Sucesos

La joven que asesinó a su madre en Valencia y convivió con el cadáver durante cuatro meses en pandemia, declarada culpable

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La joven de 22 años que admitió haber matado a su madre en abril de 2020, cuando tenía 18, en una vivienda en l’Alcúdia de Crespins (Valencia), tras planear el crimen junto a su entonces pareja, ha sido declarada culpable de asesinato con alevosía y ensañamiento por unanimidad de un jurado. La víctima no pudo defenderse, ya que la muerte ocurrió mientras dormía en el sofá, y además sufrió «padecimientos sumamente dolorosos y no necesarios», ya que la primera puñalada en el corazón fue mortal.

El jurado también la declaró culpable de robo por unanimidad. Durante el crimen, había restricciones sanitarias por la COVID-19 y ambos convivieron con el cadáver durante más de cuatro meses. Este miércoles se conoció el veredicto unánime del jurado, y ahora la Audiencia de Valencia debe determinar la pena correspondiente, que serían los mínimos establecidos por ley para los delitos imputados.

Inicialmente, el ministerio público pedía 30 años de prisión para la joven —25 por asesinato y cinco por robo con violencia en casa habitada, con la circunstancia agravante de parentesco— pero, tras la confesión de la acusada y un acuerdo con la defensa, la petición se redujo a casi siete años menos —20 años por asesinato y tres y medio por robo—. La acusación particular, representando a un hermano de la acusada, también aceptó esta reducción.

La defensa de la joven, ejercida por las abogadas Isabel Carricondo y Laura Muñoz, negoció un acuerdo con las acusaciones a cambio del reconocimiento de los hechos.

No se ha determinado si la víctima estaba viva cuando la hija le asestó las últimas cuchilladas.

La joven declaró el lunes que fue su pareja quien comenzó la agresión, aunque reconoció que finalmente ella cogió un cuchillo y apuñaló a su madre en el cuello: «Entré en shock. No sabía qué hacer. Él me decía ‘hazlo, hazlo, hazlo’ y, al final, lo hice», relató.

El novio de la joven, de 17 años en el momento del crimen, ya fue juzgado y condenado por un Juzgado de Menores a la pena de internamiento. Los hechos ocurrieron el 1 de abril de 2020 en la vivienda de l’Alcúdia de Crespins, donde residían la víctima y la acusada, de nacionalidad búlgara.

La joven y su pareja planearon el asesinato para poder estar juntos y afrontar las deudas de él por drogadicción.

Ese 1 de abril, el novio acudió a la vivienda con un cuchillo y tres barras de pan para justificar, en caso de ser parado por la policía, que había salido a comprar. Al llegar, la joven le abrió la puerta y, dentro de la vivienda, él roció a la víctima con amoniaco, la golpeó en la cabeza y le asestó dos puñaladas. La mujer, malherida, logró levantarse y dirigirse hacia el pasillo, donde cayó. El novio la golpeó nuevamente en la cabeza con otro cuchillo de la cocina y la hija le asestó varias cuchilladas más, terminando con su vida.

La víctima murió por un shock con perforación del corazón. Los jóvenes robaron tarjetas de crédito y extrajeron 6.200 euros entre el 1 de abril y el 4 de junio. Convivieron con el cadáver hasta el 20 de agosto de 2020, cuando la Guardia Civil registró la casa tras denuncias de personas del entorno. La joven no presentaba anomalías mentales y tenía intactas sus capacidades volitivas.

Admite que degolló a su madre pero responsabiliza a su novio, menor, de planificarlo

La acusada de degollar a su madre y de apoderarse de sus fondos ha admitido este lunes, ante el Tribunal del Jurado, que le propinó un corte en el cuello después de que su novio, menor de edad, planificase y ejecutase una agresión a golpes.

Esta joven, que tenía 18 años el 1 de abril de 2020 cuando cometió el crimen, ha admitido que ella y su novio, de 17 años, eran consumidores habituales de cocaína, speed y marihuana y que estaban endeudados.

Entre constantes sollozos ha relatado que el joven se llevaba mal con su madre y que ambos planificaron su asesinato.

«Un día vino a casa con una barra de pan y un cuchillo. Yo ya sabía lo que iba a hacer. Fue a la cocina, cogió amoniaco y se lo tiró a la cara a mi madre, que estaba durmiendo en el sofá. Mi madre se asustó y él empezó a pegarle. Yo me fui al baño».

«Al salir del baño -ha continuado la acusada- vi la sangre de la cabeza de mi madre. Oí golpes, le dio con una mancuerna. Él empezó a decirme que tenía que hacer algo y me dio el cuchillo. No supe lo que hacer, iba y venía, y a la tercera fui y le corté en el cuello. No sé si mi madre estaba viva, yo creo que sí, escuché cómo agonizaba con sangre en la boca», ha agregado.

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