Fallas

Ramón Peris: la cápsula del tiempo que sigue emocionando al mundo fallero cada día

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En una época en la que el clic de un móvil borra y reemplaza recuerdos en segundos, hay nombres que nos devuelven al valor profundo de la memoria. En Valencia, ese nombre es Ramón Peris. O mejor dicho, los Ramón Peris. Padre e hijo. Dos generaciones que han hecho de la fotografía un legado, un testimonio vivo de una ciudad que late al ritmo de la pólvora, la seda, la emoción y la pólvora de marzo.

Detrás de cada instantánea que hoy atesoramos en álbumes familiares, en vitrinas, o en las paredes de los casales falleros, estuvo su mirada. Una mirada que supo congelar el alma de las Fallas, con la dignidad que requiere retratar algo tan profundamente sentido.

Fotógrafos oficiales de la Junta Central Fallera

El apellido Peris no es solo sinónimo de fotografía. Es sinónimo de historia, de tradición, de identidad. Como fotógrafos oficiales de la Junta Central Fallera, los Peris estuvieron presentes en cada acto institucional, en cada exaltación, en cada llegada de personajes ilustres a la ciudad, incluidos los Reyes de España.

Fueron testigos privilegiados del devenir fallero y de una Valencia que iba cambiando, pero siempre volvía a encontrarse en sus imágenes. Porque con cada clic, Ramón Peris padre primero, y su hijo después, construyeron una especie de álbum colectivo. Un diario visual de la fiesta más grande del mundo.

Una cápsula del tiempo que sigue viva

Hoy, en plena era digital, Ramón Peris hijo sigue compartiendo esa memoria en redes sociales, convirtiendo su archivo en una cápsula del tiempo que nos emociona a diario. Cada foto que publica no es solo una imagen antigua: es un reencuentro con quienes fuimos, con lo que sentimos, con los que ya no están, con la infancia, con la luz de marzo.

Son fotos que huelen a naranjo en flor, a pólvora recién explotada, a lágrimas contenidas y orgullo fallero. Imágenes en blanco y negro o en colores desvaídos que, sin embargo, siguen latiendo con una fuerza emocional difícil de describir.

Un legado que pertenece a todos

Pocos fotógrafos pueden decir que sus obras forman parte del corazón de una ciudad. Los Peris sí. Porque su archivo no solo es suyo: es de todos. De las familias que buscaban cada año su retrato fallero; de las comisiones que veían inmortalizado su esfuerzo; de una Valencia que les confió sus mejores momentos.

Gracias, Ramón Peris. Gracias por mirar por nosotros, por enseñarnos que una foto no es solo imagen: es emoción, es historia, es amor por lo que somos.

Alguna imágenes que siguen emocionando con el paso de los años

 

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