El ROI es una de las métricas más importantes en los negocios. Al fin y al cabo, viene a ser el retorno de la inversión, es decir, el indicador principal que nos dice cuánto hemos ganado, quitando lógicamente lo que hemos invertido por el camino.
El ROI es útil, sí, pero no es el único factor que debemos tener en cuenta en las apuestas. Cuando haces una apuesta en las mejores casas, como en las elegidas por los expertos de ClubSport, quienes analizan a fondo sus características, ofertas y bonos, es importante no centrarse solo en el ROI. Sigue leyendo para descubrir por qué puede ser engañoso en algunos casos y qué otros factores debes tener en cuenta a la hora de hacer apuestas online.
¿Qué es el ROI en las apuestas?
El ROI es la cantidad de dinero que puedes esperar como retorno de tu inversión inicial. Esta es su fórmula: ROI = (Beneficio neto / Inversión) * 100
Por tanto, imagina que en total has apostado unos 1000 € (a lo largo de todo un año), pero tus ganancias totales han sido de 200 €. Según la fórmula, tu ROI sería del 20 %.
¿Por qué el ROI no es suficiente para tus apuestas?
Un ROI del 20 % muestra un balance positivo, pero en este caso podría ser engañoso, porque la fórmula no tiene en cuenta las pérdidas.
Con esto te puedes dar cuenta perfectamente de por qué el ROI es engañoso y no lo puedes utilizar por sí solo, ya que no te vale para tener una visión clara de tu rendimiento total y saber realmente el dinero que te has llevado.
Métricas y factores que te ayudarán a medir tu éxito en las apuestas
Ya hemos visto por qué el ROI no nos sirve del todo a la hora de apostar, pero puedes utilizar otras métricas para medir tu rendimiento.
Yield para apuestas
El yield te muestra el rendimiento de tus apuestas según la cantidad total que has apostado. Su fórmula sería la siguiente: Yield = (Beneficio neto / total apostado) * 100
Por ejemplo, si has hecho 10 apuestas de 5 € cada una, todas con una cuota de 2, y ganas 6 de ellas, entonces el cálculo sería el siguiente:
Total apostado = 50 € (10 apuestas x 5)
Beneficio neto = (ganancias – 50 €) = 60 € – 50 € = 10 €
Entonces el yield sería (10 € / 50 €) x 100 = 20 %. Y este 20 % nos indica que de cada 100 euros apostados, has ganado 20 € de beneficio neto, algo que sí sería positivo.
El yield y el ROI pueden parecer similares, pero se centran en aspectos diferentes. El ROI analiza las ganancias en relación con tu presupuesto inicial o inversión, mientras que el yield mide el beneficio en función de todo lo que has apostado. Por eso, el yield ofrece una visión más clara del rendimiento a largo plazo en las apuestas.
Tasa de aciertos (o win rate)
La tasa de aciertos es una métrica que te puede interesar, ya que te dice cuál es el porcentaje de apuestas que has ganado. Su fórmula es super simple: Tasa de aciertos = (Número de apuestas ganadas / Número total de apuestas) * 100
Por ejemplo, si has hecho un total de 100 apuestas y has ganado unas 30, tu tasa de aciertos sería del 30 %, por lo que esta vez no se te ha dado muy bien.
Valor esperado (EV)
El valor esperado es otra métrica que puedes utilizar. Te ayuda a analizar si una apuesta es rentable a largo plazo, y se calcula sumando el valor de cada posible resultado de una apuesta. Es una fórmula más complicada, pero sería así: EV = (Probabilidad de ganar * ganancia neta) – (Probabilidad de perder * cantidad apostada).
Por ejemplo, si apuestas 10 € con una probabilidad de 0.5 (50 %) de ganar, y la cuota es de 2.0, el valor esperado se calcularía así:
EV = (0.5 * 10 €) – (0.5 * 10 €) = 5 € – 5 € = 0 €
¿Y qué quiere decir esto? Pues que, a largo plazo, no ganarías ni perderías dinero con este tipo de apuesta, ya que la cuota refleja correctamente la probabilidad del evento.
Otros factores importantes para tener en cuenta
Hay otros factores que puedes tener en cuenta para evaluar cómo te desenvuelves en las apuestas. El tamaño de la apuesta (stake) te dice cuánto estás arriesgando en cada selección, y la métrica Profit/Loss mide las ganancias y pérdidas netas, para que puedas ver si tu estrategia es rentable.
Todas estas te pueden ayudar a controlar tu juego e incluso a mejorarlo, que puedas decidir una nueva estrategia o también te sirven para darte cuánto qué es lo que puedes estar haciendo mal. No te preocupes si ahora te parece complicado, es solo cuestión de práctica. Eso sí, no te limites a utilizar el ROI, especialmente en este ámbito.