable:
- Saber nadar.
- No confiar en exceso en los elementos de flote como manquitos, churros o tablas, los menores siempre deben estar acompañados de un adulto y bajo estrecha vigilancia.
- Evitar que los niños jueguen en zonas no aptas para su edad o destreza en el agua.
- Mantener siempre una actitud de precaución y en caso de dudas, nadar siempre cerca del borde de la piscina o elementos como las escaleras.
- No bañarse inmediatamente después de una comida copiosa o habiendo ingerido alcohol.