Han pasado 36 días desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, supo que su esposa, Begoña Gómez, estaba siendo investigada, antes conocida como imputada, hasta que la noticia se hizo pública. Durante este período, Sánchez envió una carta a la ciudadanía, se tomó un «periodo de reflexión» de cinco días, involucró al Rey Felipe VI con una visita a Zarzuela, movilizó a la militancia del PSOE y hasta abrió una crisis diplomática con Argentina a través del ministro Óscar Puente, quien insinuó que Milei consumía «sustancias», en referencia a drogas.
El pasado 16 de abril, el juez Juan Carlos Peinado, del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, abrió diligencias tras recibir una denuncia contra Begoña Gómez, otorgándole el estatus de investigada desde el primer momento.
Begoña Gómez estaba imputada
El 22 de abril, el juez ordenó notificar a Gómez su condición de investigada: «Sin perjuicio de que, en el presente momento procesal, no se acuerde la declaración de la persona investigada, y dado que se le atribuye dicha condición procesal, se considera, a los efectos de evitar la indefensión proscrita en el artículo 24 de la Constitución Española, necesario, que se le dé traslado del presente auto, a fin de que, si lo estima conveniente, designe procurador y abogado que la represente, y puedan estar presentes, e intervenir, en su caso, en las diligencias que se acuerdan en esta resolución judicial».
Ese mismo 22 de abril, coincidiendo con la resaca de las elecciones vascas donde el PSOE tuvo un resultado aceptable, Sánchez declaró: «No se ve el fin de ciclo, por mucho que algunos se empeñen». Ese día se notificó a Begoña Gómez su imputación y el juez encargó a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investigar a Gómez.
El 24 de abril, Sánchez y su esposa ya conocían la investigación. El abogado de Gómez, el exministro socialista Antonio Camacho, solicitó la personación en el caso, reconociendo así la notificación judicial.
La carta de la mentira
El mismo día, Sánchez acudió al Congreso de los Diputados, visiblemente afectado, tras la publicación de que el juez había abierto diligencias contra su esposa. «En un día como hoy, a pesar de todo, sigo creyendo en la Justicia de mi país», afirmó Sánchez. Horas más tarde, publicó una carta a la ciudadanía insinuando una posible dimisión y declarándose un «hombre profundamente enamorado» buscando justicia, a sabiendas de la imputación de su esposa desde 48 horas antes.
El fin de semana siguiente, el PSOE organizó una manifestación en apoyo a Sánchez ante los «ataques» y «bulos» de la «extrema derecha» contra la familia del presidente. Miles de personas se congregaron en Ferraz, y Sánchez, viendo el apoyo, decidió no dimitir.
Los días de «reflexión»
El 29 de abril, Sánchez informó al Rey Felipe VI de su decisión de permanecer en el cargo tras cinco días de «reflexión». Posteriormente, en una declaración sin preguntas, Sánchez anunció que seguiría en Moncloa y prometió cambios drásticos en materia judicial y un plan para controlar los medios de comunicación contra los «bulos» y el «fango» que, según él, publican sobre el PSOE y su familia. En entrevistas con medios afines, relató que pasó «malos días», durmiendo y comiendo poco.
Milei
A principios de mayo, el ministro de Transportes, Óscar Puente, generó una crisis diplomática con Argentina al insinuar que el presidente Javier Milei consumía drogas. Buenos Aires respondió atacando a Sánchez por las acusaciones de corrupción contra su esposa. El 4 de mayo, Exteriores exigió disculpas a Milei por sus declaraciones. Para entonces, Sánchez sabía desde hace 12 días de la imputación de Gómez.
Las noticias sobre el caso de Begoña Gómez continuaron, pero ninguna provino del juzgado debido al secreto de sumario. El 14 de mayo, la UCO entregó al juez su primer informe de investigación.
El 19 de mayo, Milei criticó a Sánchez en un acto de Vox en Madrid, llamándolo «corrupto». En respuesta, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, anunció que España llamaría a consultas a su embajadora en Buenos Aires, intensificando la crisis diplomática.
Durante los días siguientes, el Gobierno difundió mensajes en la prensa afín negando las acusaciones contra Begoña Gómez. El 21 de mayo, una filtración a El País sugirió que el informe de la UCO exoneraba a Gómez.
Mintiendo al Congreso
El 22 de mayo, Pedro Sánchez compareció en el Congreso para abordar las acusaciones contra su esposa. Anunció el reconocimiento de Palestina por España, una decisión que se oficializaría una semana después. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, interrogó a Sánchez sobre la investigación judicial, pero no obtuvo respuesta.
El 23 de mayo, OKDIARIO publicó documentos judiciales confirmando la imputación de Begoña Gómez. El 27 de mayo, el juez levantó el secreto de sumario, y el 28 se confirmó que Gómez estaba imputada por corrupción desde el 16 de abril, información que Sánchez y su esposa conocían desde el 22 de abril. Durante esos 36 días, se produjeron crisis diplomáticas, insinuaciones de dimisión, manifestaciones y declaraciones públicas negando las acusaciones.
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