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Ana María Knezevich: las preocupantes novedades sobre la joven desaparecida en Madrid

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Ana María Knezevich-INSTAGRAM

Madrid (OFFICIAL PRESS-EFE).- Ana María Knezevich, una estadounidense de origen colombiano, llegó a Madrid con la intención de rehacer su vida sumergida en un difícil proceso de separación de su marido, pero hace dos semanas que sus allegados y las autoridades le perdieron el rastro.

Desapareció el pasado 2 de febrero y, pese a que las alertas emitidas por la Asociación SOS Desaparecidos y el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) han llegado a millones de personas, nadie ha sido capaz de aportar una sola pista sobre su paradero.

El presidente de la asociación, Joaquín Amills, quien ejerce como portavoz de la familia de la desaparecida, ha mostrado su preocupación ante esta situación. En sus 14 años de servicio, apenas recuerda unos pocos casos similares que, admite, no acabaron bien.

“Estamos muy acostumbrados a recibir llamadas y a cribar la información, y es curioso que en este caso, en el que estaremos rondando un alcance de difusión de tres millones de personas, no hemos recibido ninguna llamada”, explica en declaraciones a EFE.

El proceso de divorcio le provocó depresión

Ana María, de 40 años y dueña de una exitosa empresa en Estados Unidos, se instaló en diciembre en el barrio madrileño de Salamanca, donde alquiló un apartamento. Llegó a Madrid buscando descanso de un complejo proceso de divorcio que le provocó una depresión, para la que su médico en Estados Unidos le recetó medicación.

Sus últimos movimientos antes de desaparecer, según le comentó a una amiga suya, fueron para ir a visitar un piso más en su búsqueda de un lugar en el que establecerse a largo plazo en la capital.

El día 3, dos amigas recibieron sendos mensajes suyos que les causaron extrañeza, en el que les contaba que había conocido a una persona y que en esos momentos estaban emprendiendo un viaje a un lugar a dos horas de Madrid en el que apenas tendría cobertura.
Los mensajes, sin embargo, fueron enviados con tres horas de diferencia, uno en inglés y otro en castellano y con expresiones impropias de Ana María, lo que les hizo sospechar que no los estaba enviando ella.

Al día siguiente una amiga trató de localizarla en su casa y, ante la falta de respuestas, alertó a la Policía. Los Bomberos accedieron a la vivienda a través de una ventana y no encontraron nada sospechoso, pues el desorden era el habitual y no le faltaba ninguna de sus pertenencias.

Preocupada, el día 4 interpuso una denuncia ante la Policía Nacional, que inició una investigación que de momento no ha dado frutos, han señalado a EFE fuentes policiales.

La desaparición de Ana María Knezevich no parece voluntaria

Los mensajes sospechosos, sus planes de establecerse en Madrid y las citas que tenía próximamente -como un viaje a Barcelona el día 5 o la visita de una amiga extranjera esa misma semana- hacen que sea difícil imaginar que se trate de una desaparición voluntaria, valora Amills.

Aunque no ha trascendido si los investigadores han hecho algún hallazgo relevante, el presidente de SOS Desaparecidos considera imprescindible rastrear la geolocalización de su teléfono, realizar una copia de su tarjeta SIM, visualizar la ingente cantidad de cámaras que hay en el barrio de Salamanca y recabar todos los testimonios posibles.

Ana María Knezevich

Amills asegura que tanto las autoridades estadounidenses como su embajada en España están al tanto de la desaparición y en contacto directo con sus familiares en Florida para tratar de esclarecer lo ocurrido y dar con su paradero.

Según los datos facilitados por SOS Desaparecidos y el CNDES, Ana María mide 1,45 metros de estatura, es de complexión delgada y tiene el pelo largo, castaño y ondulado y los ojos marrones.

Los medios de comunicación americanos se vuelcan con la información

Los medios de comunicación más importantes de Norteamérica están empezando a dar prioridad informativa al caso. Si el primero en hablar del tema fue Christopher C. Cuomo en su programa para News Nation, ahora ha sido la CNN la que ha abierto su informativo con esta noticia. «La policía ha pedido a las autoridades de otros países información que podría ser relevante para el caso, dijo un funcionario del gobierno español a CNN el lunes», aseguran.

Su hermano, Felipe Henao, es el que se está encargando de dar la cara por la joven en las televisiones estadounidenses. También su amiga Sanna, receptora de esos extraños mensajes con los que se inició su búsqueda. Hace unos días, era ella la que defendía para esta web la idea de que Ana Knezevich estaría «secuestrada». Quien parece no estar siendo del todo accesible es David Knezevich, marido de la desaparecida, que se encontraría en Serbia, su país de origen. Según expresa la CNN, ni él ni la empresa tecnológica de la que es CEO han querido dar declaraciones al respecto.

Tipos de desapariciones

Desaparición Voluntaria

Tal y como informa SOS Desaparecidos Las desapariciones voluntarias se definen como aquéllas que tienen lugar, tal y como su nombre indica, de forma voluntaria. Es decir, la persona que desaparece lo hace sin ningún tipo de condicionante externo que le obligue a tomar esta decisión, y cuya voluntad es no ser hallada o no facilitar información sobre su vida privada, domicilio, u cualquier dato que afecte a su vida personal y del ámbito de la intimidad a los familiares o personas con derecho a conocer sobre su situación o derecho a localizarla.

La motivación y causa de justificación de esta decisión discrecional y facultativa puede venir dada por muy diversas razones, como son las de carácter familiar, personal, sentimental, laboral, económicas u otras muchas.

Las desapariciones voluntarias se pueden, a la vez, subdividir en diferentes grupos, como son:

-Fugas de personas menores de edad.

-Fugas de personas menores de edad de los centros de protección (en este apartado estaría incluida la categoría de los menores emigrantes no acompañados (MENAS)

-Desapariciones intencionadas de personas mayores de edad, y con plena capacidad jurídica y de obrar.

Desaparición Involuntaria

Se catalogan como desapariciones involuntarias aquéllas en las que la persona desaparece por causas externas y ajenas a su voluntad, siempre y cuando dichos motivos no tengan su origen ni estén basados en hechos que revistan indicios racionales de criminalidad. En este apartado, se pueden circunscribir las desapariciones de personas, tanto mayores como menores de edad, que tengan su razón de ser en alguna de las siguientes causas:

Sin Causa Aparente. Se comprenden en este apartado las desapariciones que no puede englobarse en ninguno de los demás apartados establecidos. Por lo tanto, se incluirían aquellos casos en los que la persona desaparece y se ausenta de su residencia habitual y se ignora su paradero, no existiendo ningún motivo aparente o conocido para que tal hecho se produzca.

De esta forma, la búsqueda de la persona desaparecida viene generada por razones de su propia seguridad o ante la demanda de los familiares o personas allegadas, y por interés social.
A posteriori dicha desaparición puede ser calificada como voluntaria, involuntaria de otra naturaleza, o incluso forzosa.

-Personas con deterioros cognitivos, trastornos mentales, enfermedades neurodegenerativas, personas con discapacidad, etc.

– Accidentes.

-Catástrofes provocadas por causas naturales o derivadas de la acción-humana (carácter accidental o intencionado).

Desaparición Forzosa

En esta categoría, las desapariciones forzosas, se incluirían aquéllas que están basadas en un hecho delictivo o una actividad criminal, y que afectan tanto a personas menores como mayores de edad Al igual que en las tipologías anteriores, ésta se segmenta en diferentes subgrupos, siendo los siguientes:

-Desapariciones de personas fundadas en un entorno o ámbito delictivo.

-Sustracción parental de menores de edad (nacional e internacional).

-Echados/Expulsados del hogar (menores y personas discapacitadas)

 

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