Una semana después del Aquarius, Matteo Salvini, ministro del Interior italiano, ha vuelto actuar de la misma manera, impidiendo que 224 migrantes puedan llegar a su país. “Llevaos a toda la carga de seres humanos a Gibraltar, a España, a Francia o donde queráis”, ha espetado el político a través de un Facebook Live.
Salvini, líder del partido xenófobo y de ultraderecha Liga Norte, ha sido tajante sobre las posibilidades que tienen los migrantes de este barco de llegar a su país: “No tocarán suelo italiano”.
Los 224 migrantes fueron rescatados por un barco de bandera holandesa de la ONG Lifeline en las aguas de Libia. Así, según ha indicado el ministro del Interior, la ONG no habría hecho caso a las órdenes dadas por la Guardia Costera italiana ni libia.
“La Guardia Costera italiana les ha escrito para que no se movieran, que se ocupaba Libia, pero estos desgraciados, incluso poniendo en peligro la vida de los inmigrantes en estos botes, no han escuchado a nadie y han intervenido cargando cantidad de carne humana a bordo”, ha asegurado un duro Salvini.
La política antinmigración de su partido no es ninguna novedad, tal y como se pudo comprobar con los migrantes del Aquarius, e incluso Salvini ha remitido un escrito a la embajada de los Paises Bajos en Roma para conocer si la embarcación de la ONG en la que viajan los 224 migrantes es del citado país.
Pero sus declaraciones fueron más allá, y en un tono chulesco que no es ninguna novedad aseguró que “este barco Italia lo va a ver solo en postal porque las reglas se respetan”. Es más, Salvini ha acusado a todas las ONGs que trabajan en el rescate de migrantes de que “ayudan al tráfico de seres humanos”.