Los principales estudios científicos publicados en el mundo apuntan en la misma dirección: la COVID-19 tiene en los lugares cerrados y mal ventilados su mejor caldo de cultivo. La posibilidad de contagio del virus en estas zonas aumenta exponencialmente, por lo que se recomienda evitarlas siempre que sea posible.
Uno de esos lugares al que no se presta demasiada atención son los ascensores. Antonio Figueras, científico del CSIC, recordó ayer en declaraciones al programa «Liarla Pardo» de la Sexta los riesgos que entraña un habitáculo cerrado y por el pasan muchas personas de diferentes entornos. «Los ascensores son una trampa para osos porque es un sitio donde entra y sale mucha gente, pero el aire no se renueva», dijo Figueras, que hizo hincapié en que la gente «no se mezcle dentro del mismo ascensor» porque es un ambiente «muy enrarecido».
Para Figueras, la razón principal del aumento de los contagios es que «estamos extremadamente cansados» después de meses de restricciones y de malas noticias, y se ha bajado la guardia. El científico del CSIC insistió en la importancia de llevar siempre la mascarilla puesta y no tocarla sin lavarse antes las manos.
