El viernes comienza el mes de octubre y con él llegan a los centros educativos las clases en horario de tarde y los comedores escolares a pleno rendimiento. La pandemia de coronavirus ha obligado también a establecer normas especiales para un espacio por el que pasa gran parte del alumnado, cerrado y con dificultades para mantener la distancia interpersonal. Un protocolo que supone, según reconoce el documento elaborado por las consellerias de Eduacación y de Sanidad, «bastantes retos dado que las mascarillas no se pueden utilizar (durante la ingesta, algo obvio) y los comedores suelen estar muy concurridos».
La distancia interpersonal es la norma básica que rige el protocolo. Se ha de respetar siempre la separación de 1,5 metros entre los alumnos, ya que muchos de los usuarios del comedor no pertenecen a los llamados «grupos burbuja». La excepción sólo se aplica para esos grupos de convivencia estable, que sí podrán sentarse juntos, pero manteniendo la distancia de 1,5 metros respecto a otros grupos.
El mantenimiento de la distancia obliga a una reducción del aforo, y por tanto a un aumento de los turnos y del personal destinado a cubrirlos. Para ello, la conselleria de Educación ha realizado 3.112 contrataciones extraordinarias, un 41’2% más de lo habitual, lo que eleva a 10.669 el número de monitores que atenderán el servicio en los centros públicos.
En el protocolo también se establecen la normas de limpieza y desinfección, que deben llevarse a cabo al finalizar cada turno. Los alumnos han de lavarse las manos al entrar y al salir del comedor, y no pueden compartir cubiertos, vasos, alimentos ni bebidas. Se recomienda además que se sienten durante todo el curso en el mismo lugar, para facilitar el rastreo en caso de contagio. Por último, la recogida de las bandejas deberá realizarla siempre una única persona.
El uso de la mascarilla es obligatorio para los usuarios y los monitores durante todo el servicio, también para los alumnos mayores de seis años, tanto en la entrada como en la salida. Lógicamente, los alumnos se la pueden quitar durante la ingesta.
Por el último, y dado que el aumento de los turnos aumenta también la duración del servicio, Educación ha dado permiso a cada centro a reducir hasta en 30 minutos al día el horario lectivo para adecuarse a nueva realidad del comedor escolar.