El importante rebrote que está sufriendo Pekín ha obligado al país a tomar medidas. Los casos de coronavirus aumentan cada hora por lo que el Gobierno chino ha ordenado desinfectar todos los mercados, restaurantes y campus universitarios de la capital, además de que realizará test de coronavirus a sus trabajadores y responsables.
Según el diario oficial Global Times, los responsables municipales han informado de «una inspección preventiva integral en todos los mercados, restaurantes y comedores», que incluirá la realización de test de ácido nucleico.
La capital china elevó ayer el nivel de alerta sanitaria del 3 al 2, después del brote del virus en el principal mercado de la capital, que ha dejado ya 137 casos desde el pasado jueves.
En las últimas horas se han registrado 31 positivos más, mientras las autoridades sanitarias advierten que este rebrote es extremadamente peligroso por su alta capacidad de contagio, por lo que el Gobierno ha endurecido el confinamiento para controlar la expansión del virus y evitar que se repita lo ocurrido en Wuhan el pasado mes de diciembre. Ha cerrado todos los colegios, que retoman las clases online y el teletrabajo. Las mascarillas vuelven a ser obligatorias y los vecinos de los distritos próximos al mercado donde surgió el nuevo brote no pueden salir de Pekín.
Las opciones para viajar también se restringen al resto de la población. Se han suspendido los vuelos que conectan la capital con otras provincias y los taxis tienen prohibido desplazarse fuera de la ciudad. La investigación para averiguar la causa del foco se centra en una tabla de cortar salmón encontrada en el mercado más grande de la capital.
Por prevención se han prohibido las importaciones de salmón europeo, aunque los expertos ven poco probable que el pescado sea portador de la enfermedad y se inclinan más a que la persona que lo manipuló estuviera infectada. Mientras tanto, se ha intensificado el número de pruebas realizadas cada día y esperan poder contener cuanto antes esta segunda oleada de contagios.