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Aemet: «No podemos hacer más de lo que hicimos el día 29 de octubre»

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El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo (d), y el jefe de Climatología, José Angel Nuñez, durante la presentación del resumen climático del otoño, el avance del resumen anual de 2024 y la predicción estacional para el invierno 2024-2025. EFE/Kai Försterling

València, 19 dic (OFFICIAL PRESS-EFE).- La delegación de Aemet en la Comunitat Valenciana ha afirmado que su competencia es avisar a quien gestiona la emergencia y tiene la capacidad de alertar, pero no puede hacer más de lo que hizo en una situación como la dana del 29 de octubre, con el establecimiento de aviso rojo por lluvias.

También ha advertido de que fenómenos como este, que ha causado 223 víctimas mortales y deja a miles de damnificados, pueden volver a suceder cada 60 o 70 años y hay que estar preparados.

Los detalles técnicos del aviso rojo

El delegado de Aemet Comunidad Valenciana, Jorge Tamayo, y el jefe de Climatología, José Ángel Núñez, han explicado este jueves desde el punto de vista técnico el aviso rojo por lluvias de aquel 29 de octubre y la necesidad de aprender de la situación vivida, ampliando protocolos o introduciendo otro tipo de avisos.

La información sobre el aviso rojo se envió a los responsables de Protección Civil de la Generalitat de manera automática, además del contacto telefónico que pudo haber entre técnicos del 112 y de meteorología. Según han indicado, desconocen qué información se trasladó al respecto al president de la Generalitat, Carlos Mazón, quien el día de la dana apuntó que la previsión indicaba que el temporal se desplazaba hacia la Serranía de Cuenca y que se esperaba una disminución de intensidad en la Comunitat hacia las 18 horas.

La información de Aemet decía que hasta esa hora esperaban lluvias muy intensas en la provincia de Valencia -en Paiporta no llovió y en Turís cayeron 770 l/m²– y la predicción apuntaba a que se desplazaría hacia el norte, a Castellón, como ocurrió después. A partir de ahí, indican, hay que realizar vigilancia meteorológica para observar la evolución.

Revisión constante del aviso rojo

El aviso rojo por lluvias señala que se esperan lluvias por encima del umbral de 80 litros por metro cuadrado en una hora, una cantidad consensuada con Protección Civil porque a partir de ahí hay grave riesgo para personas y bienes, y es posible que se produzcan daños severos.

Este aviso estuvo en constante revisión y, aunque inicialmente estaba vigente hasta las 18 horas, a las cinco se prolongó hasta las 20 horas y sobre las siete de la tarde se volvió a prorrogar hasta las 22 horas.

Interpretación de los avisos y relación con emergencias

Han afirmado que, respecto a si en la reunión del Cecopi de las 17 horas del día de la dana se interpretó correctamente el aviso por lluvias, habría que hacer esa pregunta a quienes tienen que interpretar la información, que se trasladaba en tiempo real. Subrayaron que la meteorología es solo un factor en una situación tan complicada.

Asimismo, han asegurado que mantienen una relación magnífica con el 112 y la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias de la Generalitat.

Críticas y aprendizaje tras la dana

Sobre las críticas hacia los centros meteorológicos, han indicado que puede haber reacciones sobre si lo hacen bien o mal, pero las cosas «se van poniendo en su sitio». Afirman que se hace lo máximo posible con los medios disponibles y destacan que en España se cuenta con los mejores modelos meteorológicos del mundo.

Desde Aemet consideran que de la dana hay que aprender y analizar si es necesario ampliar protocolos, introducir otro tipo de avisos -como el color negro usado en Alemania-, hacer más comprensibles los mensajes, alcanzar a más población y divulgar en las escuelas. Desde el punto de vista meteorológico, fenómenos como la gota fría ocurrida pueden repetirse cada 60 o 70 años, y es fundamental estar preparados.

Reflexión sobre avisos e impactos

Es necesario reflexionar sobre los avisos rojos asociados a diferentes escenarios (como calor o lluvias). La tendencia de los servicios meteorológicos es predecir impactos más que intensidades, lo que implicaría coordinación con confederaciones hidrográficas y responsables de Protección Civil.

«Lo que está claro es que un aviso rojo es una situación de mucho riesgo», explican, apuntando que los factores hidrológicos combinados agravan las consecuencias y que no es posible concretar más los avisos por zonas, que ya son precisos desde el punto de vista atmosférico.

El papel de la ciencia y la inteligencia artificial

Aunque la ciencia avanza, las incertidumbres «muy amplias» en la meteorología siguen presentes. La inteligencia artificial podría ayudar a analizar modelos atmosféricos comparándolos con situaciones similares del pasado.

Además, subrayan que la generación actual no olvidará qué es un aviso rojo, porque «lo ha vivido» con las consecuencias extremas que implica. Sin embargo, advierten que la transmisión oral de estos eventos se pierde con el tiempo y los ciudadanos pueden bajar la guardia.

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