Angel María Villar y los otros tres detenidos en la denominada ‘Operación Soule’ declararán este jueves ante el juez de la Audiencia Nacional, Alejandro Pedraz, que es el encargado de llevar el caso. Además de Villar, lo harán su hijo Gorka, según la investigación, el ‘cabecilla’ de la trama, y Juan Padrón, el vicepresidente de la RFEF y presidente de la Federación Tinerfeña. Villar y Padrón, cuatro décadas al frente del máximo órgano federativo del país —la Federación con más fichas en toda España—, y además Villar, con cargos ejecutivos en la UEFA y en la FIFA.
Según los investigadores, tanto Villar como su hijo Gorka se han negado a declarar ante los efectivos de la UCO, de la Guardia Civil, encargada de los registros y las pesquisas, que han realizado durante los dos últimos días en diferentes lugares, tanto en la sede de la Federación Española de Fútbol en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, como en las sedes regionales de Valencia o Tenerife, de la que era su máximo responsable Juan Padrón, así como en domicilios particulares y empresas, como la de Vicente Muñoz, presidente de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana.
También se ha posicionado el Gobierno, a través del secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Lete, quien ha avanzado que no descarta «ninguna acción» para evitar que Angel María Villar vuelva a ejercer su puesto al frente del máximo órgano del fútbol español, e incluso, además de acciones propias, ha avanzado que se estudiará realizar un recurso ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), para la apertura de un expediente disciplinario. El mismo CSD de Lete estudiará también una apertura de un expediente que permita una «suspensión cautelar y motivada» de sus funciones.