Fallas

Olga Garriga Viciedo, la niña que honra la historia fallera de Just Vilar – Mercat del Cabanyal

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Olga Garriga Viciedo, la niña del Cabañal que vive las Fallas como herencia de familia

Con solo 12 años, Olga Garriga Viciedo respira Fallas desde que nació. Pertenece a la comisión Just Vilar – Mercat del Cabanyal, del sector Canyamelar – Grau – Natzaret, y representa a esa nueva generación que vive la fiesta con ilusión, pero también con el peso dulce de un legado familiar que la ha acompañado desde siempre.

Una niña con raíces falleras profundas

Nació el 6 de noviembre de 2012 y estudia en el Colegio Parroquial Don José Lluch de Alboraya, donde compagina sus clases de 2º de ESO con la vida de casal. Porque para Olga, la falla no es solo fiesta: es casa, amigos, recuerdos y unión.

Su día a día en la falla

Olga es fallera de nacimiento y ya cuenta con el Distintiu d’Or, prueba de su entrega desde pequeña. Le encanta participar en todo lo que se organiza: los playbacks, los juegos tradicionales como pic i pala o canut, y hasta el concurso de la fallera calavera, donde este año se llevó un segundo puesto en la Agrupación de Fallas del Marítim.

El cariño por la indumentaria

Para la Elección eligió un traje muy especial, confeccionado por Vicente Santo Tomás, con seda estrecha “San Francisco” en color marfil de la Compañía Valenciana de la Seda. Lo acompañó con manteletas de Viana, peinetas de Peris Roca y un aderezo familiar que guarda como un tesoro. Este año vivió además una experiencia inolvidable: la tela de su corpiño se dañó por la DANA, pero pudo recuperarse justo a tiempo para la Ofrenda, dándole todavía más valor emocional.

Sus momentos preferidos

Olga vive con especial intensidad la Exaltación, cuando recibe la banda de Fallera Mayor Infantil, y la Ofrenda, un acto que la emociona siempre y donde siente con fuerza el orgullo de ser fallera.

Lo que la hace feliz

Cuando no está en el casal, disfruta con la gimnasia rítmica y deportiva, la música, el baile —sobre todo los bailes regionales— y, cómo no, las Fallas, que son parte inseparable de su vida.

Un gesto que nunca olvidará

Este año vivió uno de esos momentos que marcan: durante un acto en su falla, fue ella misma quien colocó a su madre el Bunyol d’Or i Brillants amb Fulles de Llorer, el máximo reconocimiento de JCF. Con lágrimas en los ojos, ambas compartieron un instante que resume lo que significa la tradición: un vínculo entre generaciones.

El legado que lleva en la sangre

La historia fallera de Olga es también la de su familia. Sus abuelos, Conchín y Paco, fueron fundadores de la falla. Ella fue Fallera Mayor en 1969 y él, presidente. Su padre fue presidente infantil y después miembro de la directiva, al igual que su madre. Tíos, tías y primos también han tenido cargos importantes. Con todos ellos, Olga crece rodeada de ejemplos y recuerdos que la convierten en la heredera de una pasión fallera única en el Cabañal.

Olga Garriga Viciedo no solo es una niña fallera: es la representación de cómo las Fallas se transmiten de generación en generación, convirtiéndose en algo más que una fiesta. Para ella son familia, identidad y futuro.

Video entrevista de Olga Garriga Viciedo

Apoyo de su comisión


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