Dori Argente
Querida Manuela:
Ser mujer, valenciana y libre en 1930, era difícil. Licenciada universitaria y campeona de Atletismo, a principios del siglo XX, casi imposible. Pero ella lo consiguió. Porque Alejandra Soler Gilabert consiguió todo lo que se proponía. Fue pionera en muchos campos, el último, el pasado mes de octubre, con 103 años, cuando se convirtió en la primera mujer que recibía la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana. Una maestra, que hizo de la educación, de la lucha por la Igualdad de la mujer, de la República y de la cultura, toda su vida.
Y te digo esto, querida hija, porque hoy se celebra el #DiadelaMujer y no encuentro mejor día para contarte su historia. Mantuvo su espíritu combativo, su coherencia con la educación como herramienta de crecimiento social y la lealtad a sus principios toda la vida. Dicen quienes tuvieron la suerte de tratar directamente con ella, que tenía mucho sentido del humor, era testaruda, crítica, y libre, no te olvides, libre.
Encontró el gran amor de su vida en su amigo y compañero de ilusiones y libertades, Arnaldo Azzati. Y lo encontró dos veces (es difícil, pero estas cosas algunas veces pasan) porque la Guerra Civil y la búsqueda de la libertad, les separó. Acabaron cada uno en un campo de refugiados en Francia, sin saber nada del otro, y cuando no había teléfonos móviles, ella se empeñó en encontrarlo. Escribió una carta a todos y cada uno de los campos de refugiados franceses donde se albergaban los casi 550.000 españoles que huyeron de la guerra, hasta que al final, la misiva llego a manos de su gran amor. Planearon su escapada y huyeron a Rusia (si no sabes qué es esto, querida Manuela, lo buscas en Google) y desde entonces, ya nunca más se separaron.
Alejandra Soler Gilabert falleció hace solo unas semanas pero dejó su vida escrita en un libro, tan interesante como su titulo, “La vida es un río caudaloso con peligrosos rápidos”. Una maestra y mujer con tanta historia y tanto pasado que aun seguía mirando hacia delante. En una entrevista aseguró “El siglo XXI va a ser tremendo”. Pero me temo, querida Manuela, que esto ya me lo tendrás que contar tú.